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El resultado de Mélenchon reabre en Podemos el debate sobre la vuelta al extremismo

El candidato de Francia Insumisa alcanzó el 22% de los sufragios en Francia. En el partido morado reflexionan sobre el contexto de crisis y la receta de Yolanda Díaz

El resultado de Mélenchon reabre en Podemos el debate sobre la vuelta al extremismo

El candidato de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, referente de la izquierda alternativa, alcanzó el pasado domingo un resultado notable. Obtuvo un 22% de votos y según algunos analistas pudo incluso dar el sorpasso a Marine Le Pen si las elecciones se hubiesen celebrado pocas semanas después. Esto significa que el nuevo contexto de crisis económica ya se ha trasladado al tablero político, con el creciente interés de todos aquellos partidos como el Movimiento 5 Estrellas en Italia y Podemos en España por plantear una vuelta a las reivindicaciones más clásicas.

Podemos sabe que muy pronto afrontará una encrucijada. Por un lado, la permanencia en el Gobierno. Por el otro, la necesidad de defender a todos los que se quedarán en la estacada. Fuentes gubernamentales admiten en conversación con THE OBJECTIVE que la crisis económica tendrá efectos negativos en el empleo. Confían en que se trate únicamente de un frenazo con respecto a los buenos datos de los últimos trimestres. Pero quedará sobre la mesa asuntos como el aumento de los precios y de los alquileres.

Mélenchon triunfó con una receta que recupera la crítica a la política de la Unión Europea que funcionó con éxito a partir de 2008. Aprovechando la ola no-global, la familia de la izquierda radical ganó adeptos cuestionando las recetas económicas y las carencias democráticas en las instituciones comunitarias. Vincularon el asunto a las pulsiones históricas contra el atlantismo, hasta plantear un desafío a los partidos tradicionales de la socialdemocracia.

Mélenchon y la vuelta al nacional-populismo

Mélenchon volvió a esos valores en las últimas presidenciales francesas, y ese éxito ya está siendo interpretado por miembros del partido morado. En Podemos existen cuadros y corrientes que, si bien no comparten la línea del errejonismo, sí creen que se debe volver a hablar de nacional-populismo. Empujan para que el partido vuelva a conectar con los segmentos que se atreven a cuestionar asuntos como la soberanía presupuestaria de los Estados miembros y la relación con la OTAN y la defensa común europea. También proponen enfatizar cuanto antes asuntos como el salario mínimo europeo.

Podemos en este momento está lejos de estas posiciones. O, por lo menos, no se atreve a defenderlas. Su presencia en el Ejecutivo ha obligado a la cúpula morada a matizar constantemente su planteamiento. La presencia de Yolanda Díaz, que para muchos está más cerca del PSOE que de Podemos, actúa de muro de contención. Pero el partido morado baja sin parar en los sondeos, y si bien puede contar con un «suelo» parecido al de la mejor Izquierda Unida, hay quien exige mayor protagonismo a sus dirigentes.

En el Movimiento 5 Estrellas, que ejerció casi de antesala a la irrupción de Podemos en España (ambos partidos se inspiraron en el ataque a la «casta»), la victoria de Mélenchon ya se está convirtiendo en un trampolín para los sectores menos europeistas. Como Podemos, el M5E forma parte del Gobierno de Mario Draghi y en Italia, donde es conocida la facilidad por crear nuevos partidos políticos, ya están naciendo formaciones que se inspiran en el mensaje de Mélenchon. Entre ellos, Italexit, que hace un guiño al Brexit de Reino Unido.

Mirar hacia Francia

Podemos no aspira a cuestionar el europeismo en España, pero es consciente de que la guerra se traducirá en un empeoramiento de la economía en España. Los morados temen convertirse en una fuerza política que recorte el gasto público. Nada más arrancar el conflicto, las reuniones de Podemos se centraron casi únicamente en cómo evitar el triunfo de la «hortodoxía» económica de Nadia Calviño, y cómo intentar que se viera al papel de la formación morada en las políticas sociales.

El dilema de la manta corta sigue sobre la mesa. Y con él el miedo a que la coalición con el PSOE se convierta en elegir entre lo malo y lo peor. Si la situación económica empeora, los que más ganarán votos serán los extremismos, y si Podemos no se suma a esta corriente dejará todo el malestar social a la oposición (PP y Vox), reflexionan algunas fuentes.

Es por ello que algunos ya afirman que hace falta recuperar el discurso más reivindicativo de los inicios. Y que en esta situación la moderación de Yolanda Díaz no es viable. Los verdes, por ejemplo, obtuvieron un 4,7% de votos. Piden mirar hacia Francia. Concretamente a Mélenchon. Pero a hacerlo de verdad, sin apriorismos y sobre todo sin el tacticismo que ha condicionado las elecciones de Iglesias desde finales de 2019.

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