Yolanda Díaz insiste en la táctica del silencio: se pondrá de perfil si hay adelanto en Andalucía
Quedaría por ver si decide acudir a Andalucía para involucrarse en una campaña en la que el resultado de la izquierda puede estar muy por debajo de las expectativas
La ministra de Trabajo y vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, insiste en la táctica de la espera, o «pasividad» según algunos observadores. En las elecciones de Castilla y León se decantó por evitar todo lo posible involucrarse en la campaña electoral de Podemos. Temía que un mal resultado (que se produjo tal y como adelantó este medio) acabaría afectando a su imagen. La estrategia fue acertada, ya que salió indemne del pinchazo morado en dicha región. Ahora, con las autonómicas de Andalucía a las puertas, todo apunta a que Díaz emule este planteamiento.
Muchos dan por descontado que la ministra de Trabajo será la gran ausente de esos comicios. En Madrid, los afines a la ministra tampoco dejan entender que la dirigente gallega se esté moviendo en este sentido. Sino que también algunos de sus consiglieri llevan meses susurrándole al oído que se ponga de perfil.
Es más. La estrategia que estaría barajando Díaz pasa exactamente por certificar el fin político de Unidas Podemos en esos comicios. Los sondeos son malos y la división interna lastra las expectativas. El sector anticapitalista de Teresa Rodríguez, después de la ruptura con Pablo Iglesias, quiere concurrir en solitario en los comicios, tal y como desveló THE OBJECTIVE. Los demás se agruparían en una confluencia que, sin embargo, ya sufre algunas sacudidas.
Sin candidato propio en Andalucía
La dirección madrileña de Podemos ha entregado la llave de Andalucía a los comunistas activos en Izquierda Unida. La orden llega directamente de Irene Montero, a través de su jefa de gabinete Amanda Meyer. Ésta es la hija del histórico dirigente de IU Willy Meyer y una de las personas con más poder en Andalucía. La alianza entre IU y Podemos se da por descontada, y a ella se juntaría la pequeña y débil sección de Más País. A pesar de la lejanía entre Íñigo Errejón y la cúpula morada, todo apunta a que se pueda llegar a un entendimiento con los miembros del partido turquesa. Pero no con los anticapitalistas de Adelante Andalucía.
Quedaría por ver si Yolanda Díaz decide acudir a Andalucía para involucrarse en una campaña en la que el resultado de la izquierda puede estar muy por debajo de las expectativas. Y que lo haga sin antes haber elegido «su candidato». Este es un punto clave para descifrar los movimientos de Díaz, según las fuentes conocedoras de su estrategia. «Para qué ir a Andalucía si ella no pone ni quita nadie de las listas», resumen los afines a la gallega y partidarios de que se mantenga cuanto más lejos posible de Sevilla.
En todas las sedes políticas de los principales partidos se comenta la posibilidad de un adelanto electoral en Andalucía para el próximo mes de junio. Se trata de pocas semanas en las que Díaz no tendrá la capacidad ni la intención de modificar los equilibrios existentes. Ya en el pasado mes de marzo, cuando se hablaba de comicios regionales en otoño, la dirigente se desmarcó de la construcción de una alternativa de izquierda al PSOE. Sostuvo que era «evidente» que su plataforma «no llegaría a tiempo».
Un prestigio que defender
Por aquel entonces, Díaz calculaba lanzar su gira por los territorios para esta primavera. La guerra en Ucrania, sin embargo, ha interrumpido esa hoja de ruta. «Es el peor escenario posible», deslizaban fuentes del sector de Díaz a este diario. Aun así, lo lógico sería que participara en al menos un mitin electoral. O algo más, pero no demasiado para no jugarse su prestigio político en estos difíciles comicios.
En Castilla y León, Díaz humilló al partido morado al acudir solo a un pueblo de unos pocos miles de habitantes y más como guiño a su «amigo» Unai Sordo (su familia era originaria de dicho pueblo) que como apoyo directo a Podemos. Díaz no habló ni en Valladolid, ni en Burgos, ni en León. Y los morados quedaron con tan solo un representante en las Cortes regionales.
La ausencia de Díaz elevó el choque interno con Podemos. Los morados se sienten decepcionados por la actitud «personalista» de la vicepresidenta segunda. Y en el caso de Castilla y León recuerdan que se perdió un diputado autonómico por un puñado de votos. Es decir, que si Díaz hubiera participado a algunos actos en los principales centros urbanos, tal vez Podemos hubiera salvado los muebles.
Pero, ¿quiere Díaz ayudar a Podemos? ¿O su estrategia pasa por dejar que a los morados tirados en la estacada para que caigan por su propio peso? Algunos cuadros de Podemos no tienen dudas: Díaz quiere que Podemos implosione para reconstruir todo el «espacio» a partir de ese momento. El entorno de Díaz asegura que la ministra sigue trabajando en ello. Y todo apunta a que Díaz volverá en Andalucía a la estrategia del silencio.