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Bolaños se desmarca de la acusación de Robles contra la Generalitat y promete a Rufián que «va por libre»

El ministro de presidencia convenció al portavoz de ERC de que ésa no era la línea del Gobierno

Bolaños se desmarca de la acusación de Robles contra la Generalitat y promete a Rufián que «va por libre»

La ministra de Defensa, Margarita Robles. | Europa Press

Sucedió minutos después de que la ministra de Defensa, Margarita Robles, insinuara la implicación de la Generalitat de Cataluña en el hackeo a teléfonos de ministros del Gobierno en connivencia con la Rusia de Putin. Su colega de Presidencia, Félix Bolaños, se cruzó la mirada con la también jueza en excedencia Pilar Llop con gesto de sorpresa. Justo en ese momento, en el pasillo contiguo al Hemiciclo, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, hacía declaraciones ante los medios de comunicación quejándose de que el Gobierno no les había llamado para negociar el decreto. Rufián no se enteraba hasta minutos más tarde de las acusaciones que acababa de proferir Robles contra el ejecutivo autonómico catalán que empezaron a correr como la pólvora entre el Gobierno y sus socios y motivaron la petición de dimisión de Robles por parte de Pere Aragonès.

«Me lo han contado ya una docena de veces», confesaban a este diario fuentes gubernamentales conscientes de que las palabras de Robles entraban en colisión con la activación del protocolo negociador en los momentos críticos. El propio Bolaños solicita una reunión urgente a Gabriel Rufián que se producía en torno al mediodía. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, Bolaños aseguró a Rufián que el Gobierno no respalda esas acusaciones y que «Robles va por libre». 

«Robles no corre peligro»

Fuentes de Moncloa consultadas por este periódico son conscientes de la gravedad de las acusaciones de Robles y aseguran que la ministra de Defensa cuenta con el absoluto respaldo de Pedro Sánchez. «Ella está muy tranquila y no corre peligro», sostienen estas fuentes que incluso defienden que «Robles está haciendo su papel. También tenemos que defendernos de las acusaciones» que se hacen sin carga probatoria alguna, como argumenta desde hace días la titular de Defensa. 

Sin embargo, las polémicas acusaciones de Robles se convirtieron en la comidilla de los pasillos del Congreso generando el «bochorno» de Podemos y el «asombro» del PP. Según fuentes de ambas formaciones consultadas por este periódico, «es gravísimo que se acuse al gobierno de la Generalitat de hackear los móviles de los ministros». Tanto que en el momento de sus declaraciones cinco parlamentarios de Podemos, entre los que se encontraban el secretario general del grupo, Txema Guijarro, Sofía Castañón, Marisa Saavedra y Rosa Medel se levantaron de sus escaños y abandonaron el Hemiciclo en señal de protesta. 

Desde Podemos coinciden con otras formaciones políticas como el PP o ERC en que «a Margarita se le ha ido» en la última parte de su intervención, que fue la que pasó más inadvertida porque se produjo después de «haber justificado que se espíe por parte del Gobierno a dirigentes independentistas» y que motivó la petición de dimisión desde la Generalitat de Cataluña pocos minutos después. Añaden las citadas fuentes que «da la sensación de que esta contra las cuerdas y ya lo daba todo por perdido». 

Sin embargo en Defensa no dan puntada sin hilo y afirman que la ministra está «absolutamente tranquila» con la ofensiva de sus socios que exigen su cabeza. Y deslizan en privado, sobre la implicación de la Generalitat, que «es falso que sólo el Gobierno y el CNI tuvieran acceso al sistema Pegasus» de espionaje porque «otros cuerpos policiales autonómicos» también pudieron hacerse con ellos. El entorno de la ministra ni confirma ni desmiente que se refirieran a los Mossos d’Esquadra como sí adelantó la información publicada por THE OBJECTIVE sobre las revelaciones que los excomisarios Villarejo y García Castaño revelaran en el Congreso que los Mossos disponían de un sistema de espionaje similar al Pegasus.

Bolaños a Rufián: «A ver cómo lo explicáis»

Según las fuentes consultadas, «la reunión (de Bolaños y Rufián) no ha ido bien» para los republicanos que denuncian que «este Gobierno es acerca cada vez más al precipicio» y utiliza «el chantaje de siempre, como con los Presupuestos y la reforma laboral, del bienestar de los españoles». Si bien Bolaños es percibido como el perfil amable del Gobierno frente a la dureza de Robles, el ministro ‘negociador’ de Pedro Sánchez advirtió en ese encuentro a Rufián: «A ver cómo explicáis que votáis en contra» del decreto que bonifica la gasolina y ayuda a los colectivos afectados como transportes, ganaderos, agricultores y sector lácteo. 

Desde el Ejecutivo confíaban sin embargo en que se abriera paso la vía posibilita de «Rufián, que es más partidario de la abstención» mientras «en Cataluña querían votar en contra. Quien manda es Aragonés y nos quiere dejar tirados porque no tienen una salida y porque tienen que justificarse allí ante sus socios», explican fuentes de Moncloa si bien a primera hora veían en el «tono de Rufián» contra Pedro Sánchez en la sesión de control que todavía había agua en las piscina. 

El decreto se votará este jueves sobre las 15:00 horas en un pleno ordinario al que seguirá el pleno extraordinario en el que se votarán a los miembros de la Comisión de Secretos oficiales tras un cambio en las mayorías forzado por la presidenta, Meritxell Batet. Fuentes parlamentarias auguran que la votación de esta sesión podría prolongarse hasta las 18:00 horas dado que se trata de una votación secreta y en urna, motivo por el cual el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ha pospuesto el viaje a Moldavia y Polonia. Moncloa no descarta que pudiera retomar la agenda si el pleno terminara antes de lo previsto.

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