Ministros del Gobierno creen que el portazo de ERC deja en «punto muerto» la legislatura
De la alianza Frankenstein a la alianza Pegasus. El Gobierno promete que habrá «más intentos» con el PP y ERC advierte de que «Sánchez juega a la ruleta rusa»
La pregunta recorre las bancadas del Congreso, las filas de la bancada azul y los arcos parlamentarios donde se ubican los socios del Ejecutivo. «¿A dónde va la legislatura? ¿Cuáles serán las consecuencias del rechazo de ERC?». El discurso oficial es que el Ejecutivo confía en «reconducir» las relaciones con su socio republicano y se muestra condescendiente por la situación en Cataluña y la presión de JuntsxCat sobre ERC. Sin embargo, otros ministros del Ejecutivo consultados por THE OBJECTIVE reconocen que «hay dudas» porque Esquerra no es de fiar y esto puede derivar en que la legislatura quede en «punto muerto».
El temor a que esto ocurra radica también en la situación convulsa que se vive en Cataluña donde, a juicio de algunos, «en Cataluña tienen muchas ganas de romper» por el escándalo del espionaje a los independentistas. El miedo es que el Gobierno asista sin poder evitarlo a la transición de la alianza Frankenstein al llamado ‘bloque Pegasus’ y que ERC se instale de forma permanente en el bloque del ‘no’ a Pedro Sánchez junto a otras formaciones independentistas.
«Habrá consecuencias», auguran estas fuentes gubernamentales destilando pesimismo pero también «cabreo» por el politiqueo de sus socios y su presunta voluntad de dejar caer al Ejecutivo tras una semana «muy compleja». Tras el alivio inicial de haber salvado in extremis la votación, cunde el desánimo por el devenir del año y medio que resta de legislatura con la amenaza permanente de ruptura sobre los hombros del Ejecutivo y sus negociadores parlamentarios.
¿Viraje al PP?
Una sospecha que también se produce a la inversa porque en ERC hablan, con menos dudas, de la voluntad deliberada de «cambiar la aritmética» y virar hacia el PP para lo que resta de legislatura. Y se basan en hechos concretos como que el último contacto del Gobierno con ERC fue la reunión del ministro de Presidencia, Félix Bolaños, con el portavoz republicano, Gabriel Rufián, en la mañana del miércoles en el Congreso de los Diputados. «Desde entonces no nos ha llamado nadie», explican desde ERC ajenos a toda la negociación gubernamental, que se prolongó hasta la noche y en la que ni siquiera fueron disuadidos de cambiar su voto a cambio de la tramitación del decreto como proyecto de ley.
«La oferta no era para nosotros» sino para Bildu y el Grupo Mixto, con quienes sí negociaron con nocturnidad tras comprobar por la tarde que había voluntad de salvar el proyecto gubernamental del decreto de la guerra. «Claro que tendrá consecuencias para la legislatura», auguran los republicanos. «Sánchez juega mucho a la ruleta rusa pero un día puede saltar la bala», dicen en relación a un punto de inflexión en la legislatura, que se aventura a un periodo yermo en el plano legislativo.
¿Con quién sacarán las leyes pendientes?
ERC presume de ser «imprescindible» para sacar adelante la agenda legislativa y se pregunta con quién sacará el Gobierno adelante los proyectos en la nevera parlamentaria como la Ley de Vivienda, la ley mordaza, la del sí es sí o la Ley de Memoria Democrática. Leyes que llevan congeladas varios meses y que así podrían seguir si, como sospechan los aliados Frankenstein, el Gobierno quiere virar hacia el PP.
Un punto que no desmienten los mismos ministros que, mientras abogan por encauzar las relaciones con sus socios, insisten en tener una «voluntad real de negociar con el PP». Habrá «más intentos» de alcanzar acuerdos con los populares, reconocen los ministros económicos en un intento por resucitar la geometría variable que, de momento, ha tumbado el Frankenstein de Pedro Sánchez y ha creado el nuevo ‘bloque Pegasus’ contra Pedro Sánchez.