El colapso sanitario paralizó un millón de cirugías en el primer año de pandemia
Las intervenciones quirúrgicas se redujeron en un 33% y la espera para una operación alcanzó los seis meses
La pandemia ha abierto las tripas al sistema sanitario. El coronavirus colapsó los hospitales con unidades de cuidados intensivos saturadas y quirófanos con camas reservadas para pacientes que luchaban por su vida. Lo mismo ocurría en los departamentos de reanimación postquirúrgica. Abarrotados de pacientes covid. De este modo, el relato del colapso hospitalario durante el primer año muestra ahora lo que pacientes y profesionales llevan denunciando meses: «Lo que no era covid no importaba». Como consecuencia, un millón de cirugías que no se llegaron a realizar o fueron aplazadas durante 2020.
Así lo refleja el último informe del Sistema Nacional de Salud (SNS), que muestra como durante el primer año de la pandemia se realizaron 2.798.878 intervenciones, frente a las 3.721.651 que se produjeron en 2019, un 33% menos, siendo la cirugía mayor ambulatoria la que mayor impacto sufrió (-35%) al ser esa una de las áreas donde se habilitaron dispositivos de atención a pacientes críticos.
De esta forma, las operaciones que no fueron de extrema urgencia pasaron a un segundo plano, sobre todo, en la primera ola, mientras las camas y UCIS de los hospitales se llenaban de pacientes covid. El riesgo de complicaciones para el paciente, el peligro de contagio para el personal sanitario y la fuerte presión asistencial fueron los causantes de que muchas cirugías fueran aplazadas en varios centros hospitalarios de España.
Casi seis meses de espera para una cirugía
Así, el estudio –Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2020-2021– refleja un aumento del tiempo de espera para una cirugía no urgente de 170 días en junio de 2020 (el 33% de los pacientes tuvo que esperar más de seis meses), cuando en junio de 2019 era de 115 días. El mismo mes en 2021, bajó a 121 días.
No obstante, el tiempo de espera para una cirugía presenta grandes diferencias entre territorios. Así, mientras que en Melilla había que esperar una media de 40 días, 60 en Asturias o 68 en País Vasco, para un residente en Castilla La Mancha o Andalucía la operación se podía retrasar hasta 286 y 188 días, respectivamente.
Por especialidades, el tiempo de espera fue muy elevado en cirugía plástica (346 días; 0,5 pacientes/1.000 hab.), neurocirugía (217 días; 0,3 pacientes/1.000 hab.), traumatología (173 días; 3,9 pacientes/1.000 hab.) y cirugía torácica (168 días; 0,04 pacientes/1.000 hab.). En el extremo opuesto se encuentran la cirugía cardiaca (93días) y oftalmología (96 días).
Este hecho, cabe destacar, supone un problema para la sanidad española que, una vez dé por finalizada la epidemia de coronavirus, se deberá enfrentar a un larga cola de pacientes que no han sido atendidos y esperan para tratarse de sus diversas dolencias. Así lo señala a THE OBJECTIVE Salvador Morales-Conde, presidente de la Asociación Española de Cirujanos (AEC), que manifiesta que más que el paciente no operado, lo que preocupa es el paciente «no diagnosticado». «El problema es el paciente que no se identifica porque no haya ido a su médico o porque se han disminuido las pruebas diagnósticas, como las colonoscopias o las pruebas de imagen. Es decir, nos preocupa que no se haya podido diagnosticar al paciente y que pospongamos cirugías por posponer diagnósticos».
No obstante, Morales-Conde hace hincapié en que «el mensaje fundamental que hay que lanzar a la población es que durante toda la pandemia ha habido un esfuerzo impresionante por sacar a todos lo pacientes oncológicos y a todos los pacientes con una patología benigna que necesitaban una atención preferente», sin embargo, el problema radica en que «el paciente benigno que no necesitaba una atención preferente se ha ido demorando y se han alargado los tiempos de lista de espera».
Menor número de pruebas diagnósticas
Por lo que respecta a la lista de espera de consultas, en junio de 2021, de cada 1.000 personas, 62 estaban pendientes de tener una primera visita por parte de algún especialista del hospital o de centros de especialidades. La tasa todavía es algo inferior que la última que se registró antes de la pandemia, durante la cual a la par que disminuía el número de pacientes, aumentaba también como en la quirúrgica el tiempo medio de espera de los mismos, que llegó a ser de casi cuatro meses (115 días) tras la primera ola.
El impacto en el resto de áreas de actividad no relacionada con la covid-19 ha sido todavía mayor. De hecho, respecto a 2019, los hospitales públicos han dejado de realizar 10,6 millones de consultas de las cuales 5,7 millones han sido primeras consultas, un 27% menos que el año anterior.
El menor número de primeras consultas y hospitalizaciones ha tenido como consecuencia un menor número también de pruebas diagnósticas con disminuciones del 9% en los TAC, 14% en resonancias (1.980.357) y hasta un 26% menos en colonoscopias (674.214).
Por otro lado, el informe destaca el 600% de aumento respecto al año previo de las teleconsultas entre profesionales y pacientes (127 millones en 2020) promovido por la restricción de la movilidad y el contacto social en la situación pandémica y que se ha acompañado de una significativa disminución de las consultas presenciales.
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