Podemos recela de la tardanza de Bolaños en controlar los móviles de los ministros morados
Los ministros de Podemos entregaron sus móviles entre el lunes y el martes, después de la rueda de prensa. ¿Por qué tan tarde?, se preguntan
¿Por qué tan tarde? Una pregunta sobrevuela los cinco ministerios controlados por Unidas Podemos. ¿Por qué en estos dos años de Gobierno el Ejecutivo no pidió nunca a los ministros morados que entregaran sus móviles para controlar si habían sido espiados, aunque existieran sospechas en este sentido, tal y como ha dejado entender la ministra de Defensa, Margarita Robles? Y hay más. ¿Si Sánchez supo la semana pasada de su infiltración, por qué La Moncloa escondió el asunto hasta la rueda de prensa del pasado lunes, y solo entonces activó los protocolos de seguridad hacia los ministros de Unidas Podemos?
Podemos intenta no sobreactuar en la cuestión del espionaje a Sánchez y a los independentistas en el caso Pegasus. Sabe que su posición es extremadamente delicada. Por un lado blinda su alianza con ERC, respaldando sus exigencias para que Sánchez imponga dimisiones en los más altos niveles. «Sánchez debe entender lo importante que es para ERC el asunto», zanjan las fuentes moradas. Pero, por otro lado, Podemos no quiere que se ponga en tela de juicio la legislatura. «Si deben caer las cabezas de la directora del CNI y a la vez de la ministra de Defensa para salvar el Gobierno, que así sea», es el mensaje que los morados dejan caer en sus conversaciones.
Podemos abre un fuego de contención que salve a Sánchez y al Ejecutivo. Pero exige responsabilidades. Y también que se aclare internamente hasta dónde llegó el espionaje, y si es cierto, tal y como defiende La Moncloa, que se descubrió el fallo en el móvil de Sánchez y Robles hace tan solo unos días. Esta versión, de hecho, no convence a cuadros y dirigentes del partido. «¿Por qué en todo ese tiempo nadie pidió los móviles de los ministros de Podemos para controlarlos?», se preguntan en la formación morada.
Enfado controlado en Podemos
Los ministros morados recibieron una comunicación por parte de la Moncloa solo «el lunes o el martes» de que era conveniente que se chequearon también sus móviles. Todo ocurrió después de que Félix Bolaños, el todopoderoso ministro de Presidencia y ‘mano derecha’ de Sánchez, explicara en una rueda de prensa lo ocurrido: un espionaje al terminal del presidente en 2018, en plena crisis migratoria con Marruecos.
Bolaños avisó a Yolanda Díaz tan solo 15 minutos antes de hablar en rueda de prensa. Una escueta llamada para explicar lo que iba a comunicar. Nada más. O, mejor dicho, nada menos que lo de siempre: ministros de Podemos apartados de las informaciones más importantes del Ejecutivo, que inevitablemente coinciden con los intereses estratégicos del presidente. Las fuentes consultadas activas en el Ejecutivo hablan de enfado controlado en Podemos. Pero sí de exigencia de explicaciones.
Lo único que se sabe es que el pasado martes los ministros de Podemos entraron en el Consejo de Ministros sin sus móviles. Por fin estaban siendo controlados por los expertos del CNI. Todavía (al cierre de la edición del miércoles) los involucrados desconocen el resultado del análisis. Aunque algunos aventuran internamente que «es muy probable» que hayan sufrido espionaje. El problema para Podemos es saber de quién y cuándo.
Consejo de Ministros sin móviles
El cuándo es un asunto esencial para los morados. Y esto porque Podemos cree que pueden haberse «cruzado» varias filtraciones. Por un lado, la de miembros del CNI a dirigentes independentistas. Y, por el otro, de un gobierno extranjero o incluso de lo que llaman el «deep state» (literalmente, Estado profundo) contra miembros del Ejecutivo. En la formación morada, de hecho, nadie duda de que en estos años dirigentes como Pablo Iglesias o Irene Montero hayan podido sufrir espionaje.
En definitiva, Podemos reclama responsabilidades y fuerza un cuerpo a cuerpo con Robles (una estrategia que como desveló este diario se abordó nada más conocer el espionaje a los independentistas) que, en realidad, no aspira a un verdadero choque en el Ejecutivo. Mirado con lupa se descubre un papel de ‘casi-observador’ de Podemos, interesado en aprovechar la coyuntura para debilitar a una ministra enemiga y, sobre todo, recuperar el espíritu de la investidura con ERC.
En este sentido, Podemos es consciente de que el anuncio del lunes de Bolaños ha sido un patinazo para las relaciones con los republicanos. Desde ERC, de hecho, no esconden su enfado por lo que consideran una cortina de humo para intentar silenciar la polémica en Cataluña. «Esto no solo se puede cargar la legislatura, se puede cargar la democracia», dijo públicamente el martes Gabriel Rufián en el Congreso. «No son conscientes de las consecuencias», añadía.
«Lo que queremos es volver a hablar cuanto antes de vivienda y pensiones», explican desde el cuartel general de Podemos. Aunque temen que Sánchez todavía no haya entendido la gravedad del asunto. Este puede convertirse, señalan las fuentes consultadas, en el verdadero problema de la polémica. Aunque también confían en el espíritu de supervivencia del socialista: «Él sabe que si vamos a votar, en este momento perdería las elecciones. Y ya ha demostrado que si para seguir gobernando hace falta apartar a alguien, lo hará». Podemos, el observador, estudia el tablero. Aunque tiene claro quién es su aliado: ERC.