Los espionajes a Marlaska y Planas aceleraron la destitución de Paz Esteban, jefa del CNI
Fuentes gubernamentales auguraban que Paz Esteban «no pasaba de esta semana» tras conocer que hay dos ministros más espiados
La hoja de ruta que ha desembocado en la dimisión de la directora del CNI, Paz Esteban, se precipita. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tomado la decisión de pisar el acelerador con una destitución que se descontaba en Moncloa pero que algunos querían posponer hasta la celebración de la cumbre de la OTAN a finales del mes de junio. No ha sido posible, según las fuentes consultadas por este periódico, por la necesidad de pasar página, acercar a sus socios de ERC y arreciar el malestar interno en el Gobierno y el PSOE, que había empezado a crecer hasta un punto peligroso.
De ahí que el presidente Sánchez precipitara este lunes los acontecimientos fijando en Moncloa la secuencia lógica de los acontecimientos. Este martes por la tarde, después de la celebración del Consejo de Ministros, el Gobierno dará a conocer el resultado de la investigación interna del Centro Criptológico Nacional, dependiente del CNI, que se abrió hace una semana cuando el Gobierno dio a conocer que tanto Pedro Sánchez como su ministra de Defensa, Margarita Robles, habían sufrido infecciones de Pegasus en sus dispositivos móviles.
Fuentes del Ejecutivo apuntaron a THE OBJECTIVE habría al menos dos casos más, detalle confirmado por el Gobierno en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes. En concreto, el del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que había negado el Gobierno la semana pasada cuando el diario El País avanzó su espionaje por el spyware israelí; y el del ministro de Agricultura, Luis Planas, cuya relevancia no sólo radica en ser miembro del Consejo de Ministros sino en su condición de exembajador de España en Marruecos entre 2004 y 2010. Eso sí, en el teléfono de este último solo se ha confirmado un intento de infección fallido.
Paz Esteban «no pasa de esta semana»
Unos casos a los que pretende aferrarse el Ejecutivo para justificar la necesidad de «adoptar las medidas pertinentes» para subsanar esta brecha de seguridad en los servicios secretos. Las fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE avanzaban que el cese sería «inminente» e incluso la fechaban para esta misma semana ante la necesidad de cobrarse una ‘cabeza de turco’ con la que acudir a una reunión entre Pedro Sánchez con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, que escenifique la vuelta a la normalidad a finales de esta semana. Con la decisión conocida a lo largo de la mañana, queda confirmado este escenario.
«No pasa de esta semana», auguraban fuentes gubernamentales y socialistas sobre el cese de Paz Esteban. Las citadas fuentes de este periódico fijan finalmente un horizonte temporal después de una semana vinculando su permanencia a referencias cortoplacistas. «Cada momento tiene su afán… en este momento cuenta con el apoyo del Gobierno», deslizó la semana pasada la portavoz del Gobierno en Moncloa, Isabel Rodríguez.
Este lunes, el portavoz de la Ejecutiva socialista, Felipe Sicilia, aseguró en su rueda de prensa que «a día de hoy, no hay ni una sola información para que la directora del CNI no esté en su puesto. Si sigue ahí es porque cuenta con la confianza». Aunque añadió que «tenemos que ver los trabajos» sobre la investigación interna encargada por la responsable de la inteligencia española para «tomar las decisiones pertinentes», sin concretar cuales serán.
Reunión con Aragonés
Previamente, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, había reunido a los suyos en la Comisión Ejecutiva Federal para avanzar su voluntad de pasar página del caso Pegasus. Sin concretar los pasos de esta hoja de ruta semanal, el presidente avanzó este lunes a los miembros de la dirección socialista su voluntad de reconstruir las relaciones con sus socios y agotar la legislatura hasta finales de 2023 o principios de 2024, como adelantó hace días THE OBJECTIVE y confirmaron este lunes fuentes socialistas.
Antes, en la reunión en maitines en Moncloa, un encuentro al que acuden los pesos pesados del Gobierno y el partido, el presidente desglosó los pasos de su plan de actuación de aquí a finales de semana con la voluntad de revertir la situación «tóxica» derivada de la semana horribilis y que concluyó con la advertencia de Pere Aragonès de dar por «rota la confianza» y en suspenso la legislatura. Moncloa trabaja con la Generalitat para cerrar un encuentro a finales de semana que ponga la guinda final a la estrategia del Ejecutivo. En el plan gubernamental se plantean dos medidas para atraer a su aliado republicano a la órbita gubernamental y parlamentaria: de un lado, el cese de la directora del CNI y del otro, la desclasificación de los documentos internos para remitirlos a la autoridad judicial competente.
El ruido interno en el PSOE
El presidente ha decidido acelerar la decisión ya tomada de utilizar a Esteban como cortafuegos de las responsabilidades gubernamentales, no sólo por la ofensiva de sus socios de ERC, sino por el ruido interno creciente que había comenzado a generarse de puertas para adentro en el Gobierno y el PSOE. La guerra abierta entre los ministros de Presidencia, Félix Bolaños, y la de Defensa, Margarita Robles, dejó un poso amargo en el Partido Socialista, donde prendió la mecha de si es posible continuar con la legislatura en estas condiciones que desprenden aroma de agotamiento.
El portavoz socialista se afanó por ello en desmentir encontronazo alguno en Moncloa o Ferraz: «No hay ningún tipo de enfrentamiento ni dentro del Gobierno ni dentro del partido». Y mandó «todo el apoyo a nuestra compañera ministra de Defensa», quien «tiene todo el apoyo de la ejecutiva socialista. Es un orgullo que sea la ministra de Defensa y más en un momento muy delicado». Ni una palabra de la otra parte, la que afecta a Félix Bolaños, y que las fuentes consultadas por este periódico dan por perdedor en la contienda interna. Robles pierde a una persona de su confianza pero gana a ojos del presidente y del partido.