Yolanda Díaz resucita el 'plan Suma' que usó IU en 2013 para abortar el nacimiento de Podemos
En 2013, Cayo Lara y Alberto Garzón lanzaron la plataforma Suma que aspiraba a frenar el nacimiento del partido morado y fracasó
«La venganza es un plato que se sirve frío». La expresión llegó a las salas cinematográficas en 1971 gracias a un spaghetti-western (película homónima dirigida por Pasquale Squiltieri). Y ahora parece haberse vuelto a poner de moda en la guerra cada vez más caliente entre Yolanda Díaz y la dirección de Podemos. El hecho de que Díaz quiera nombrar su embrión de plataforma Sumar (todavía asociación y no marca política) hizo saltar de la silla a algunos dirigentes morados. Pablo Iglesias e Irene Montero dijeron no saber nada de la operación. Pero ellos, y todos los que provienen de las juventudes comunistas, saben perfectamente lo que esconde ese lema, según revelan fuentes de este segmento.
Corría el año 2013. Izquierda Unida, entonces dirigida por Cayo Lara y en el que ya destacaba Alberto Garzón, observaba con interés y algo de preocupación el auge del 15-M. La eclosión de la protesta juvenil disparaba a IU en las encuestas, pero el fermento brotaba dentro y fuera del partido, y la dirección era consciente de que todo se podía torcer si entraban en juego otros partidos en el contexto preelectoral de las europeas. Por ello se inventaron una «plataforma» en apariencia nueva, Suma-la gente primero, que tenía una vocación clara: impedir que nacieran sujetos autónomos que capitalizaran el enfado de la sociedad. O sea, abortar la misión de Podemos antes de que naciera.
Por aquel entonces, Iglesias era un profesor asociado de la Complutense. Ejercía de asesor político de Lara (aunque como independiente) y destacaba como enfant prodige de las tertulias televisivas. A su alrededor, no obstante, empezaba a vertebrarse algo. En cenas entre cuadros de IU y futuros fundadores de Podemos se compartían visiones, y con ellas la idea de que había que dar el paso. Tania Sánchez, la joven más preparada a nivel orgánico entre los cuadros de IU, lo tenía claro: había que hacer algo e Iglesias era el elegido. Las presiones al futuro secretario general llegaban incluso de su entorno familiar.
Un plan que ya fracasó
Para frenar el nacimiento de un nuevo actor político, la dirección de Lara y Garzón creó Suma. Era un artefacto pensado para aglutinar colectivos sociales y otras fuerzas, como Equo, los Verdes y gente del 15-M, revelan miembros de IU conocedores de aquel proyecto. Su esperanza consistía en que esa plataforma instrumental robara el protagonismo a los posibles escindidos. Este plan, sin embargo, fracasó estrepitosamente. Y pocos meses después, en enero de 2014, se fundó Podemos.
Podemos acabó canibalizando IU, ya controlado por Garzón. Pero ahora la paradoja es que la historia da un giro de guion. Y lo hace de la mano de Yolanda Díaz, elegida por Iglesias para sustituirla, quien ahora quiere independizar de él. Díaz es la dirigente que está ofreciendo a IU una venganza en frío. Y los que ahora observan este movimiento lo celebran: «Los jóvenes de IU solo están esperando soltar ese lastre», afirman para referirse a Podemos.
Lo más llamativo es que Díaz no solo está empleando la misma estrategia de IU en 2013, sino que usa la misma palabra: «sumar». Con la novedad de que tiene un aliado inesperado. Se trata de Íñigo Errejón, ex fundador de Podemos y ahora líder de Más País. Quien le conoce asegura que a él se debe la filtración sobre el nombre de la plataforma de Díaz (en realidad un anteproyecto, puesto que la candidatura difícilmente se llamará Sumar). Y en el círculo de Iglesias todos creen que «está claro que van a romper Unidas Podemos».
Pinza a Podemos
Hasta hace poco, Errejón quiso pelear por el liderazgo con la propia Díaz. En el día de presentación de su libro en Madrid, dejó palpable la falta de diálogo directo con ella. Errejón por aquel entonces no quería renunciar a liderar un espacio renovador inspirado en el ecologismo, en auge en el resto de Europa. Pero Díaz no le ha dejado espacio. La alianza con Ada Colau, Mónica Oltra y sobre todo Mónica García han frenado la ambición de Errejón.
Errejón asumió su debilidad y, como desveló este diario, empezó hace pocas semanas su acercamiento a la dirigente gallega. Entregó su espada y prometió fidelidad a la nueva reina. Y ofreció su servicio para ejecutar esa venganza de la que anhelan muchos en IU. Sumar en 2022, al igual que Suma en 2013, tiene un claro objetivo: frenar Podemos. El mensaje que Díaz está enviando a la cúpula morada no podía ser más directo.
Todas las fuentes consultadas recalcan, por ejemplo, la «crueldad» de desvelar el nombre de la nueva marca mientras Irene Montero lucha por la Ley del Aborto, la del ‘solo sí es sí ‘y el partido morado se prepara para su fiesta en Valencia este fin de semana. «Todo lo que está pasando es turbio y desmoraliza», reflexionan algunos referentes del espacio morado.
¿Cómo reaccionar?
La única duda que tiene ahora Podemos atañe a cómo reaccionar. La cúpula, liderada por Montero, Belarra e Iglesias en la sombra, no destaca precisamente por su temple. Pero los más navegados llaman a la calma. Creen que Díaz, por mucho que lo desee, no puede excluir a Podemos de su proyecto político. El peligro de una campaña de desgaste por tierra, mar y aire podría representar un peligro para ella. Podemos, además, sabe cosas que pueden comprometerla, según explican en las entrañas de la formación. Y es consciente de que «IU es una carcasa» y lo único que importa es la estructura orgánica del PCE.
Así que la vía más racional puede ser la de «tragarse el sapo» para evitar que Yolanda Díaz acabe escorando a los morados cada vez más en el espacio del extremismo. «Hay un intento de Yolanda de diferenciarse de Podemos», explican algunos que mencionan los casos de Manuela Carmena y Ada Colau. «Pero como se pasen un gramo salta el conflicto y eso no le hace bien a Yolanda», advierten desde las secciones madrileñas del partido. Juan Carlos Monedero, ahora al mando de la fundación de Podemos, avisó hace meses del peligro de la «personalización» del plan de Díaz. Y en eso sigue la plana mayor del partido.
Pero los tiempos lo son todo en política. Y la espera puede ser peor que el efecto sorpresa. Máxime porque Díaz parece estar pisando el acelerador. ¿Será por un peligro a un adelanto electoral, por ejemplo el año que viene con un superdomingo que una las generales a las autonómicas y municipales? Pedro Sánchez está a la baja en los sondeos y podría interesarle aprovechar los comicios locales para movilizar a los suyos.
En los partidos de la oposición ya estudian ese escenario. Y no se puede descartar que tampoco lo haga Díaz, puesto que la política gallega se está adelantando a su hoja de ruta. Como desveló este diario, existen contactos confidenciales del entorno de Díaz con jóvenes politólogos y activistas con proyección mediática. Están llamados a ayudar en la construcción de equipos, idearios y el «proceso de escucha», más que en la definición de las listas electorales, si bien los aludidos desvíen los tiros por ahí. El acto en Madrid con Thomas Piketty fue el comienzo de este proceso. Algo, en definitiva, se mueve.
En 2013 y 2014, IU sufrió fugas internas, traiciones y un liderazgo, el de Garzón, que dio muchos bandazos hasta sellar el pacto de los botellines con Iglesias. Fue casi un acto de defunción de IU. Y ahora vuelve a ser él quien capitanea otra disolución por la vía de los hechos, la de Unidas Podemos. ¿Sabrán Montero e Iglesias controlar los instintos y aplazar el conflicto? Hace años IU no pudo frenarles con Suma, pero ahora Díaz lo vuelve a intentar con Sumar. En el guion de la política hay giros y sobresaltos, pero el deseo de venganza nunca hay que perderlo de vista.