Feijóo ve imposible el cara a cara con Sánchez para el Debate sobre el estado de la Nación
El líder del PP asume que su oferta al jefe del Ejecutivo para trasladar este formato al Senado está condenada al fracaso
Alberto Núñez Feijóo en su última reunión en el Senado con los grupos parlamentarios del PP | Tarek (PP)
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, está empezando a asumir que tiene muy complicado, por no decir que imposible, protagonizar el cara a cara con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el próximo Debate sobre el estado de la Nación, para el que no hay fecha aún tras un sinfín de retrasos pero que debería ser la última semana de junio o en julio, tras las elecciones del 19-J en Andalucía, si el jefe del Ejecutivo cumple lo prometido.
Fuentes del PP consultadas por THE OBJECTIVE admiten la importancia del debate justo después de la previsible victoria electoral en la andaluzas ya que las dos sesiones de intervenciones y réplicas en el Congreso de los Diputados serán lo más parecido a una moción de confianza por parte de Sánchez.
Este formato del Debate sobre el estado de la Nación lleva sin convocarse más de siete años, concretamente desde febrero de 2015, cuando el bipartidismo aún dominaba la política española. Tanto Mariano Rajoy como ahora Sánchez pusieron desde entonces todo tipo de excusas electorales y pandémicas para poder dilatarlo en el tiempo. El resultado es que dirigentes como Pablo Iglesias o Albert Rivera dejaron la primera línea política sin participar en ninguno de esos debates.
Feijóo se ha convertido esta semana en senador por designación autonómica, pero ello no te permite intervenir en el Congreso. Por eso, ha dejado en manos del jefe del Ejecutivo el que el Debate del estado de la Nación se celebre en el Senado para poder confrontar contra él. El ya expresidente de la Xunta reconoció que su presencia en la Cámara baja está «bastante comprometida» al no tener el acta de diputado.
Las «limitaciones legales» que tiene Feijóo
«En el Congreso, por lo que me dicen mis compañeros está bastante comprometida mi posibilidad de ejercer como líder de la oposición en una Cámara en la que no ostento el acta de diputado», admitió tras recoger su acta en el Senado. Por ello, «salvo que haya informaciones adicionales de letrados o de otros aspectos», existen «limitaciones legales para ejercer un cargo y un acta que no poseo», de ahí que dé por imposible su presencia en el Congreso.
El problema de esta petición de Feijóo a Sánchez es que, en el caso de que fuese aceptada, perjudicaría a otras formaciones políticas que sí que tienen a sus líderes en la Cámara baja, caso de Vox (Santiago Abascal) y Ciudadanos (Inés Arrimadas), por poner dos ejemplos. De ahí que la propuesta esté condenada al fracaso.
El portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, ya señaló a principios de mayo que Feijóo, como orador, «no tendría encaje» en dicho debate, aunque sí que sugirió que podría estar presente en el hemiciclo. Además, adelantó que serían los servicios de la Cámara baja los que se deberían manifestar en este sentido si así lo solicita el PP, extremo que aún está por ver si se concreta.
El líder del PP se ha empeñado en rechazar en los últimos días que su partido se niegue a dialogar con el Ejecutivo. Para ello, puso varios ejemplos de mano tendida que han tenido los populares con el Gobierno. Feijóo dio el visto bueno a la «fórmula» escogida por Sánchez para dotar de mayor transparencia los ingresos y gastos de la Corona, así como la buena disposición para modificar el artículo 49 de la Constitución para introducir el término «personas con discapacidad» en vez de «disminuido».
Además, pactó «retomar las conversaciones» sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que al igual que el Debate sobre el estado de la Nación, será tras las elecciones andaluzas del 19-J. Un mes de julio que se antoja propicio para que la política española cierre asuntos pendientes.
