Sánchez presiona a Díaz para que asista a la cumbre de la OTAN porque «ella la legitima»
Los estrategas de la Moncloa buscan dividir al frente morado con la presencia de la ministra de Trabajo en la cumbre de la Alianza Atlántica en Madrid
La presencia de la ministra Yolanda Díaz en la cumbre de la OTAN en Madrid se ha convertido en un asunto relevante para Pedro Sánchez. Fuentes gubernamentales relatan cómo el pasado lunes se disparó la presión interna. Miembros del gabinete del presidente contactaron con cargos de Unidas Podemos para que rebajaran su crítica al contrato de 30 millones de euros firmado para organizar el evento. Pero las fuentes consultadas sostienen que el enfado del presidente venía de días antes, y apuntan a la «ausencia» de Yolanda Díaz en el acto de aniversario de la entrada de España en la OTAN al que había sido invitada. El entorno de la vicepresidenta asegura, sin embargo, que estaba todo pactado.
Sánchez no quiere ruido o muestras de debilidad ante los socios atlánticos. En Unidas Podemos reconocen la «importancia» de la cumbre para la imagen exterior del Presidente. De ahí que hablen de presiones a Díaz para que acuda a la cumbre de finales de junio: ella es la única ministra morada que forma parte del Consejo de Seguridad Nacional y eso conlleva ciertas responsabilidades, señalan en el Ejecutivo. Además, explican las fuentes consultadas, «su presencia legitima el acto» ante el votante de izquierda.
Sánchez asume que ministras como Ione Belarra e Irene Montero (además de Alberto Garzón) no acudirán al encuentro que reunirá en Madrid a finales de junio a los mandatarios de la Alianza Atlántica. Tacha de «testimonial» la posición de Podemos, pero tiene interés en que la ministra de Trabajo sí vaya a la cumbre. En juego están su imagen y proyección internacional. El socialista no quiere, en concreto, que se perciba que su gobierno tiene un escaso compromiso con la alianza atlántica en el medio de la guerra de Ucrania. Máxime porque su futuro como líder internacional está todavía por escribir.
La cuestión es de máxima importancia y en Podemos son conscientes de ello. Así lo explicitan varias fuentes consultadas, que intentan rebajar la polémica generada por las declaraciones de su portavoz, Javier Sánchez, quien apuntó a un contrato de 37 millones de euros firmado a dedo para convocar la cumbre. Asimismo, recuerdan que Podemos evitará organizar protestas o marchas contra la OTAN.
Díaz en la cumbre de la OTAN
Los morados añaden que en ningún momento Podemos habló de «ilegalidad» y apuntan a una campaña orquestada por la Moncloa para alejar y aislar al socio morado en un contexto de nervios y preocupación por los datos electorales de Andalucía. En el bando socialista no piensan lo mismo. La palabra «irresponsabilidad» se repite una y otra vez. La condescendencia de la época de Iván Redondo es un pasado lejano. Y si bien la aritmética parlamentaria sirve a Podemos para sentirse seguro, aumenta la tentación en la Moncloa de aprovechar los choques para alejar a Díaz de Montero y Belarra.
En un primer momento, cabe decirlo, fue Díaz quien evitó acudir al aniversario de la entrada de España en la OTAN. Oficialmente no acudió por una visita médica. Los socialistas aseguran que fueron avisados, pero algunas fuentes gubernamentales sostienen que, en realidad, esa ausencia generó las primeras fricciones con Sánchez. «Es importante recordar que en al aniversario de la OTAN Yolanda estaba invitada, mientras que los ministros de Podemos, no. Y su ausencia molestó mucho [a Sánchez]», argumentan.
Los afines a Díaz afirman que la ministra avisó con tiempo y forma, y que los socialistas entendieron su ausencia. A cambio, prometió estar en la cumbre de la OTAN del 29 y 30 de junio, tal y como adelantó THE OBJECTIVE. Jaume Asens, diputado de los Comunes, comentó el pasado martes que todavía quedan por cerrar las agendas, pero abrió a la presencia de Díaz en el acto. Enrique Santiago, actual secretario general del PCE, manifestó que su partido rechaza la presencia de España en la OTAN. Pero añadió: «A partir de ahí, si formamos parte de una organización internacional y tenemos obligaciones, es obvio que hay que cumplir».
Encrucijada para Díaz
La presencia de Díaz en dicha cumbre es algo muy importante para la izquierda no socialdemócrata. Algunos sectores duros de Podemos y también de Izquierda Unida hablan de humillación. Y se espera una respuesta contundente de Pablo Iglesias al respecto. «Aumentaría el cabreo de las bases», afirman.
«De momento Yolanda ha hecho lo que hace Yolanda, no decir ni que sí ni que no», añaden otras fuentes. A nivel simbólico, para algunos cuadros del partido morado sería un antes y un después en la imagen de la ministra. ¿Qué significa eso? Que en Podemos entienden que la presencia de Díaz a la cumbre revela su complicidad con la estrategia de divide y ganarás contra Montero y Belarra. El esquema es el mismo que se aplicó a finales de 2019, cuando la Moncloa impulsó sin éxito al partido de Íñigo Errejón. Ahora, afirman en Podemos, se está haciendo lo mismo con Díaz. La clave, agregan los más veteranos, es no caer en la trampa. «Paciencia», repiten.
El problema de la OTAN, así, puede ser mayor para Díaz que para la cúpula morada. Podemos sigue el esquema tradicional de rechazo a la Alianza Atlántica, mientras que la vicepresidenta segunda puede sufrir ataques por hacer seguidismo al PSOE y acudir al acto para «legitimarlo» de cara al votante de izquierda. Para la ministra de Trabajo, que ha construido su imagen sobre la pertenencia a una familia de sindicalistas comunistas, se abre una encrucijada.
En el año 1984 fue Felipe González, quien, después de abjurar del marxismo, dio un paso al centro modificando en 180 grados su postura en la política atlántica. ¿Es plausible que ahora Díaz, candidata in pectore del espacio de Unidas Podemos, haga algo parecido? «Si eres blanda con todos, ¿dónde está tu liderazgo?», zanjan algunos desde el Congreso.