Juanma Moreno no se entiende con Macarena Olona en un debate que no despeja dudas
La candidata de Vox verbaliza su intención de ser vicepresidenta de Andalucía si el PP necesita sus votos. El PSOE se postula para «frenar a la ultraderecha»
La suerte está echada. Los partidos se dirigen a las urnas, que es su particular Rubicón. El debate apenas ha despejado dudas. Ha sido un cruce de acusaciones confuso, con mucho ruido y pocas iniciativas. Un reflejo del encuentro de la semana pasada. Otra vez todos contra Juan Manuel Moreno. Otra vez Macarena Olona contra todos. Solo que esta vez la candidata de Vox ha tendido un puente al presidente en funciones para cruzar el río. Eso sí, siempre que su formación esté en el gobierno. El aspirante de Ciudadanos, Juan Marín, la ha acusado de repartirse sillones antes de las elecciones mientras que Juan Espadas confía en que los andaluces se movilicen para darle la vuelta a las encuestas porque «el PSOE es el único que puede frenar a la ultraderecha».
Canal Sur ha celebrado este lunes el segundo debate a seis de la campaña. En horario de máxima audiencia, los aspirantes a la Junta de Andalucía han tenido una nueva oportunidad para dirigirse a los 6,6 millones de andaluces con derecho a voto este domingo. Como la semana pasada, estaban los seis con más opciones de conseguir representación parlamentaria. De izquierda a derecha para el espectador Macarena Olona (Vox), Juanma Moreno (PP), Juan Espadas (PSOE), Juan Marín (Ciudadanos), Inmaculada Nieto (Por Andalucía) y Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía).
Pacto Juanma Moreno-Macarena Olona
«Ha estado toda la campaña mareando la perdiz y aún no sabemos si va a pactar con Vox», ha espetado Espadas a Moreno. Lo ha hecho tras «la declaración de amor» que le ha dedicado Olona. La aspirante de la formación verde ha abierto fuerte el tercer y último bloque del debate, el de los pactos postelectorales. «No le voy a tener en cuenta frases que ha dicho. Mi mano tendida para llegar a acuerdos, pero con Vox en el gobierno», ha insistido Olona. A continuación le ha ofrecido la vicepresidencia si ella consigue ganar los comicios. El presidente regional ha respondido que eso es «una barbaridad».
Moreno ha vuelto a pasar de puntillas por el debate, convencido de que estos lances pueden restar más que sumar. No se ha metido en charcos durante las dos horas que ha durado el encuentro, celebrado en los estudios de RTVA ubicados en la Isla de la Cartuja de Sevilla. Lo hará de lleno el domingo, cuando haya que cruzar el río. «Quiero gobernar con la mayoría de los andaluces, que representan a la sensatez», ha insistido el candidato del PP. Las encuestas le sitúan en la orilla de la mayoría absoluta, por lo que necesitará el apoyo de otra fuerza. Posiblemente, Vox.
De momento están lejos. El presidente en funciones ha vuelto a acusar a Olona de tener «poca coherencia» al postularse como vicepresidenta cuando ni ella ni su partido creen en el Estado de las autonomías. Siguen sin entenderse. Ha quedado claro desde el rifirrafe inicial, cuando la candidata de la formación verde ha acusado a Moreno de tragarse «la bazofia» de los progresistas y seguir adoctrinando en las aulas. «No falte a la verdad porque va a perder credibilidad», le ha reprochado el popular.
Moreno ha señalado a Olona por sobreactuar. «Me ataca usted, me atacan todos. Eso demuestra que estoy en el lugar correcto, la centralidad», ha continuado el presidente en funciones, intentando captar algunos votos de ese 30% de indecisos que confirman los sondeos. Como para coger peces hay que mojarse, Marín, esta vez con corbata, se ha arremangado para decir que su intención pasa por reeditar el gobierno de coalición. «Si no, vamos al lío». No lo tendrá fácil: la última estimación de voto del Centro de Investigaciones Científicas (CIS) publicada este lunes deja a Ciudadanos sin representación parlamentaria.
«Nula gestión»
Quizás por estrategia, pero lo cierto es que Juan Marín no ha interpelado en ningún momento a su socio. Difícil erosionar la figura de Juanma Moreno, algo que sí han intentado las izquierdas. Cada partido ha hecho la guerra por su cuenta. «Usted es un candidato de derechas, de un partido de derechas que hace políticas de derechas», le ha afeado Espadas. A continuación le ha preguntado sin tapujos si va a pactar con Vox. Moreno ha metido la cabeza en el agua. Luego acusó al socialista de querer gobernar con siete partidos (Adelante Andalucía y los seis que conforman Por Andalucía).
Juan Espadas no se ha dado por vencido y le ha pedido que reconozca que sus logros son el resultado del dinero que le ha transferido el Gobierno central. «Más que el candidato a la Junta, parece el delegado de Pedro Sánchez en Andalucía», le ha respondido Moreno. El socialista ha vuelto a zambullirse con la sanidad como caballo de batalla: «Ustedes optan por cambiar la tarjeta sanitaria por la tarjeta de crédito».
«Su gobierno ha sido un monumento a la nada», ha acusado Nieto al presidente regional. En su opinión, sus tres años y medio al frente de la Junta de Andalucía ha supuesto «un maltrato» a los servidores públicos y «una nula gestión». El resultado de esas políticas, según la aspirante de la coalición de izquierdas, supone el deterioro de los servicios públicos. Se ha armado de datos para explicar que Andalucía solo dedica 1.388 euros por habitante en gasto medio sanitario, 400 euros menos que la media nacional.
Espadas se ha subido a la ola. Ha propuesto reducir ratios tras subrayar que Moreno ha cerrado 1.200 aulas educativas. Como en el debate de la pasada semana, el aspirante del PP le ha afeado que lleve «30 años en la política». «A mucha honra», ha contestado el que fuera alcalde de Sevilla hasta diciembre. El auténtico maremoto ha llegado con la financiación autonómica, donde ambos han entrado en una espiral de acusaciones resuelta por Teresa Rodríguez: «Los dos llevan razón. No se cumple ni con el PP ni con el PSOE y es una tarea pendiente. No podemos confiar en los partidos de Madrid».
«Que nadie vuelva a los armarios»
La candidata de Adelante Andalucía ha estado menos combativa que en el primer debate. Especialmente, en sus enfrentamientos con Olona, aunque han vuelto a engancharse a raíz del «negacionismo climático» y los derechos LGTBI. «Garantice que no habrá retrocesos. No vamos a permitir que nadie vuelva a los armarios», le ha recriminado Rodríguez, de verde y blanco y con una camiseta con el rostro del poeta Federico García Lorca. Marín, de Ciudadanos, también ha entrado al envite contra Olona: «Usted no va a cerrar nada. Ni un paso atrás en derechos sociales».
«Vamos a cerrar vuestros chiringuitos ideológicos», ha insistido la candidata de Vox. Eso sí, ha matizado que aquellos trabajadores honestos, como los periodistas y técnicos de Canal Sur, ente público que aspira a cerrar si entra en el gobierno, «no tienen nada que temer». Nieto le ha preguntado si alguna vez había sintonizado la cadena y Marín ha acabado de empujarla al agua: «Cómo va a explicar a sus votantes que va a cerrar el único canal autonómico que retransmite corridas de toros».
Muchos de los profesionales de Canal Sur siguieron el debate en los exteriores de los estudios. Les acompañaban bomberos forestales del Infoca y trabajadores de la agencia de la vivienda, que recriminaron a Moreno sus políticas públicas cuando llegó, presidencialista, junto a su mano derecha, Elías Bendodo. Esta vez Olona no le acusó de gestionar la herencia socialista ni de traicionar a sus votantes. Incluso le defendió del resto de aspirantes. Pero siguen sin entenderse.