Yolanda Díaz va al choque sobre el gasto en Defensa para salvar el estreno de Sumar el viernes
El entorno de la ministra intenta desligar a EEUU del compromiso del Gobierno y habla de EPIs para las tropas españolas. Quiere visibilidad de cara al viernes
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la dirección de Podemos liderada por Ione Belarra están intentando cuadrar sus posiciones de cara al incremento del gasto militar tras la cumbre de la OTAN de Madrid. La lideresa de Podemos afirmó después de la reunión de la ejecutiva del lunes que su partido no quiere gastar ni un euro más para Defensa. Pero Jaume Asens, que ejerce en el Congreso como uno de los dirigentes más cercanos a Díaz, se abre al mismo tiempo a una reflexión sobre dicho gasto. Todo esto, mientras Díaz exige al PSOE una reunión «urgente» para hablar sobre el asunto. Pistas que desvelan una maniobra para salvar el estreno de su plataforma Sumar, previsto para este viernes en Madrid.
«No estamos cuestionando que haya inversión en defensa, lo que cuestionamos es la supeditación de España a una potencia extranjera», dijo Asens en el Congreso. Es una manera de abrir el «debate», tal y como también ha afirmado más de una vez la propia Díaz. Díaz quiere impulsar ese «debate» tanto en el Gobierno como en la coalición de Unidas Podemos, y el primer movimiento ha sido anunciar que exige a Sánchez volver a convocar la «comisión de seguimiento», atascada desde la salida de Pablo Iglesias.
Díaz va al choque con la parte socialista del Gobierno porque tiene por delante el estreno de su plataforma, Sumar. El próximo viernes en Madrid, la vicepresidenta inaugura su proyecto político y algunos entre las filas moradas ya apuntan a la existencia de cierto miedo y ansiedad en la dirigente. Algunos temen, de hecho, que el espacio del Matadero en Madrid no acabe abarrotado de simpatizantes y con colas en las entradas. Hace unos días, el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, hizo un llamamiento a los militantes de IU para que apoyen a Díaz y acudan a su presentación.
Acrobacia entre dos puntos
Díaz camina con cuidado sobre una cuerda atada entre dos puntos. Por un lado, La Moncloa, que la respalda en la sombra y le ofrece apoyo mediático. Díaz, de hecho, nunca cuestiona personalmente al presidente. Ni siquiera después de enterarse, según dijo, por la prensa, del decreto que sella un gasto extra de 1.000 millones de euros para Defensa tras la cumbre de la OTAN.
Los socialistas aseguran que se debatió todo el viernes anterior, y todo apunta a que así fue, puesto que todo lo que llega al Consejo de Ministros pasa primero por la reunión de secretarios de Estado. Díaz exige al PSOE guardar las «formas». La portavoz Isabel Rodríguez, sin embargo, despachó su requerimiento como algo «habitual». En esto, no obstante, tiene razón Díaz, puesto que la última vez que se convocó ese encuentro fue durante la polémica por la reforma laboral, en octubre del año pasado.
El segundo punto es Podemos. Díaz tampoco puede permitirse demasiados desencuentros con el mundo ‘morado’, sobre todo porque ahora arranca su «gira» y no quiere que la bronca interna la ensucie. Como publicó este diario, el partido a la izquierda del PSOE sigue considerando inaceptable el aumento del gasto militar y quieren que Díaz evite rupturas como la sucedida cuando se produjo el envío de armas a Ucrania. Pero una cosa es el debate sobre los destructores de EEUU a Rota y otro el del gasto militar.
Relato para justificar la cesión
El problema es que Sánchez quiere demostrar a Estados Unidos que su promesa a Joe Biden no va a quedar en agua de borrajas. Y en el equipo ‘morado’ saben que este enfoque no es cuestionable. Así que buscan una salida en términos de «relato» que permita justificar una cesión ante sus votantes. Belarra habla de incluir más gasto social y evitar el desembolso en el Ejército. Con Díaz se puede llegar a un acuerdo salomónico: más gasto militar solo si también hay más gasto social. Pero atención a los matices.
El pasado martes, por ejemplo, Díaz ha recordado que la guerra de Putin en Ucrania tiene efectos directos en las familias españolas. «La gente está sufriendo y hay que tomar más medidas», dijo. Y añadió: «La posición de Unidas Podemos de manera global es conocida en el seno del gobierno. Pero estamos viviendo momentos difíciles por la guerra de Putin, con consecuencias muy duras también en nuestro país con una inflación desbocada». En ese pero se halla la clave del relato.
Qué tipo de gasto: ¿bombas o EPIs?
La ministra de Trabajo calcula que el aumento del gasto militar al 2% en ocho años significaría un desembolso total de 22.000 millones de euros. Su ministerio maneja unos 30.000 anuales. Si se incrementa el gasto social, y con él la aportación a las políticas de trabajo como los EREs, cursos de formación, etc., se puede llegar a la cuadratura del círculo.
Díaz pidió «calma» a Sánchez y a sus socios. Su intención no es romper. Repite una y otra vez que su papel es de coser la coalición. Pero intenta ahondar en el gasto del Ejecutivo. Por ejemplo, se abre a debatir sobre aumentar el desembolso para los «suministros armamentísticos para nuestras tropas y EPIs de estos profesionales». Es una manera para decir que si ese gasto se tiene que activar, que sea para productos lo menos ofensivos posible. Al menos en el primer año.
Todo ello sin perder de vista que el viernes la ministra tiene una cita con la historia. Arranca su gira y presenta su proyecto político. Como una acróbata, camina sobre una cuerda. Su nuevo proyecto consiste en moverse de un lado al otro, entre el PSOE y Podemos, sin tocar nunca los extremos. En el caso del gasto militar, eso consiste en manifestar de aquí al viernes todas sus dudas y reticencias, para evitar que sus simpatizantes se queden en casa. Después llegará el momento de agachar la cabeza ante un decreto del que todos saben en el Ejecutivo que es incuestionable.