Yolanda Díaz arranca el proyecto de Sumar: «Soy consciente de que hay desafección»

Largas colas y un sol de justicia. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha arrancado este viernes en el Matadero de Madrid su proyecto Sumar. Delante de centenares de personas, algunas de ellas sentadas en las pocas sillas de plástico delante del escenario y los demás de pie, la ministra ha desglosado los ejes de su proyecto político que acaba de nacer y que tiene el objetivo de auparla como candidata de la izquierda alternativa al PSOE a las próximas elecciones generales. En el público destacaba la figura del fundador de Podemos, Juan Carlos Monedero.

«Hoy es un día importante, porque vengo a hablaros del futuro. Hoy impulsamos un movimiento ciudadano desde la sociedad», ha empezado Díaz en el día de estreno de Sumar. La política gallega ha erigido su discurso sobre los ejes tradicionales de la izquierda: sanidad, educación, salario y vivienda. Pero ha pedido «paciencia» para «pensar lo que queremos». El proceso de «escucha» que ha lanzado este viernes no terminará en uno o tres meses. Díaz se da «un año» para hilvanar una iniciativa política que aspira a reactivar a una izquierda desmovilizada.

«Soy consciente de que hay desafección ciudadana», ha afirmado en un discurso con muy pocos guiños a la actividad del Gobierno del que forma parte, y algunas indirectas a la oposición, pero también a sus socios de Podemos y ERC. «Estáis hartos del no por el no, del ruido, del enfrentamiento, de destruirlo todo», ha mantenido ante unas 5.000 personas (según datos oficiales) que han esperado más de una hora bajo el sol de julio en Madrid. Pero ha prometido: «La política es escuchar, escuchar, escuchar; dialogar, dialogar, dialogar. La política debe cambiar la vida de la gente».

«Presidenta, presidenta»

Díaz también ha atacado a la derecha, pero lo ha hecho sin demasiadas estridencias. No ha mencionado, por ejemplo, ni al Partido Popular ni a Vox. Se ha referido a «las derechas». «Sentí miedo al pensar qué hubiera pasado si esta pandemia la estuvieran gestionando las derechas», ha lanzado, para acto seguido volver a hablar de la «Europa social» -que debe «tender la mano a Latinoamérica»- y de la importancia del feminismo. «El feminismo lo cambia todo», ha gritado entre aplausos.

Antes de comenzar a hablar a los suyos, el acto ha dado voz a una decena de «activistas», entre ellos miembros de asociaciones feministas, ecologistas, de una «nueva política educativa» y un rider. El público acogió la entrada de la ministra al grito de «presidenta, presidenta».

Las «derechas» y la «democracia económica»

Díaz también ha lanzado uno de los puntos que se convertirán en el leitmotiv de su campaña: la idea de «democracia económica». La política gallega ha citado al economista francés Piketty (con quien se reunió en Madrid hace meses) y ha atacado a las eléctricas y las grandes empresas que, según ha dicho, tributan menos de lo que deben. El «reto» para Díaz consiste exactamente en «ensancharla».

¿Qué significa esto? Se trata de ampliar los derechos de los jóvenes trabajadores sin que eso afecte a los pensionistas. «La democracia económica es más importante que nunca», ha mantenido admitiendo su preocupación por la inflación desbocada y asumiendo que entiende el sufrimiento de los ciudadanos.

Pero el discurso de Díaz se ha centrado sobre todo en intentar levantar la moral a los suyos. Ha repetido varias veces palabras como «cariño» y «alegría». Delante de ellas, unas 500 sillas, casi como una zona VIP, en la que se sentaban los pocos políticos que han acudido al acto, como Monedero, el eurodiputado Ernest Urtasun, la diputada Aina Vidal y el catalán David Cid. Y en el público muchos cuadros y asesores de Izquierda Unida, tal y como ya había adelantado este diario. También han asistido otros rostros conocidos como la filósofa Elizabeth Dubal, el politólogo Alan Barroso o la escritora Elvira Sastre. «Sumar va de derechos humanos, cuidado y alegría; sin esperanza un país no tiene futuro», ha cerrado la ministra.