Iglesias recupera a sus 'generales' Verstrynge y Monedero para encorsetar a Yolanda Díaz
La presencia de Yolanda Díaz en los cursos de verano de Podemos despierta recelos y sospechas en el frente errejonista
Pablo Iglesias y, más en general, Podemos, vuelven a tirar de algunos de sus referentes como Juan Carlos Monedero y Jorge Verstrynge para la operación que aspira a desgastar y encorsetar a Yolanda Díaz. Tras su salida de la política, Iglesias no ha renunciado a su papel de protagonista. Lo que ha hecho ha sido «elevarse» a otro lugar de la batalla política, para poder disparar sus dardos con más facilidad, según comentan fuentes del espacio ‘morado’. Y uno de sus objetivos, respaldados por los dos referentes históricos del partido, es alejar a Díaz del frente errejonista.
Podemos suele comunicar de muchas formas. Una de ellas atañe a las imágenes que sus dirigentes difunden en las redes sociales. El pasado martes, Monedero lanzó un tuit en el que aparecían Yolanda Díaz, Lilith Verstrynge y él sonriendo en una habitación antes de intervenir en la escuela de verano del partido ‘morado’ en la Complutense.
«Sumar y Podemos avanzan encontrándose. Yolanda Díaz sabe que con Podemos va y Podemos sabe que necesita a Yolanda para renovar la ilusión. Yolanda, a multiplicar su diversa escucha, y Podemos a renovar partido y autoestima. El encuentro empieza a ser virtuoso. Así emociona«, escribió.
Recelo de los errejonistas
Para los más afines al partido ese mensaje demuestra algo parecido a un cambio de rumbo, con la intención de despertar algunas dudas en el frente errejonista, recientemente más cercano a la vicepresidenta.
En Podemos saben que Verstrynge sigue teniendo una relación estrecha con Iglesias, y creen que también ayuda a su hija en la tarea de organización del partido. En una entrevista en la Cadena Ser, Verstrynge admitió dar consejos a Lilith, por lo que según algunas fuentes sigue teniendo voz en los procesos internos de Podemos, tal y como ocurría hace años, cuando podía incluso quitar y poner nombres de las listas electorales.
Jorge Verstrynge y Monedero son conocidos como los «generales» de Podemos más fieles a Iglesias. Ellos fueron los que avisaron de que Yolanda Díaz era «otra Carmena». El ex secretario general de Podemos, por su parte, experimenta una decepción importante por los movimientos de Díaz.
La afinidad de la gallega con varios sectores del errejonismo genera mucho malestar, tal y como confirman fuentes de todo tipo del partido. La sensación de traición de Díaz ha ido in crescendo. Así que el primer objetivo de la dirección morada es ahora alejar a Díaz del partido de Errejón.
El papel de los partidos
La presencia de Díaz en la escuela de verano de Podemos, de lado de Verstrynge, Monedero, Iglesias e Irene Montero sirve para generar sospechas entre los otros socios: el segmento errejonista de Más País, los catalanes de Ada Colau y los valencianos de Compromís.
Díaz tiene un problema que resolver: su historial obliga a pensar que puede traicionar una y otra vez. En Galicia ha dejado decenas de cadáveres políticos, entre ellos el carismático Xosé Manuel Beiras, que fue clave para su escalada al poder y del que se desprendió para llegar a Madrid. Iglesias y Montero, que dieron a Díaz toda su confianza en los primeros años de Podemos, ahora están enfrentados a ella.
Aun así, Díaz tiene cierta ventaja. Ha logrado construir una nueva imagen solvente. En el PSOE saben que muchos de sus afiliados podrían incluso votarla. Las encuestas la señalan como la dirigente mejor valorada, por encima incluso de Pedro Sánchez. Las ministras de Podemos, en cambio, cierran esa lista. Es decir, que sin Yolanda Díaz no hay futuro para el barco morado.
Todo tiene que pasar por ella. Aunque la intención de Podemos consiste en debilitarla y frenarla para que acepte las condiciones de un acuerdo entre partidos. Varias fuentes de Podemos consultadas por este diario vaticinan que «se llagará a un pacto».
Una sustitución de liderazgo
Su razonamiento consiste en el viejo esquema del cambiarlo todo para que no cambie nada, o lo que se traduce en una simple «sustitución» de liderazgo entre Iglesias y Díaz, pero con las primeras espadas del partido morado involucrados en el proyecto. Entre ellos también figuran Verstrynge y Monedero, quienes aunque no aspiran a obtener cargos institucionales, sí trabajan en la sombra para respaldar a Iglesias.
Verstrynge vuelve así a susurrar al oído de Iglesias. A la vez de que Iglesias vuelve a dirigir Podemos, aunque lo haga fuera de la política activa e instalado en un estudio radiofónico. El objetivo de ambos es limitar y frenar la apuesta personalista de Díaz. La ministra de Trabajo quiere que Sumar cuente con todas las voces, pero con ninguna organización.
No es un asunto baladí. Podemos está dispuesto a aceptar una fusión, pero no a renunciar a tener voz propia en el nuevo organigrama. O lo que en términos políticos significa tener una cuota establecida de puestos en las listas electorales y de cargos.
