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La Generalitat rechaza exhumar a 700 fusilados por el bando republicano

El Gobierno catalán confirma a THE OBJECTIVE que no actuará sobre la fosa de Moncada y Reixac, pese a que se comprometió a ello en 2020

La Generalitat rechaza exhumar a 700 fusilados por el bando republicano

Excavación de una fosa de la Guerra Civil. | Europa Press

En septiembre de 2020, la Generalitat de Cataluña se comprometió a exhumar la fosa de Moncada y Reixac, que alberga 700 cadáveres de víctimas de la retaguardia republicana durante la Guerra Civil. Lo hizo cuando era presidente Quim Torra a petición de la Asociación Reivindicativa de la Memoria Histórica Raíces. Sin embargo, desde entonces no ha cumplido ese compromiso ni lo piensa hacer, tal y como ha admitido el departamento de Justicia del Gobierno catalán a THE OBJECTIVE.

En un mensaje remitido por la Dirección General de Memoria Democrática a este medio, que preguntó cuándo se acometería la exhumación de la fosa más grande de Barcelona, el Govern admite que «no prevé realizar ninguna intervención en la fosa del cementerio de Montcada i Reixac, dado que la prioridad es intervenir en las fosas confirmadas/documentadas fuera de cementerio que corren riesgo de desaparecer o ser dañadas así como en la recogida de restos óseos en superficie».

Esto supondría un claro incumplimiento del acuerdo que la Generalitat adquirió con Guillermo Rocafort, secretario de Raíces. Y es que el Ejecutivo liderado entonces por el separatista Quim Torra, antes de ser condenado a inhabilitación, se comprometió con esta entidad -conocida por organizar una marcha para rezar por Francisco Franco el día en el que fue exhumado del Valle de los Caídos- a desenterrar los restos mortales que se pudieran hallar en esta inmensa fosa: «Recogemos su petición y la incluimos en la lista de actuaciones de la Dirección General de Memoria Democrática, si bien no podrá ejecutarse durante el periodo 2020-21».

Pero tampoco lo harán en el periodo 2022-23, ni a corto plazo. Tal y como confiesan desde la rama gubernamental dedicada a la Memoria Democrática, su «escala de prioridades» está bien delimitada, «ordenada por orden de necesidad de actuación». Dentro de dicha escala la preeminencia es para la «recogida de restos óseos en superficie» y para las «fosas confirmadas/documentadas fuera de cementerio», mientras que las «fosas probables dentro de cementerio» [aquí entraría la de Moncada y Reixac] estarían entre las últimas de sus preocupaciones, así como las «fosas dignificadas dentro de cementerio».

Rocafort, en conversación con este medio, denuncia que este incumplimiento es «gravísimo» por cuanto atenta contra «el preámbulo de reconciliación, justicia, verdad y reparación de la Memoria Histórica» y anuncia, en consecuencia, que su asociación va a «llevar a cabo acciones legales tanto penales como administrativas». «Este cambio de criterio responde a una voluntad de ocultar el horror que hubo tras las líneas del Frente Popular en Cataluña. Nos sorprende que al menos no quieran dignificar esa fosa, aunque sea con un cartel. No buscan la verdad, sino la mentira y la ocultación de la represión republicana», asegura.

Moncada y Reixac

Lo sucedido en el cementerio de Moncada y Reixac (Barcelona) sigue siendo una laguna de la llamada memoria histórica, y eso que se trata de la fosa más grande de represaliados en la retaguardia de la Guerra Civil de toda Cataluña. Se estima que en la actualidad pueden estar ahí enterrados los cadáveres de unas 700 personas ejecutadas entre julio de 1936 y abril de 1937. 

En el cementerio de Moncada fueron asesinadas cerca de 1.300 personas por ser consideradas afines al alzamiento militar contra la República, muertas en su gran mayoría por patrullas de la CNT-FAI. Es la fosa más grande de la violencia en la retaguardia republicana en Cataluña. Durante los años cuarenta, las autoridades franquistas exhumaron unos 1.200 cadáveres en Moncada (100 eran irrecuperables por haber sido incinerados en los hornos de la vecina cementera Asland). De estos, unos 700 no fueron identificados, por lo que se volvieron a inhumar en la fosa común que sigue intacta. Así lo acredita la investigación de Ricard Ramos y Josep Bacardit en el libro 940 días. La guerra civil en Montcada i Reixac. 

En ese lugar se albergan ahora mismo muchos cadáveres mutilados, que habían sido torturados hasta la muerte en checas de Barcelona. Entre ellos podría estar el de sor Apolonia del Santísimo Sacramento, que fue previamente torturada en la checa de San Elías, Barcelona, por los anarquistas de la CNT-FAI. «Estuvo varios días encerrada, sin comida, vejada y golpeada por los milicianos hasta que fue conducida al patio por cuatro de ellos. Ahí procedieron a aserrarla, amputándole miembro tras miembro», relata Villanueva en un episodio que muestra «la crueldad del bando republicano».

El Gobierno catalán acaba de recibir 341.660,81 euros en concepto de actividades relacionadas con la Memoria Democrática. Sus tres últimas actuaciones han sido excavaciones en las fosas de Serra de Prades, Llenguarades de Quico y el Mas de Santa Magdalena. «En las actuaciones de 2022 las fosas no son de víctimas de la represión, sino de caídos en las trincheras o muertos como consecuencia de su tratamiento en hospitales de campaña. Hay que distinguir a un combatiente, que también tiene derecho a la localización de sus restos, de una víctima de la retaguardia», explica Guillermo Rocafort, que lamenta que la diligencia de la Generalitat para determinadas actuaciones choque con la negativa a actuar sobre la fosa de Moncada y Reixac, la más grande.

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