Vox propone sustituir el Ministerio de Igualdad por el de Familia para paliar la crisis de natalidad
El partido de Santiago Abascal pide «repoblar España con españoles» y critica que el Gobierno recurra a «la inmigración ilegal» contra el invierno demográfico
Vox tiene un plan para paliar la actual crisis de natalidad, que vaticina un invierno demográfico en España: eliminar el Ministerio de Igualdad y crear el de Familia. Esta ha sido la propuesta que el partido que preside Santiago Abascal ha lanzado este jueves en respuesta a los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que muestran cómo el primer semestre de 2022 ha sido el que menos nacimientos ha registrado: solo 159.705.
Esto se debe, en el argumentario de la formación de derechas, a que el Gobierno de Pedro Sánchez en particular y el «consenso progre» en general recurren a «la inmigración ilegal, masiva y descontrolada» como remedio al invierno demográfico. Frente a ellos, los de Abascal proponen «repoblar España con españoles» con una Ley de Protección de la Familia que reconozca a ésta como institución prepolítica (que precede al Estado) y una serie de baterías que estarían recogidas en su Agenda España.
Entre ellas destaca la supresión de la cartera que ostenta Irene Montero, quien no se ha pronunciado sobre los datos del INE, pero también las ayudas directas progresivas por número de hijos, bonificaciones fiscales para familias numerosas, préstamos sin intereses o avales bancarios a parejas jóvenes con hijos. Estas permitirían prescindir de «la inmigración ilegal, masiva y descontrolada», que afecta al «español de a pie que ve cómo su barrio es cada vez más inseguro, los sueldos cada vez más bajos y sus costumbres y modo de vida cada vez más marginales».
Plan de natalidad
Lo cierto es que la estimación ofrecida el pasado miércoles por el INE muestra una dinámica preocupante: en la primera mitad de año han nacido casi mil niños menos que en el mismo periodo de 2021 (160.681), y la mitad de los que se registraron en 1978 (326.453). Además, el índice de fecundidad, de 1,3 hijos por mujer, es uno de los más bajos de toda Europa. Es por ello que tanto los expertos como la oposición llevan tiempo instando al Gobierno de España a adoptar un plan de natalidad.
El Ejecutivo central no cuenta propiamente con uno, pero sí blasona públicamente de estar incentivando la maternidad mediante la reforma laboral, el plan ante el reto demográfico, su normativa contra la precariedad en el trabajo o -en el argumentario de Unidas Podemos- su futura ley de vivienda. «Nuestro objetivo inmediato es lograr ya una ley de vivienda que garantice el derecho a vivir con dignidad y una ley de familias que apoye la conciliación real», ha asegurado este jueves la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, en referencia a las bajas tasas.
A estas medidas hay que sumar la futura Ley de Familias que, según anunció la propia Belarra, empezará en septiembre su proceso de alumbramiento. Entre sus propuestas estará previsiblemente la «prestación universal por crianza» y la ampliación a seis meses (actualmente, 16 semanas) de los permisos de maternidad y paternidad.
Pero todo esto es insuficiente tanto para los expertos consultados por THE OBJECTIVE como para la oposición. También para la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que aprobó este pasado mes de enero un plan de natalidad con deducciones fiscales por nacimiento o adopción internacional, así como para el acceso a la vivienda, o nuevas ayudas para familias numerosas. En total, una inversión de 4.150 millones de euros durante cinco años (2022-2026).
La dirigente madrileña remitió una misiva a Pedro Sánchez instándole a tomar medidas para evitar una «epidemia de soledad»: «El empobrecimiento al que nos enfrentamos no es sólo material, también emocional y afectivo. En pocos años podemos tener la misma epidemia de soledad no deseada que ya padecen otras sociedades». En el escrito (que sigue sin respuesta) Ayuso lamentaba también que «ni los fondos europeos ni la Agenda 2030 tienen en consideración presupuestos para la vida ni para la familia», y recordaba que «la maternidad y la natalidad son asuntos muy importantes» como para que el Gobierno atienda sus propuestas, que «redundarán en beneficio de todos».
España necesita más niños
En 2021 nacieron en nuestro país poco más de 300.000 niños, una cifra que marca un mínimo histórico, aunque la inercia actual vaticina que en 2022 se volverá a batir este récord negativo. Otro dato significativo es que ya hay más mujeres que tienen descendientes a los 40 que a los 25 años. Los expertos convienen en que para mantener la población estable, el relevo generacional y el peso de las pensiones España necesita más niños.
Alejandro Macarrón, director de la Fundación Renacimiento Demográfico, cree que se debe hacer del aumento de la natalidad «una de las primeras prioridades nacionales, locales y regionales» adoptando medidas de incentivación económica «que permitan compensar a las familias por una parte muy significativa del coste completo de tener y criar hijos, con énfasis en las madres (trabajen o no) pero sin ningunear la figura paterna». Por ejemplo, deducciones en IRPF y en cotizaciones a la Seguridad Social.
Pero el experto en demografía también pide un «cambio cultural» que pasa, por ejemplo, por que se promueva el matrimonio: «Hace algunas décadas el 90% de los españoles se casaba, y ahora menos del 50%. Obviamente, esto no se puede imponer desde el Estado, pero hay vías de ayudar a que haya más estabilidad familiar plenamente compatibles con una sociedad democrática, ya que las leyes y el ambiente mediático y cultural pueden facilitar o no que la gente decida casarse o solo formar parejas de hecho (ahora ocurre eso último), y lo mismo con el divorcio». «En Estados Unidos, las mujeres de 15 a 44 casadas tienen más del doble de hijos que las no casadas. Es universal: a más sensación de estabilidad, más niños», zanja Macarrón.
El sociólogo Rubén Tamboleo considera que la escasa natalidad en España se debe a que la clase política «reconoce el problema, pero como solución promueve la inmigración entrante en vez de promover la natalidad o paliar las circunstancias que la dificultan». También cree que hay «una crisis de valores y referentes que hace que el compromiso y el sacrificio requerido sea mucho más difícil» de encontrar. Y como último factor, agrega, «es difícil encontrar un momento en el que las condiciones de vida de la siguiente generación hayan retrocedido de manera tan significativa como ahora».