Fernando Jáuregui: «Sánchez por lo que va a caer es por Bildu; la gente no se lo perdona»
El periodista conversa con THE OBJECTIVE acerca de la historia del PSOE, su futuro y su presente y los diferentes presidentes del Gobierno
¿Qué es el Partido Socialista? Esta pregunta, aunque pueda parecer que tiene una respuesta clara, esconde más dudas que certezas una vez uno estudia la historia de una formación que a lo largo de toda su historia ha estado siempre condenada a estallar y desaparecer fruto de las guerras fratricidas y que, a pesar de todo, se mantiene contra todas las expectativas y a pesar de todo.
Con este postulado puede leerse La foto del Palace (La Esfera de los Libros), el último libro del periodista Fernando Jáuregui (Santander, 1950) en el que desgrana los tres últimos gobiernos del PSOE, desde Felipe González a Pedro Sánchez pasando por José Luís Rodríguez Zapatero, en cuatro partes en las que da a conocer la realidad de un partido y sus mejores y peores años. Jáuregui relata uno a uno todos los actores que han formado parte de la historia política socialista, los años de rivalidades internas, todas guerras por el poder, los errores y los aciertos que inevitablemente acompañan la actividad política, las intrigas internas en Ferraz e incluso todos los diferentes PSOE que no pudieron llegar a ser.
Fernando Jáuregui es el tipo que estaba allí, un espectador de los años más importantes de la política contemporánea y un atento observador que escribe este libro con un afán de historiar todo lo que ha ocurrido en el partido que más años ha gobernado España, para lo que desgrana página por página algunos de los secretos de aquellos años que, en pleno 2022, parecen tan alejados y sin embargo son de rigurosa actualidad para comprender todo lo que sucedió para llegar a la actualidad y acercarse a lo que podría ser el futuro de un PSOE que se juega su futuro en los próximos meses.
El escritor conversa con THE OBJECTIVE acerca de la política, la democracia, la Transición, las guerras internas y las opciones del PSOE para renovar La Moncloa de la mano (o no) de Pedro Sánchez.
PREGUNTA.- Lo primero que le quería preguntar teniendo en cuenta que ha escrito un libro sobre tres Partidos Socialistas diferentes es cómo se les puede definir.
RESPUESTA.- Pues mira, una de las cosas que yo me preguntaba es cómo diablos no se ha roto el PSOE. Indalecio Prieto contra Largo Caballero, Suresnes, Felipe González versus Rodolfo Llopis, Alfonso Guerra con Felipe González, Almunia contra Borrell, Bono y Zapatero, el riesgo de ruptura que hubo en 2012 entre Rubalcaba y Chacón (que ahí había cosas que no eran precisamente profesionales ni ideológicas ni generacionales) y luego cómo no se rompió con Pedro Sánchez. Eso es absolutamente misterioso, porque estaba destrozado. Los que lo seguíamos todos los días pensábamos que simplemente eso no podría sobrevivir
¿Por qué no se ha roto? Probablemente porque el PSOE es mucho PSOE. Es un partido que tiene cientos de años, tiene muchas sedes y tiene una militancia muy orgullosa de ser socialista aunque a nosotros nos parezca raro. Eso ha impedido que se rompa y que esté ahí.
P.- Da la sensación de que la militancia es de un partido político como quien es de un equipo de fútbol: porque su padre era del mismo. ¿Este modelo permite que entren personas con nuevas ideas de renovación?
R.- Está entrando muy poca gente nueva en el PSOE. No hay ideas de renovación, hay ideas de permanencia. La militancia de los partidos está decayendo en general en España porque los jóvenes no quieren militar. Tú militas en un partido como militas en un club de fútbol o en una religión: porque no quieres estar solo, quieres estar acompañado, quieres tener algo, unos referentes a quienes llamar, alguien con quien reunirte. Esa es la esencia de un partido político. Un partido es una manera de combatir la soledad, y el PSOE también lo es, como lo es el PP, el Partido Comunista o todos los demás.
P.- Dice que tienen que estar unidos por una serie de ideas, pero en La foto del Palace puede verse cómo el PSOE, con el pasar de los líderes desde González, parece que ha perdido el concepto de ‘ideas’ y ‘causas comunes’ y ha apostado más por los personalismos.
R.- El PSOE va a la baja. El concepto socialdemócrata es algo demasiado lábil, demasiado acuoso como para que aglutine a gente. Por eso yo creo que Sánchez ahí lo ha visto bien: hay que ir a la izquierda o hay que unirse con el centro. Sánchez ha escogido, se ha ido a la izquierda y ahí le ha ido bien . ¿Esto cuánto tiempo dura? No lo sé. Esta posición que ha elegido de enfrentarse a lo que él llama «los poderosos» es peligrosísima y puede acabar bien, aunque muy seguramente acabará mal.
«Felipe González prefiere la supervivencia del propio partido e incluso diría que últimamente se ha acercado bastante a Pedro Sánchez. No se gustan mutuamente, pero el Partido Socialista es una historia de gente que no se gusta».
P.- ¿Está condenado el PSOE a seguir el destino de sus hermanos italianos, griegos o franceses y desaparecer?
R.- No. El Partido Socialista está condenado a seguir el camino de los nórdicos. El señor Sánchez va a ser nombrado presidente de la Internacional Socialista, luego va a tener la Presidencia de la Unión Europea y las fotos con Macron, con Draghi si sobrevive a todo esto, con la señora Liz Truss. Va a hacer una cumbre con latinoamérica. Sánchez no es gilipollas y sabe muy bien lo que hace y el valor de una ‘photo opportunity’.
Un asesor suyo muy cercano me dijo un día que Sánchez hace suyo lo que dijo Gorbachov a Felipe González (por cierto delante de mí). Le dijo: «Yo soy adorado fuera de mi país y aborrecido en él». A Sánchez está a punto de ocurrirle algo parecido, pero las fotos, esas fotos son muy importantes. ¿O no le ha sacado el jugo a lo de la OTAN. Ha sacado un jugo que te mueres. ¿O no le ha sacado el jugo a las manitas que hacía con Begoña Gómez con Biden? Joe, ¡es que el tío sabe muy bien cómo aprovechar eso! Además es un tío con suerte, ¡Sánchez es un tío con suerte y en política eso es muy importante! Lo mismo que medir 1 ’90 y ser un guaperas y gustarle a Ursula von der Leyen.
P.- ¿Por qué escribir la historia del PSOE?
R.- Yo el libro lo escribo porque he vivido todo esto. En octubre se cumplen los 40 años de la victoria electoral de Felipe González y creo que es algo que merece la pena historiar. Los periodistas somos en el fondo un poco historiadores. Si has vivido todo eso como lo he vivido yo, ¡coño, no me voy a morir sin contarlo! Tengo muchas que contar y lo habrás visto en el libro, porque he vivido mucho y lo he hecho muy de cerca. No tiene mayor intención.
Hay un muy notorio socialista que pudo haber sido presidente del Gobierno que cuando yo le mandé las galeradas para ver si me las presentaba (que desde luego, su respuesta fue silencio administrativo), me dijo que no entendía porqué lo había escrito. ¡Pues para sacarme del alma una serie de cosas que yo sé! ¿Para qué escribimos los periodistas? Pues para contar cosas.
P.- Los candidatos que han venido saliendo como escogidos para la Secretaría General eran siempre terceras vías o personas que no se esperaba que hubieran podido ascender tanto. Zapatero se impone por sorpresa a Bono, Sánchez hace lo propio contra Díaz, López y Madina. ¿Puede el PSOE sacar a más ‘terceras vías’ de la nada o eso se acabó?
R.- La militancia es la militancia. Está muy claro que la militancia en un momento determinado apoya a Borrel frente Almunia, que apoya al Zapatero frente a Bono, que apoya a Rubalcaba frente a Chacón por varias razones que no son todas publicables, y está claro que la militancia apoya a Sánchez contra Susana Díaz.
Hay un acto en Ifema en el año 2017, poco antes de las votaciones en las primarias, en el que todos, todos los dirigentes, todos los directivos se congregan con sus coches oficiales alrededor de Susana Díaz frente al advenedizo que había sido expulsado de Ferraz el año anterior. Pedro Sánchez gana precisamente porque todo el ‘establishment’ del PSOE apoya a Susana Díaz.
P.- Pero en ese julio de 2017 se contradice a los tres grandes hombres del partido: Felipe González, Zapatero y Rubalcaba
R.- Y a Alfonso Guerra y a otros cuantos
P.- La militancia contradice a sus grandes figuras
R.- Deberían hacérselo mirar todos ellos.
P.- ¿Los militantes o los presidentes y Rubalcaba?
R.- Los responsables del partido. La militancia del PSOE es muy rara. Hay que tenerla en cuenta. Es una militancia a la que no le gustan los coches oficiales, a la que no le gustan los actos masivos en Ifema, a la que no le gustan las imposiciones. Eso Pedro Sánchez lo entendió muy bien y por eso salió elegido contra todo el establishment.
P.- Cuando Sánchez es elegido, González afirma que no abandona el partido «porque sigue siendo del PSOE» a pesar de las declaraciones negativas que hizo contra él. Sin embargo parece que los partidos que deja González y el que tiene Sánchez son completamente opuestos.
R.- Ya no. En el próximo mes y medio vamos a ver cómo se aúnan el PSOE de Pedro Sánchez y el de Felipe González. Lo vimos ya en el 40 Congreso del mes de octubre pasado. Ahí estaba Felipe González. Yo le pregunté en un encuentro que tuvimos: «Oye, ¿para qué has ido?». Y me dijo: «porque aunque tú no te lo creas, yo soy del PSOE». Me lo dijo así textual.
A lo que más miedo tiene un militante del Partido Socialista es a romperlo, y por eso no se ha roto a pesar de todas las posibilidades que ha tenido para hacerlo. Felipe González prefiere acercarse a Pedro Sánchez, que no le gusta un pelo, que romper el partido.
P.- ¿Felipe González está dispuesto a arriesgar su legado y contradecir sus declaraciones contra Sánchez a cambio de la supervivencia del propio partido?
R.- Por supuesto. Felipe González prefiere la supervivencia del propio partido e incluso diría que últimamente se ha acercado bastante a Pedro Sánchez. No se gustan mutuamente, pero el Partido Socialista es una historia de gente que no se gusta. Prieto, Largo Caballero, Guerra, González el otro, el de la moto…
P.- Tomás Gómez…
R.- Tomás Gómez es una figura secundaria dentro de esto. Lo que hizo fue tocarle las bolas a todo el establishment y Pedro Sánchez es un killer. Hay que tener mucho cuidado con gente como Pedro Sánchez porque te mata, y a Tomás Gómez lo mató. ¿Y sabes por qué? Porque Tomás Gómez no le presentaba en las listas en el puesto de salida porque él había apoyado a Trinidad Jiménez en las primarias de Madrid y esto en el PSOE funciona así. En otros partidos, esa ruptura definitiva es diferente. ¡Mira lo que pasó en el PP! Un follón de todos los diablos con Pablo Casado y en el PSOE esto no ocurre así, sino de otras maneras más sibilinas.
P.- Son cuchillos por la espalda sin los medios como espectadores
R.- No son cuchillos, son pequeños alfilerazos, diría yo. O no tan pequeños, pero cuchillos que no matan.
En el PSOE no matan, y mira que han quedado muertos, pero no del todo. ¿Susana Díaz ha muerto del todo? No, es senadora y otras cosas. ¿Tomás Gómez ha muerto del todo? No, más o menos ahí sigue. Lo que quiero decir es que en el PSOE no ocurre lo que ha ocurrido con Pablo Casado en el PP.
P.- El PSOE se mata en casa, el PP se implosiona delante de los medios
R.- Sí, más familiar
P.- Las rencillas de Ferraz adentro
R.- Eso es importante, eso le da una cierta preeminencia al PSOE porque el PP de vez en cuando se destroza . Fraga, Herrero, Antoñito Hernández Mancha, la madre que los parió a todos, Aznar. ¿Y el PSOE? El PSOE no hace eso, tiene otra cultura más de partido.
P.- Intentar entender el PSOE parece intentar entender un poco la vida. Es un partido que tiene sus cosas, sus estatutos, sus tándems, sus secretarios generales, sus miembros que vienen y van y que siempre encuentra la forma de destruirse y volver a empezar
R.- ¡Bismarck, Bismarck, Bismarck! Los españoles, el pueblo más fuerte del mundo. Llevan siglos intentando destruirse y no lo han conseguido. Eso de Bismarck se lo podría haber enchufado al PSOE perfectamente.
P.- Ha mencionado que es un killer que elimina a todo el que se pone en su camino. Pero al mismo tiempo es una persona que sabe recuperar a quienes se le han opuesto
R.- Solo a dos
P.- Bueno, Susana Díaz al menos es senadora
R.- Oh, senadora. Ahora mismo ser senadora es cómo ser nada. Susana Díaz es una persona que estuvo a punto de tener la posibilidad de ser presidenta del Gobierno de este país. Pedro Sánchez se la ha cargado absolutamente. De todas las figuras políticas que había en 2018 la única que queda es Pedro Sánchez. Se han ido Pablo Iglesias, todos los mandamases del PSOE, se ha ido Casado, se ha ido Rajoy, se ha ido Rivera.. No queda nada. En el Congreso solo quedan de esa época dos outsiders estupendos que son Ana Oramas y Aitor Esteban . Todos los demás… Ahora mismo veo los grupos parlamentarios y no hay nada de lo que había antes. ¡Es una mortandad terrible y el único que sobrevive es Pedro Sánchez!
P.- ¿Y cuándo ya no pueda sobrevivir qué le espera al partido?
R.- No lo sé. Si yo fuera el PSOE, intentaría contratar a Yolanda Díaz. Aquí quien representa una vía nueva para la izquierda es ella. El Partido Socialista de momento no lo ha conseguido.
P.- Escribe sobre cuatro Pedro Sánchez: el que echan del PSOE, el que regresa a Ferraz, el que Gobierna y el de ahora. Con unas elecciones municipales y unas generales a la vista, da la sensación de que aún no ha elegido a qué ideas de la izquierda quiere aferrarse.
R.- Yo vaticino un nuevo giro hacia posiciones más moderadas. El conglomerado Frankenstein que decía Rubalcaba no le lleva a ninguna parte, ERC le está fallando, Bildu no existe y no da más de sí, Podemos está absolutamente desnortado y se está disolviendo como un azucarillo. El problema es que el Parlamento, en su composición actual, no refleja la realidad política de este país. Tiene por un lado diputados de Ciudadanos… ¡Diputados de Ciudadanos no queda ni uno! Diputados de Junts per Catalunya… ¡No queda casi ninguno! Podemos, ¡Lo de Podemos va a ser un batacazo!
Uno de los grandes problemas de este país es que los poderes clásicos de Montesquieu no están funcionando. El Parlamento no funciona porque entre otras cosas no representa la realidad, la Justicia mejor no hablemos porque para qué tal y cómo está y el Ejecutivo está hecho polvo. Resulta que una vicepresidenta propone un plan para limitar los precios de la lista de la compra, que a mi me parece muy sensato dicho sea de paso, y se le echan encima varios ministros. ¡Esto mismo se ha hecho en Francia y no ha habido ningún problema! Aquí se le han echado encima, porque a Yolanda Díaz por supuesto que se le echa encima la derecha, ¡pero se le ha echado encima el propio PSOE y además la izquierda porque ella no representa a Podemos! Ha demostrado que el Gobierno está absolutamente desunido: ahora mismo hay media docena de ministros que no se hablan con media docena de ministros.
P.- ¿Y tiene sentido mantener un Gobierno en el que dos partes están enfrentadas?
¡Claro que no! Lo suyo sería, primero, hacer un gran Pacto de la Moncloa con las fuerzas sociales y con las fuerzas políticas; y lo segundo, decir: «Oiga, antes de mayo, cuando sean las elecciones municipales y autonómicas, disuelvo las cámaras y convoco elecciones», y así nos ahorramos esta época de enfrentamientos terribles y absurdos que estamos teniendo. Estamos en una campaña electoral que va a durar un año y medio y que no tiene ningún sentido. Ningún país puede aguantar una campaña electoral sacudiéndose todos como en el debate del Senado del otro día.
P.- ¿Y qué pasará si Sánchez cae en 2023 o 2024, cuando se convoquen las generales?
R.- Pero eso es dentro de un siglo. Ahora estamos hablando de septiembre y octubre. En este país nunca se habla de más. ¿Serán las elecciones en 2023 seguro? Yo creo que esto no aguanta tanto, pero eso es una especulación por mi parte que no me gusta hacer. Lo único que digo es que pensar en 2023… ¡Yo qué sé! Ahora estamos pensando en septiembre o en octubre que es cuando se celebran los cuarenta años de la victoria de González.
«Lo suyo sería, primero, hacer un gran Pacto de la Moncloa con las fuerzas sociales y con las fuerzas políticas; y lo segundo, decir: ‘Oiga, antes de mayo, cuando sean las elecciones municipales y autonómicas, disuelvo las cámaras y convoco elecciones’».
P.- A lo mejor esto es un poco aventurado pero…
R.- ¡Todo esto es muy aventurado!
P.- En política todo lo es, pero ¿qué tres candidatos podría tener el PSOE para sustituir a Pedro Sánchez? Los poderes territoriales del partido están muy mermados y no parece que vaya a salir de allí.
R.- Los poderes territoriales no. Pedro Sánchez necesita alguien de Madrid, alguien con perfil moderado, que sea militante de hace muchos años (todo esto si no contrata a alguien de fuera como Yolanda Díaz o Íñigo Errejón, hay muchos por contratar que no pueden hacer nada si no es en convivencia con el Partido Socialista).
Están aflorando algunas figuras nuevas, aunque hay muy poca militancia nueva y joven, pero estoy pensando en un Juan Lobato por ejemplo, aunque quizás quede destrozado en las siguientes elecciones de Madrid… o no. El establishment actual se está dedicando a laminar cualquier alternativa porque Pedro Sánchez es un tipo que ha sido capaz de cargarse al número dos, al número tres, al número cuatro, al asesor número uno de su partido sin avisarles siquiera, con una frialdad absoluta.
P.- El PSOE ha destacado por ser un partido de tándems como Felipe González y Alfonso Guerra o Zapatero y José Blanco. A Sánchez ya no le queda un segundo espada después de deshacerse de Ábalos y de Carmen Calvo. ¿Hay otra figura a la sombra del presidente?
No lo sé. Yo tengo la tesis personal de que La Moncloa tiene una serie de asesores fuera que no se han presentado nunca a las urnas, que llevan tiempo intentando hacerse con el poder en el PSOE y que tiene una influencia bastante fuerte sobre Pedro Sánchez. No son ni Óscar López (que es un tipo estupendo, dicho sea de paso), ni Antonio Hernando, ni Bolaños. Ahí hay una serie de gente de fuera cuyos nombres intuyo pero no doy que son los que le inducen a cometer todos los errores de comunicación que está cometiendo, como que para opacar el ‘catalan-gate’ diga que hay un ‘Moncloa-gate’. Es una locura de un calibre de comunicación terrible. Decir que tu enemigo son los poderosos siendo tú el hombre más poderoso de España es un dislate que no te puedes imaginar.
P.- ¿Sánchez puede perder las elecciones por la comunicación o por la gestión?
R.- Sánchez por lo que va a caer es por Bildu. La gente no se lo perdona. Al tipo de Socuéllamos, Torrelavega, Huelva le pesa Bildu. A la gente no le gusta alguien como Bildu y le va a costar muy caro, como el Frankenstein en general. Eso es lo que le puede hacer perder las elecciones.
P.- ¿Sánchez tendrá su propia foto del Palace en 2023?
R.- No tiene un Alfonso Guerra. Voy a decir una barbaridad: la foto del Palace sería Pedro Sánchez con Yolanda Díaz e Íñigo Errejón de monaguillo. ¿Lo hará? Si quiere aglutinar a la izquierda… La izquierda no es Bildu, no es Esquerra , por supuesto no es Junts, no es Compromís, no es el MES y no es el BNG, eso son izquierdas locales. La izquierda es la plataforma que monte Yolanda Díaz y lo que sea de la plataforma que monte el PSOE consigo mismo más luego adherencias como Íñigo Errejón, que está ahí para lo que le manden. Esa es la plataforma de izquierdas que puede montar, esa sería la foto del Palace, una foto curiosa.
P.- Da la sensación de que el presidente sufre muchos vaivenes ideológicos: que si moderación y hacia el centro, que si después a la izquierda, que si coquetea con la derecha para luego volver a la izquierda. No sé si al electorado le afecta mucho no tener un candidato con unas ideas fijas.
Yo creo que el electorado del PSOE quiere izquierda. Pedro Sánchez gana cuando le echan de Ferraz en 2016 conquistando a la izquierda del partido, que son las bases. A las bases no les gusta Susana Díaz, que es el coche oficial y el ‘establishment’ y ahí gana Sánchez.
De lo que no estoy muy seguro es de que Sánchez, en esta segunda etapa donde es el hombre más poderoso de España, enfrentándose a los poderosos esté actuando correctamente. No es lo mismo cuando te han echado de Ferraz dándote una patada. Ahí tú juegas contra los poderosos, no cuando eres el tipo más poderoso. Creo que está cometiendo un error muy serio de concepto y de comunicación.
P.- ¿Qué necesita el PSOE para volver a conectar con el electorado que pierde encuesta tras encuesta?
R.- Ser simpático, sonreír, poner el hombro para que la gente les llore, dar la mano. Esto lo ha entendido Sánchez, hay que reconocérselo. Esta gira que va a hacer no ha empezado muy bien, porque hacerlo en La Moncloa es una broma. La Moncloa no puede ser sede de campaña electoral, no es el sitio y había trampa, aunque ya se sabe que los políticos hacen trampa siempre.
Él ha entendido que tiene que ser más simpático. Sánchez no es simpático con la gente y al final la gente te vota no porque le vayas a solucionar las cosas, sino porque le atiendas a la hora de que te lloren. ¿Los atiende Feijóo? No, pero es que la clase política española no atiende a la gente.
«La militancia del PSOE es muy rara. No le gustan los coches oficiales, a la que no le gustan los actos masivos en Ifema, a la que no le gustan las imposiciones. Eso Pedro Sánchez lo entendió muy bien y por eso salió elegido».
P.- Si entiendo su propuesta, la clave está en que Sánchez deje de lado las ideas y vuelva a la calle, a ser ese candidato que recorría los pueblos subido a su Peugeot.
R.- No, no en el mismo sentido: que no repita la entrevista aquella con Évole en 2016. Eso no. Decir que los poderosos, que los medios de comunicación, que todos son enemigos suyos es un error. Lo que sí que creo es que debe tomar contacto con la calle, pero con toda, no con la militancia del Partido Socialista encabronada con la cúpula de antes, sino con la gente de Zamora, de Burgos, de Torrelavega, algo como lo que está haciendo Macron y lo que quiere hacer el equipo de Feijóo. Pero que no lo haga con trampas, que hable con la gente, no con la militancia, coño.
P.- ¿Y si vuelve a virar de ideas?
R.- Pues tendremos un Pedro Núñez Feijóo.