'Mochi', el fiel sostén del rey Juan Carlos en Londres y su exilio en Abu Dabi
El jefe de escoltas se ha convertido en su persona de mayor confianza. El nombre de este teniente coronel aparece en la demanda de Corina contra el Emérito
La presencia del rey Juan Carlos I en los funerales de Isabel II ha permitido comprobar que el Emérito sigue confiando en su jefe de escoltas, el teniente coronel de la Guardia Civil Vicente García-Mochales, en quien se apoyó con una mano mientras caminaba con un bastón en la otra en su entrada a la abadía de Westminster junto a la reina Sofía.
García-Mochales es el responsable de la seguridad del padre de Felipe VI en su exilio de Abu Dabi, donde pasa largas temporadas junto a él, tal y como atestiguan varias fotos de los últimos años. Tras la salida del monarca de España en agosto de 2020, este oficial de la Benemérita se convirtió en su persona de mayor confianza, aunque su nombre también ha aparecido en varias polémicas.
Por ejemplo, García-Mochales se encargó de gestionar el pago del viaje del monarca a la Polinesia Francesa con dinero de origen no declarado a Hacienda, según desveló El Confidencial. El jefe de escoltas del Rey emérito envió en noviembre de 2015 un correo desde una cuenta de Hotmail a la Fundación Zagatka de Liechtenstein para que esta entidad asumiera el coste de los billetes de avión a Tahití. Los fondos terminaron en una cuenta del banco HSBC en Hong Kong.
A pesar de la relevancia de su cargo en Zarzuela, el jefe de escoltas de Juan Carlos I empleó una cuenta no oficial, en la que se identificaba con el apelativo de ‘Mochi‘, para solicitar a la secretaria de Álvaro de Orleans, Renata de Felice, el pago de los billetes a la Polinesia en nombre del Emérito.
La demanda de Corinna contra Juan Carlos I
Su nombre también aparece en la demanda londinense de Corinna Larsen contra el exjefe del Estado. Según la empresaria germano-danesa, el Rey realizó tras su abdicación una serie de obsequios a personas de su confianza que, según deduce la querellante, fueron intentos de soborno para saber los movimientos de ella y con quién se reunía.
El primero de estos obsequios fue al chófer de Corinna en 2014, después de abdicar la Corona en su hijo, y consistió en un «caro Rolex Daytona» con las iniciales de Juan Carlos I en su reverso, según reveló THE OBJECTIVE. Tras ello, en noviembre de ese año, García-Mochales se acercó al chófer y le preguntó si quería ser también el conductor del Emérito cuando estuviese en Londres y con el mismo vehículo que utilizaba para ella.
Solo le puso una condición: que le ocultase ese trabajo a Corinna. «Cuando el conductor de la demandante se negó, Mochales se puso nervioso y le pidió que no dijera nada a la demandante sobre su solicitud. El chófer se negó de nuevo», hizo hincapié la empresaria afincada en el Reino Unido en su denuncia.
Este teniente coronel ha tenido más trabajo junto a Juan Carlos I desde la salida del coronel del Ejército del Aire Nicolás Murga, quien durante años acompañó al Emérito en actos oficiales y que fue investigado por la Fiscalía del Supremo por una serie de transferencias bancarias que el empresario mexicano Allen Sanginés Krause giró a una cuenta del citado coronel.
El Emérito fue el beneficiario final de todos estos fondos, según estimó la citada Fiscalía, que sumaron un total de 516.606,32 euros y que se destinaron al pago de alojamiento y de viajes del monarca y su familia más cercana. En este caso, los hechos tuvieron lugar entre 2016 y 2019, cuando el rey había perdido su inviolabilidad; aunque no hubo delito al no haber contraprestación de Juan Carlos I por estos pagos que fueron saldados en sus declaraciones complementarias a Hacienda.