Podemos se rompe por dentro con ataques cruzados por el trágala de los Presupuestos
Los afines a Díaz acusan a los ‘morados’ de mentir porque sus negociadores sabían del aumento del gasto en Defensa. Podemos la señala personalmente
Podemos, o mejor dicho el espacio confederal de Unidas Podemos, está en sus horas más bajas. La negociación presupuestaria sellada entre el lunes y el martes ha hecho estallar muchas contradicciones internas y, como ocurre habitualmente en el partido ‘morado’, sospechas de todo tipo. Los principales ataques de las fuentes consultadas de Podemos se dirigen contra Yolanda Díaz. Queda claro en la cúpula ‘morada’ que Díaz ha llevado a cabo una negociación con el PSOE privilegiando «sus intereses». Pero, ¿hubo algún agente doble en esa negociación de la que salió Podemos como claro perdedor?
El punto más delicado para los intereses electorales de Podemos atañe al aumento del gasto en Defensa. Un incremento del 25%, que Pablo Echenique dijo desconocer. Las terminales de Yolanda Díaz niegan la mayor. Sostienen que tanto la vicepresidenta como la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, recibieron toda la información sobre este planteamiento del PSOE. Es una manera de decir que Belarra sabía lo que iba a ocurrir, y que al igual que ella también había sido informado Nacho Álvarez, el economista de referencia de Podemos.
El fuego amigo ha subido de intensidad, porque ahora algunos en Podemos ven la mano negra de Díaz, y sobre todo de su estratega Josep Vendrell, para generar unas sospechas entre altos cargos del partido ‘morado’, y concretamente entre el equipo negociador de los presupuestos y el grupo parlamentario. La versión esgrimida por Álvarez es que pensaba que el aumento en el gasto militar iba a formar parte de otros paquetes financieros (los llamados planes de contingencia), pero no de los presupuestos. Parece que la dirección ‘morada’ de momento le cree, aunque algo no cuadra.
Los ministerios que más dinero ganan
Podemos había reiterado el pasado lunes que la cuestión del tope a los alquileres en la nueva Ley de Vivienda era un asunto «prioritario» y «estratégico». Así lo aclaró la reunión de la ejecutiva del pasado lunes. Con la Ley de Vivienda, Podemos centró su objetivo en la derogación de la Ley Mordaza, a la vez que Belarra actuó para ampliar las ayudas sociales a las familias y los permisos de maternidad y paternidad, para intentar ponerse una medalla que justificara su presencia en el Gobierno.
El PSOE, sin embargo, ignoró casi todas estas peticiones. Tan solo cedió en la ayuda de 100 euros para familias con hijos entre los cero y tres años, aunque Belarra quería que fueran de 200 euros. Desde Hacienda explicaron que los ‘morados’ no podían lograr todas sus exigencias. Así lo comunicaron a Yolanda Díaz, la principal «referente» del espacio político de Unidas Podemos, según explican fuentes gubernamentales.
El mensaje rezaba que Unidas Podemos tenía que priorizar sus exigencias, porque todas no podían ser atendidas. Y Díaz dio prioridad a las suyas, dejando a Belarra las migajas. O esto es, por lo menos, lo que interpretan en las filas ‘moradas’. Por esto tuvo que intervenir Echenique acusando al PSOE de «desleal», aunque apeló a la responsabilidad de su partido ante el auge de Vox y PP para justificar el trágala presupuestario.
Las reacciones al acuerdo fueron reveladoras. Díaz reivindicó en las redes sociales el aumento de gasto en el ámbito social y recordó que ella había logrado lo que se había propuesto: subida de las pensiones y del Ingreso Mínimo Vital. Podemos calló. Unas horas después salió Ione Belarra a través de un vídeo que muchos en el partido ‘morado’ interpretaron como una declaración de rendición.
Aunque, si se analizan las partidas presupuestarias, el cálculo de beneficios ofrece otra clave de lectura interesante: los ministerios de Belarra y Montero, de hecho, resultan ser de los más beneficiados por las cuentas. Ambos mejoran sus partidas respectivamente del 9% y del 17% con respecto al año anterior. Son los ministerios que más dinero podrán gastar en el próximo ejercicio, a pesar de que su partido ha tenido que renunciar a las iniciativas más políticas.
¿Alguien sabía?
El malestar en las filas ‘moradas’ con Díaz, sin embargo, va in crescendo y esta vez va a ser difícil sanar la herida. Las indiscreciones internas hablan de la «toma de conciencia» del papel que está desempeñando la política gallega. En la cúpula más cercana a Iglesias ha quedado claro -una vez más- que Yolanda Díaz actúa únicamente para su interés personal. Como desveló este diario, el acuerdo presupuestario servía a la vicepresidenta para lanzar su perfil de «presidenciable». De ahí la escenografía planificada con la Moncloa. Díaz quiere sobreponer en el muro de la fama de la legislatura su imagen a la foto de Sánchez con Iglesias de 2020.
Aun así, las dudas internas en Podemos empiezan de repente a dirigirse hacia el equipo de confianza de Belarra. ¿Sabían que el PSOE había incluido en las cuentas el aumento del gasto en defensa? Las mayoría de fuentes consultadas insisten en que entre Belarra e Irene Montero existe una alianza inquebrantable. Es una manera de recordar que quien manda es Montero, y no Belarra. Pero no todos ponen la mano sobre el fuego con Nacho Álvarez. ¿Pudo hacer algo parecido a un doble juego, colaborando a la vez con Díaz y Belarra? Podemos de momento evita el debate y culpa a los de Díaz de alimentarlo.
Proyecto personal
Podemos tiene un problema. La valentía política y la coherencia con sus propias palabras obligaría a una salida repentina del Ejecutivo. Pero la realpolitik, no. Eso es, por lo menos, lo que piensan los cargos de la formación, que califican de «imposible» esa decisión tras la aprobación presupuestaria. En juego hay muchas partidas económicas que ejecutar y un último año de legislatura del que aprovechar ante la incógnitas electorales de las próximas generales.
Podemos, de hecho, corre el serio peligro de verse debilitado después de las municipales y autonómicas. Salir del Gobierno sería pues demoledor para su supervivencia. Máxime porque los dirigentes de Podemos creen que el equipo de Díaz quiere lanzar el mensaje de que la llama ‘morada’ ha dejado de iluminar el espacio de la izquierda alternativa. Esta es precisamente lo que Yolanda Díaz pretende difundir a través de sus referentes públicos: que Podemos ya está quemado y que solo queda una alternativa al PSOE.
El proyecto de Sumar ha entrado el martes en su «segunda fase», aseguran los afines a Díaz. La ministra ha dado el pistoletazo de salida a su campaña electoral personal. En Podemos están seguros de ello, pero también advierten de que toman nota y que empieza a diseñarse una precampaña en la que Díaz es asociada a una izquierda tibia y aliada del PSOE, hasta vinculada al «partido de las armas». El conflicto interno ha subido de intensidad, no quedan dudas.