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Yolanda Díaz logra una foto con Sánchez al estilo Iglesias para su perfil de "presidenciable"

La ministra ultimó la negociación con los socialistas sobre los Presupuestos. El encuentro bilateral con el presidente ha tenido lugar antes del Consejo de Ministros

Yolanda Díaz logra una foto con Sánchez al estilo Iglesias para su perfil de «presidenciable»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. | Juan Carlos Hidalgo (EFE)

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, tiene una prioridad política y personal: consolidar su imagen pública para aparecer como una dirigente «presidenciable». La semana pasada trascendió un encuentro secreto con Alberto Núñez Feijóo. Para algunos del entorno de la ministra fue útil a ese fin. Ahora, Díaz está involucrada en la negociación presupuestaria. Quedan sobre la mesa por resolver varios asuntos. Pero mientras tanto Díaz ya piensa en cómo escenificar dicho apoyo, que se debería dar al estilo Pablo Iglesias, es decir, con una foto de ella con Pedro Sánchez, que, además de pasar a la historia como una imagen icónica de la legislatura, transmita la fuerza de su liderazgo. Y este mismo martes lo ha logrado tras el acuerdo alcanzado por los dos partidos que forman el Gobierno de coalición respecto a los Presupuestos Generales del Estado de 2023.

Hace dos años, el Gobierno de coalición rojo-morada selló su primer acuerdo presupuestario. No fue un parto fácil. Iglesias tuvo que amenazar con romper la baraja e impedir dicho pacto si Sánchez no asumía dos compromisos: agilizar la tramitación y ampliar las condiciones para recibir el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y fijar un compromiso para abordar la Ley de Vivienda. Iglesias habló de acuerdo «histórico», que se selló con una foto con ambos líderes y el documento presupuestario. Fue Iglesias a exigir esa escenificación, que cerró su estratega Juanma Del Olmo en conversación con Iván Redondo.

La imagen de Pedro Sánchez junto a Pablo Iglesias tras el acuerdo de los Presupuestos de 2021.

Por aquel entonces Yolanda Díaz solo ejercía de ministra de Trabajo. Aunque ya estaba destacando en las crónicas como una de las ministras más solvente y apreciada por los ciudadanos. Díaz estaba cerrando los acuerdos de los ERTEs y a la vez pidiendo un aumento del Salario Mínimo Interprofesional que, sin embargo, tardaría en consolidarse.

Iglesias, en cambio, luchaba contra Sánchez para que de alguna manera se viera la aportación de Podemos y sobre todo no transmitiera la imagen de que el PSOE estaba ninguneando a sus socios. En el caso de la foto de 2020, Iglesias quería que Sánchez reparara una doble ofensa: no haberle informado de la fusión entre Caixabank y Bankia y, sobre todo, de la salida del Rey emérito Juan Carlos.

Estar a la altura de Sánchez

Díaz no se encuentra ahora en una situación parecida. Aunque sus contactos directos con Sánchez y su peso sobre sus políticas es igual o incluso inferior al de Iglesias, la política gallega tiene otra prioridad que pedir respeto al socialista. Quiere proyectar una imagen de dirigente capaz de aspirar a todo, incluso a la presidencia del Gobierno. Díaz no ha dejado de pensar en ello desde que a finales de 2019 recibió la noticia de que Iglesias contaba con ella para un ministerio. En ese momento se activó la idea de ir a más, a la vez que Podemos iba a menos y su marca se desgastaba.

Podemos e Díaz han cerrado filas en la negociación presupuestaria. Puede que sea una prueba de «deshielo», tal y como argumentan algunos. Lo cierto es que en este punto sus intereses coinciden. Podemos quiere que Sánchez se comprometa con ampliar el actual documento sobre la Ley de Vivienda para que se incluían topes al alquiler en todas las zonas «tensionadas» de España, sin depender de si el propietario es un banco o un ciudadano particular. Y en esto Díaz está con los de Ione Belarra.

Los dos advierten al PSOE de que debe asumir ese compromiso si quiere avanzar en las nuevas cuentas del Estado. Sobre la mesa, también sigue el debate sobre el gasto en defensa, la Ley Mordaza y revertir la iniciativa del PSOE sobre las okupaciones.

Proyecto personal

Aun así, los morados saben que pueden tirar la cuerda solo hasta cierto punto. Antes del verano, por ejemplo, dirigentes del partido de Ione Belarra e Irene Montero asumían que estos presupuestos podían fracasar y que eso no significaría el fin de la coalición. Después de la tramitación de las cuentas del año pasado, el Gobierno tiene amplios márgenes de expansión del gasto, y esto es lo que más importa para un Ejecutivo que afronta un año electoral muy delicado. Pero Podemos intenta jugar sus cartas, y Díaz las suyas.

La gallega considera que es esencial para su futuro agradar al electorado socialista. Este ha sido su enfoque desde su llegada al ministerio de Trabajo, en un planteamiento que algunos en el partido morado han considerado como alternativo a la imagen de Iglesias. Díaz ha ido in crescendo en los sondeos gracias al «sacrificio» de Iglesias, que casi cada semana tenía que enfrentarse a Sánchez para hacer oír la voz de su partido. Ella, en cambio, se ha movido según sus intereses proyectando la imagen de la dirigente pactista.

Y ahora necesita ampliar su visibilidad y, sobre todo, consolidarla en el ámbito de la gobernabilidad. Esto significa que si se llega a un acuerdo con Sánchez, lo primero que pedirá Díaz será una foto como la de Iglesias en octubre de 2020. La idea de la foto con Iglesias servía, según recuerdan personas involucradas en aquel proyecto, a «reforzar la imagen de la coalición, y recordar que ese documento respondía al pacto de coalición y en él estaba inspirado». Ahora, en cambio, Díaz la necesita para reforzar su imagen de «presidenciable». En esos términos también se juega el futuro superador de Podemos y de toda su clase dirigente.

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