La república del Donetsk envió una carta a la CUP para establecer «relaciones» con Cataluña
La autoproclamada república del este de Ucrania se dirigió en 2015 a la formación anticapitalista para establecer «relaciones bilaterales»
Anna Gabriel, exdiputada de la CUP en el Parlament. | Zuma Photos
El Ministerio de Asuntos Exteriores de la autoproclamada república popular del Donetsk, región del este de Ucrania, envió en 2015 una carta a la CUP para establecer «relaciones bilaterales» con Cataluña. La misiva se puede hallar en el documento elaborado por Nicolás De Pedro, profesor emérito en el Institute for Statecraft de Londres y especialista en asuntos relacionados con Rusia, desinformación y guerra híbrida, que se ha debatido en la comisión del Parlamento Europeo que investiga la injerencia del Kremlin en el continente.
En la misiva, enviada el 17 de noviembre de 2015 y rubricada por el ministro Alexander Kofman, proponen a la formación anticapitalista establecer «relaciones» a «todos los niveles posibles, guiadas por el respeto mutuo, la integridad territorial y el espíritu de cooperación». Y se muestran seguros de que esta alianza «beneficiará a ambos pueblos», «estrechando sus relaciones de amistad» y abriendo «perspectivas para futuras cooperaciones en la esfera política, económica y cultural».
También dice que son conscientes de la «situación política internacional» y deja a propuesta de la CUP estudiar las «posibles formas de cooperación». En 2015 la CUP estaba en su momento más fuerte, tenía 10 diputados en el Parlament y ejercía como socio externo del Govern de Junts pel Sí (la candidatura unitaria de Junts per Catalunya y ERC). La formación anticapitalista logró que Artur Mas diera un paso al lado para que Carles Puigdemont fuera investido presidente de la Generalitat pocos meses después de esta carta, en enero de 2016.
Órdenes del Kremlin
Como es sabido, bajo la presidencia de Puigdemont el Govern acentuó su pulso con el Estado, y la presión externa de la CUP sobre el Ejecutivo fue clave para que se celebrara el referéndum del 1 de octubre de 2017, pese a haber sido declarado ilegal por el Tribunal Constitucional.
A diferencia de la votación celebrada en 2014 por Artur Mas, la mayoría independentista en el Parlament aprobó en 2017 las llamadas «leyes de desconexión» con el que pretendían crear una nuevo marco legal que avalara el referéndum y justificara la secesión unilateral sin fijar un umbral mínimo de participación.
Este proceso llamó la atención del Kremlin, que no dudó en enviar emisarios a Barcelona para seguir la jornada y entrevistarse con Puigdemont para un eventual apoyo a la secesión. De acuerdo con la investigación de la Eurocámara, la carta del Ministerio de Asuntos Exteriores de Donetsk respondía a los intereses de Vladimir Putin: «[El Ministerio] es una entidad artificial que controlan los servicios de inteligencia del Kremilin», explicó De Pedro en sede parlamentaria. La carta que recoge el experto fue publicada en 2018 por El Temps.
La CUP no condena la guerra de Rusia
Como informó THE OBJECTIVE, Vox y la CUP fueron los dos únicos grupos parlamentarios en la Cámara catalana que se negaron a condenar las «acciones bélicas» de Rusia contra Ucrania. En el caso de la formación verde, aseguraron que «rechazaban esta invasión militar», pero es parte de su política no apoyar ninguna declaración conjunta del Parlament, independientemente del tema que se trate.
Por su parte, la CUP, que sí que ha apoyado varias declaraciones conjuntas de la institución autonómica, no quiso respaldar la declaración que hacía referencia a la guerra de Rusia. En la misma línea, los dos representantes de la CUP en el Congreso también se han opuesto al envío de armas a Ucrania por parte del Gobierno.
Por lo que respecta a la misiva de la república secesionista del este de Ucrania para establecer relaciones bilaterales, la CUP nunca contestó a dicha petición. Dentro del partido existen distintas opiniones sobre la secesión de dichos territorios.
