Ángeles Álvarez: «El feminismo no lo representa Irene Montero»
Conversamos con la exdiputada socialista y miembro de la Alianza contra el Borrado de las Mujeres sobre la ‘ley trans’
Ángeles Álvarez fue una de las impulsoras del Pacto de Estado contra la Violencia de Género en su etapa como diputada del PSOE y es una reconocida e histórica feminista. Coprotagonizó el primer matrimonio entre dos lesbianas en el Ayuntamiento de Madrid, que ofició el hoy fallecido Pedro Zerolo, y ha sido una auténtica «guerrera», tanto en el pasado, como jugadora de balonmano, como en su vida política posterior, en defensa de las mujeres y de los colectivos feministas. En esta última faceta se sigue fajando, pese a que su partido -el PSOE- no ha escuchado hasta la fecha sus voces de alarma frente al Proyecto de Ley Trans que está en trámite en el Congreso de los Diputados. Incluso ha habido quien pretendió que la expedientasen por criticar públicamente numerosos aspectos del texto legal. Álvarez lanza varias preguntas en voz alta a la ministra de Igualdad, Irene Montero, a quien niega ser representante del feminismo ilustrado y aconseja ser más respetuosa con las opiniones ajenas. A Pedro Sánchez también le sugiere que escuche las alertas de los profesionales y de otros partidos políticos en relación a la ley trans.
PREGUNTA.- ¿Cree que el proyecto de ley que ha llegado al Congreso y del que la Ministra de Igualdad se niega a cambiar una coma se ajusta a la Constitución?
RESPUESTA.- En los términos en que está, absolutamente no. Pero no lo digo yo, lo reconoce el propio PSOE. Dos de las enmiendas que ha presentado el Grupo Socialista tienen que ver con dos asuntos sobre los que el Tribunal Constitucional ya se ha pronunciado: la Ley de Violencia contra las mujeres y la situación de los menores de 16 años.
P.- Precisamente, la posibilidad de que los menores puedan decidir su cambio de sexo en base a su autodeterminación de género es uno de los aspectos más polémicos del Anteproyecto…
R.- En este último caso, el TC ha estipulado que, para el cambio de nombre, no ya para iniciar la transición de sexo, debe existir persistencia en la disforia y madurez suficiente. La pregunta es: ¿quién certifica eso, si ese texto que pretende ser ley prohíbe la intervención de los profesionales cualificados para hacer esos diagnósticos?
«En España existe una ley desde 2007 que garantiza los derechos de las personas transexuales»
P.- Los defensores del texto argumentan que eso sería estigmatizar a las personas que decidan transicionar…
R.- Ellos dicen, concretamente, que hay que despatologizar la transexualidad, pero más allá de que la OMS haya movido de epígrafe la transexualidad, reconoce que es algo que rompe los parámetros de normalidad. La mayoría de personas no tienen discordancia por su sexo. Y quienes la tienen también tienen su derecho a tener derechos. Eso no lo cuestiona nadie y en España existe una Ley desde 2007 que les reconoce sus derechos. Esa Ley dice que, de manera excepcional, las personas que tienen disforia de género pueden modificar en el registro civil su sexo, pero «de manera excepcional» y se refiere exclusivamente a aquellas personas que tienen acreditada su transexualidad. Este Proyecto de Ley introduce la variable de cualquier persona puede hacerlo, sin que exista ninguna certificación de disforia, con la sola manifestación de una persona para cambiar su sexo en el registro. Se introduce, por tanto, el autodiagnóstico y se rompe la excepcionalidad y el sexo registral deja de ser un elemento sobre el que el Estado da fe en base a una verdad verificable. Esto, evidentemente, no es constitucional.
P.- ¿El error partiría de la propia OMS, que rechaza el término disforia de género?
R.- Sí, pero lo cambia por otro que significa exactamente lo mismo. Lo que sí hace es retirarlo del capítulo de las enfermedades mentales para ponerlo en otro capítulo. Pero que quede claro que, en este país, nadie está actuando como si las personas transexuales fueran enfermas. Pero también es cierto que necesitan ayuda profesional, porque van a recurrir, en muchos casos, a cirugías y procesos de hormonación. ¡Algo tendrán que decir los profesionales que tienen que dispensar los fármacos o a hacer las intervenciones quirúrgicas! Esa es la cuestión y no implica en absoluto que les patologices.
P.- ¿Era inevitable la colisión entre los colectivos feministas tradicionales y el colectivo trans u otros colectivos feministas… como el que representa la ministra Irene Montero, que también se declara feminista?
R.- Bueno… Aquí hay una responsabilidad de los partidos políticos que se han negado a abrir este debate. Han generado un conflicto social absolutamente innecesario. No hay más que ver las enmiendas presentadas por los Grupos parlamentarios: ni una va contra los derechos del colectivo transexual. Pero hay matices, porque la Ley no habla de las personas transexuales, sino del colectivo trans. Ese es un concepto paraguas en el que caben casuísticas que van más allá de la transexualidad. Es evidente que tal como está redactado el texto hay una colisión de intereses manifiesta.
«El feminismo se ha visto obligado a levantar la voz, porque no ha sido escuchado en los despachos»
P.- ¿Podría poner algún ejemplo práctico?
R.- En los países donde ya se ha legislado sobre esta materia, solo hay que ver qué ha pasado con el deporte femenino. Ese es un ejemplo de cómo la naturaleza está por encima de los sentimientos. El legislador no puede legislar sobre sentimientos, sino sobre realidades materiales. Un cuerpo masculino tiene ventaja competitiva sobre un cuerpo femenino en materia deportiva, igual que la tiene un adulto sobre un menor. Por eso existen categorías por edad y sexo. El deporte se basa en el juego limpio y este Proyecto de Ley rompe el juego limpio en el deporte. Los partidos políticos tenían que haber buscado acuerdos para que todos convivamos sin que haya colisión de derechos y no lo han hecho. Es su responsabilidad. El feminismo se ha visto obligado a levantar la voz porque no ha sido escuchado en los despachos.
P.- ¿Se refiere a Podemos y quienes apoyan sus propuestas?
R.- No me refiero solo a Podemos, sino a todos los partidos que han cerrado las puertas a las Asociaciones de Mujeres y no han querido hacer caso a las alertas que les hemos lanzado, como por ejemplo, la que tiene que ver con el artículo 20 de la Ley de Igualdad, que hace referencia a la obligación de las Administraciones Públicas de desagregar los datos por sexo en todas las estadísticas. Este artículo queda destrozado en el momento en que esta Ley sea aprobada. ¿Cómo identificaremos el sexismo si eliminamos el sexo como categoría verificable? Las enmiendas que acaba de presentar Podemos, con el apoyo de otros Grupos, proponen incluso la eliminación del sexo como categoría registral… ¿Cómo haremos seguimiento de la brecha salarial, si no identificamos por sexos? Me gustaría que Irene Montero me conteste a esta pregunta.
«El Proyecto de Ley Trans pone una bomba en los cimientos de la Ley de Violencia de Género»
P.- Usted tuvo un papel preponderante, desde el Grupo Socialista, en la elaboración de la Ley Contra la Violencia de Género, que fue aprobada en su día por unanimidad. Si esta Ley se aprueba ¿Habría que cambiarle el nombre y especificar que se trata de la Ley contra la violencia contra las mujeres?
R.- La Ley es perfectamente explícita respecto a quién es el sujeto activo, pasivo y cuál es el objeto de esa violencia. Al definir esa violencia, define que el sujeto pasivo es la mujer, el activo el varón y el objeto es el control y sumisión por parte de él, como consecuencia de un determinado sistema social. Cuando la ley trans trata de introducir el concepto de violencia intragénero, está introduciendo la misma demanda que hace Vox sobre violencia intrafamiliar. Vaya por delante que esto nada tiene que ver con la ley trans. El concepto de violencia intragénero es de aplicación para la violencia entre parejas de lesbianas o entre homosexuales, pero ese tipo de violencia está ya recogido el Código Penal, a través del concepto de Violencia Doméstica. Esa, por ejemplo, es otra de las enmiendas que ha planteado el PSOE, porque se han dado cuenta de que la ley trans le pone una bomba a los cimientos de la Ley contra la Violencia de Género. Como decía, en el fondo dicen lo mismo que está diciendo Vox con respecto a la violencia intrafamiliar. Pero no es el único caso…
P.- ¿Existen otras leyes que dinamiten la Ley contra la Violencia de Género?
R.- En estos momentos, la nueva ley catalana contra la Violencia de Género está recurrida ante el Tribunal Constitucional. La ha recurrido el PP, porque en esa ley se hace exactamente eso (cuestionar el objeto de la Ley de Violencia actual). En los debates parlamentarios, incluso, incorporaban el concepto de personas no binarias en términos que afectaban a las casas de acogidas…¿Qué tiene que ver que te sientas no binario en relación a la Ley de Violencia contra las mujeres? Cualquiera que no cumpla con los estereotipos es de género no binario, pero eso no cambia su sexo.
«En 2018, diecisiete varones, con su mostacho mexicano se presentaron como mujeres en las listas electorales de Oaxaca (México) gracias a la ‘ley trans’»
P.- Como miembro de la Alianza contra el Borrado de las Mujeres, usted presentó una serie de enmiendas a todos los partidos, ¿quiénes han sido más receptivos o sensibles a sus posiciones?
R.- La de Violencia de Género y parte de la referida a los Menores, por lo que decía que es inconstitucional, las ha recogido el PSOE; el PP ha recogido muchas y el resto las han despreciado completamente.
P.- Aplicando la aritmética parlamentaria, si PP y PSOE se oponen al texto tal como se ha presentado esa ley no podría ver la luz así, puesto que las enmiendas que proponen su modificación se aprobarán…
R.- ¿Las de quién? El problema de fondo está en considerar como categoría jurídica al género, que por cierto, tampoco es una categoría registral. Lo único que existe como categoría registral es el sexo, pero siempre nos hablan de la autodeterminación del género, pero lo que quieren modificar en el registro es el sexo. Las feministas somos conscientes de que el debate es un poco espeso, pero es un debate para el que se necesita tiempo, para que la sociedad entienda las consecuencias prácticas.
P.- ¿Cuestiones como la repercusión en el mundo del deporte?
R.- No solo esas… Hay más: no es lo mismo que una persona transexual vaya en las listas de representación paritaria como mujer a que cualquiera pueda aparecer como mujer en una lista. En las elecciones de Oaxaca (México) en 2018, 17 varones, con mostacho mexicano, se presentaron como mujeres, con arreglo a una legislación similar, a las listas electorales y hubo una denuncia de los transexuales mexicanos diciendo que había un uso inadecuado de esa norma. Si el legislador no prevé los posibles fraudes, estará haciendo una mala ley.
«Las organizaciones a las que remite la ley hacen activismo transgenerista y les dicen a los niños y niñas que el sexo es elegible»
P.- Quizás la cuestión que más cala en la sociedad es la de la infancia. En este punto, ustedes también entran de lleno…
R.- Es que sin la aprobación de la ley estatal, ya están ocurriendo cosas inquietantes en las CC.AA. Todas las autonomías que tienen ley trans han desarrollado protocolos educativos. Casi todos dicen que los profesores tienen la obligación de observar comportamientos no adscritos al género y, en caso que los detecten en un niño o niña, consideren que eso puede ser transexualidad y que deben dirigirlos a organizaciones especializadas, que son organizaciones de activismo transgenerista, que hacen terapias afirmativas. Es decir, si eres una niña que no te gusta llevar vestidos, etc., te expones a que te sugieran hacer una «transición social». Estas organizaciones les dicen a los niños y niñas que el sexo es elegible y que si no les gusta el género, asimilado al sexo, ¡cámbiatelo! Las feministas pensamos que eso es una barbaridad. Tenemos profesionales trabajando con personas trans en los hospitales que alertan sobre el hecho de que el 85% de los menores que se manifiestan trans durante la pubertad, si no se les ha hecho esa «transición social» desisten cuando pasan la pubertad.
P.- ¿Hay algún posible punto de encuentro entre sus planteamientos y los defensores del texto legal tal como está?
R.- Sí, si dejamos claro que una cosa es el sexo y otra el género. Eso es lo que estamos diciendo y el legislador tiene que tener en cuenta esta realidad. Nada más. Si fuera así, habría una ley acomodaticia para todo el mundo.
«Me preocupa que el PSOE no haya escuchado a las feministas del partido»
P.- Eso es lo que defendió la ex vicepresidenta Carmen Calvo durante mucho tiempo, frente a las tesis de Irene Montero… y acabó fuera del Gobierno de Pedro Sánchez. ¿Qué opinión le merece, como socialista?
R.- Como socialista, me preocupa que el partido en el que milito no haya escuchado a las feministas del partido, se hayan despreciado las cartas que enviamos firmadas por exministras, exdirectoras del Instituto de la Mujer y muchas personalidades del feminismo.
P.- Zapatero se definió en su día como feminista. ¿Cree que Pedro Sánchez lo es?
R.- Creo que Sánchez debe atender las alertas que se le plantean desde diferentes ámbitos profesionales y políticos y observar los problemas que ya están siendo visibles en otros países. Las mujeres deportistas van a defender sus categorías, las familias van a tratar de que sus hijos/as no tomen decisiones precipitadas, las y los sociólogos exigirán la veracidad estadística y los medios de comunicación y la sociedad no tolerarán una mordaza que califique de odio cualquier opinión disidente.
«La ministra Montero debería ser más respetuosa con las opiniones ajenas»
P.- ¿Se refiere a que Sánchez debería escuchar las advertencias del feminismo?
R.- Sí. Pero el feminismo no lo representa Irene Montero, por lo menos no el feminismo socialista, que es el feminismo ilustrado, el de la igualdad. Esta ley colisiona con las bases del feminismo de la igualdad.
P.- ¿No cree que Sánchez actúa presionado por la situación parlamentaria y la necesidad que tiene de ceder ante planteamientos de sus socios, para aprobar los Presupuestos y seguir adelante con la legislatura?
R.- Creo que puede terminar la legislatura sin ningún problema sin necesidad de abrir ningún boquete ni ideológico en el partido, ni social, porque aunque se apruebe la ley, la cuestión no acabará ahí. En España, las familias se están organizando, porque el texto que se está proponiendo abre la puerta a la retirada de la patria potestad de padres y madres que le digan a un colegio o a un profesional que su hijo puede tener algún problema, pero que no es de género. Esta ley introduce una mordaza a los profesionales, a la prensa y a la sociedad en su conjunto, porque crea estigmas y etiquetas a quienes no estamos de acuerdo con una determinada norma, algo que es legítimo en democracia. Nosotras lo estamos manifestando, haciendo el activismo que sabemos hacer en el marco de las reglas democráticas. Y recibimos insultos por ello, incluida la ministra Montero, que debería ser más respetuosa con las opiniones ajenas. Nosotras cuestionamos su forma de entender el feminismo, ¿cómo no vamos a cuestionar un feminismo que, por ejemplo, entiende que prostituir a la mujer es legítimo? Pedimos que haya un debate democrático antes de aprobar esta ley.
«La única urgencia que tiene Irene Montero con la ‘ley trans’ es la de acallar voces»
P.- Pero la ministra Irene Montero quiere acelerar la aprobación del texto y no parece que dé mucho tiempo para debates serenos, teniendo en cuenta que quieren tramitar la ley con urgencia…
La única urgencia que tiene Irene Montero con la ley trans es la de acallar voces. En España hay garantías y derechos para las personas transexuales. Hay descerebrados que agreden a transexuales, a homosexuales y a lesbianas, sí, pero eso no significa que el conjunto de los españoles se dedique a agredir a estos colectivos. Hay leyes contundentes contra estos energúmenos. Pero nos ha costado mucho que se nos escuche, incluso en los medios de comunicación, porque hay miedo a que te pongan una etiqueta que te descalifica socialmente. Solo pedimos que no se hagan leyes que vulneren derechos de otras personas. Nada más. Los derechos de los transexuales son exactamente iguales a los suyos y los míos, pero competir con ventaja en una categoría deportiva no es un derecho, ni decir en los colegios que el sexo es elegible, eliminar aquello que nos permite medir la desigualdad entre hombres y mujeres no es un derecho.
P.- Habla usted de miedo a que te etiqueten… pero ha habido quien ha alzado la voz contra la ‘ley trans’ hace tiempo, como Lidia Falcón y ha sido expulsada (su colectivo) de IU…
R.- Fue expulsada por decir cosas como las que estoy comentándole…
P.- ¿Teme que se tomen represalias también contra usted y otras de sus compañeras en el PSOE?
R.- Bueno, alguien intentó abrirnos un expediente a un grupo importante de históricas (Matilde Fernández, Amelia Valcárcel, a Rosa Peris, Altamira Gonzalo, Alicia Millares…) y ya ha habido un pronunciamiento de los órganos correspondientes conforme no había lugar para la denuncia que nos interpusieron. En mi caso concreto, les pareció bárbaro que yo diga que una persona con genitalidad masculina no puede ser lesbiana. Eso les ha parecido escandaloso y denunciable… ¡Pues lo sigo manteniendo! El expediente se resolvió no ya a nuestro favor, sino al del sentido común.
P.- ¿Qué enmienda haría usted a las 37 enmiendas presentadas por el PSOE en el Congreso?
R.- En mi opinión, no tocan la cuestión esencial, que es la autodeterminación de género. En segundo lugar, las enmiendas vinculadas a los menores se han quedado cortas y las vinculadas a las detransiciones nos han dejado heladas. Con esta ley, se pone más problemas para revertir la transición registral que para hacer la transición. Vamos, que la enmienda va enfocada a dificultar la marcha atrás.
P.- ¿Cree que ante un asunto tan delicado el grupo socialista debería permitir el voto en conciencia?
R.- ¡Pero si han evitado incluso que la ley vaya a Pleno! Se ha quitado la capacidad legislativa al Pleno…
«Podemos no es buena compañía para las políticas de Igualdad»
P.- ¿Ha intentado tener ese debate sosegado con alguna persona o personas de su partido o no que defienda la ‘ley trans’ tal como está?
R.- Hasta la saciedad, en compañía de otras compañeras: enviamos cartas al presidente del Gobierno, a la vicepresidenta… Lo hemos intentado con todo el mundo. Pero ha sido imposible. La pregunta es, ¿por qué? Lo único que puedo decir es que Podemos no es buena compañía para las políticas de igualdad.
P.- ¿Sánchez es un convencido de la ‘ley trans’ o se ve obligado a aprobarla por una cuestión de aritmética parlamentaria?
R.- No lo sé, pero en estos momentos tiene un problema político: el PSOE ha presentado sus enmiendas, que no le va a apoyar nadie, Podemos las suyas, que con los apoyos que tiene no las aprueba y el PP las suyas, que tampoco le vota nadie. Parece que nos encontramos con una situación de bloqueo.
P.- ¿Puede ocurrir algo parecido a lo sucedido con la ley de «Solo sí es sí», cuando el PSOE retiró sus propias enmiendas -pese a que el PP se las podía haber aprobado- y acabó permitiendo que se aprobase el texto tal como había presentado el Ministerio de Irene Montero?
R.- Yo no sé si el PSOE va a dar marcha atrás sobre sus propias enmiendas, cuando las ha presentado sobre la base de la no constitucionalidad de los artículos que enmienda. Esa es la pregunta que yo me hago…
P.- ¿Podremos tener la respuesta el 18, tal como programó la ministra Montero?
R.- Pues no sé si dan las fechas… lo del día 18 no termino de verlo… En todo caso, la fecha no son importantes.
«Irene Montero está obsesionada con tratar de introducir la corriente ideológica trans en el feminismo, pero el feminismo se está resistiendo»
P.- Si no lo es, ¿por qué se aplica el procedimiento de urgencia?
R.- Porque quieren silenciar el debate. No habrá comparecencias de expertos, no se van a plantear los interrogantes de los que estamos hablando en esta entrevista: el impacto de esta ley en el deporte, en las políticas de Igualdad, en el terreno de la salud…Es muy sorprendente todo. Pero le puedo contar que, cuando se aprobó en el Reino Unido esta legislación, hubo un cronista parlamentario que expresó su sorpresa sobre cómo un tema tan delicado y con tanto impacto social se planteaba con carácter de urgencia, en lugar de ser ampliamente debatido y dio con un manual que elabora uno de los despachos de abogados más importantes de Europa, en el que se dan pautas para cómo sacar adelante esta legislación y hacer incidencia política. Resulta que uno de los consejos es pegar esas normas a leyes que gocen de simpatía social y eviten que haya debate público. Irene Montero está obsesionada con tratar de introducir la corriente ideológica trans en el feminismo, pero el feminismo se está resistiendo y diciéndole que no. Sin embargo, ha conseguido pegarlo a los movimientos LGTBI, que ya habían conseguido la Ley del 2007. Pero la gente debería saber que esta ley no es para las personas transexuales, sino para abrir la puerta al transhumanismo.
«Se está tratando de utilizar a las personas transexuales con otros fines que trascienden a la transexualidad»
P.- Grandes bufetes internacionales estableciendo pautas de actuación… suena a lobbies que promueven una determinada acción de Gobierno en distintos países…
R.- Pues fíjese que en la última celebración del Orgullo Gay dos farmacéuticas fueron a la manifestación portando pancartas que dicen: «Sé lo que tú quieras» y, casualmente, son dos grandes farmacéuticas que distribuyen hormonas, con las que se tiene acuerdos desde el propio Ministerio de Sanidad para la compra de esos productos. También hay que reflexionar sobre a quién le interesa y en qué medida, si va más allá de lo ideológico, el desarrollo de este tipo de leyes. Quienes fuimos al Orgullo fuimos testigos de esas pancartas… Se está tratando de utilizar a las personas transexuales con otros fines que trascienden a la transexualidad.
P.- ¿Ha tenido ocasión de hablar de todo esto con su hasta hace poco compañera de partido, Carla Antonelli?
R.- No. Hace mucho que no hablo con ella, entre otras cosas, porque me tiene bloqueada y tiene a bien insultarme cada vez que se tercia la ocasión. Yo tengo mucho respeto a todo el mundo. Me encantaría que fuera capaz de sentarse y hablásemos con calma de todo esto, porque estoy segura de que le parece injusto que personas con cuerpos masculinos ocupen los podios de las mujeres. Estoy segura de que ella no cree que eso es un derecho.
P.- ¿Y con respecto a su salida del PSOE?
R.-¡No lo sé! Tal vez en unos meses entendamos por qué se ha ido.
«Si se aprueba así la ‘ley trans’ habrá consecuencias electorales negativas para toda la izquierda»
P.- ¿Cree que si la ‘ley trans’ se aprueba tal como está habrá repercusiones electorales negativas?
R.- Sí, habrá repercusiones para toda la izquierda.
P.- ¿Lo será para el PSOE?
R.- No solo para el PSOE. Para toda la izquierda va a ser un problema electoral. No tengo ninguna duda. El movimiento de mujeres está muy sorprendido con todo lo que está ocurriendo y menospreciar al movimiento de mujeres es un error político, porque somos la mitad de la población y no pedimos supresión de derechos… ¡En absoluto! Quien nos quiere oír entiende perfectamente las diferencias. Y que no digan que coincidimos con la extrema derecha, porque no es cierto. El feminismo es un movimiento muy racional, que reflexiona mucho sobre sus posicionamientos políticos y que ha generado grandes complicidades con los partidos políticos. Las feministas han conseguido alianzas entre la derecha y la izquierda, yo he sido testigo de ello. Las mujeres tenemos agenda propia y los partidos, que han estado muy próximos a la causa feminista, se están alejando.
P.- ¿Es un fenómeno que ocurre solo en España?
Es un fenómeno global. Una corriente ideológica que se está infiltrando en los ámbitos de las Administraciones y de los espacios donde se toman decisiones. Y se están construyendo discursos que no se ponían en cuestión, porque venían arropados por el manto de simpatía que generaban los derechos de las mujeres, del movimiento LGTB, etc. Hemos tardado en darnos cuenta de que se estaban colando discursos que acaban siendo caballos de Troya y que atentan contra nuestro propio discurso.
«Todas las leyes aprobadas o modificadas en esta legislatura mencionan el género como identidad»
P.- ¿En qué otras leyes se ha incluido la idea de que el género es una identidad?
R.- En todas las que se han aprobado durante esta Legislatura. Lo incluyen en las cláusulas antidiscriminación, que descuelgan de la cláusula constitucional, que dice que los españoles y españolas no pueden ser discriminados por cuestiones de raza, sexo, creencias, etc. Pues ahora mismo todas las nuevas o renovadas en esta legislatura mencionan el género como identidad. Deshacer todo ese entramado va a ser muy difícil.
P.- Pues el PP y su presidente, Alberto Núñez Feijóo, han prometido revertirlo si llegan al poder….
R.- Pues le tocará modificar muchas leyes…