La Guardia Civil desafía a Interior: la mayoría de asociaciones, en contra del cupo de mujeres
Los guardias civiles critican que la reserva del 40% de plazas a mujeres hasta 2030 «discrimina a los hombres» y «minusvalora el trabajo de las agentes»
La Guardia Civil se ha levantado ‘en armas’ contra el Ministerio del Interior por el ‘cupo’ del 40% de plazas que quiere reservar para mujeres en las futuras oposiciones del Instituto Armado hasta 2030. Una negativa en bloque que se plasmará este jueves en el pleno del Consejo de la Benemérita donde se debatirá esta reforma por segunda vez. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, Seis de las siete asociaciones profesionales con representación en este órgano consultivo votarán en contra de la medida.
Si bien su dictamen no es vinculante, pues el voto decisivo reside en la directora de la Benemérita, María Gámez, las organizaciones quieren mostrar su rechazo a una norma que, a su juicio, «discrimina al hombre y minusvalora a la mujer». El cambio en la Ley de Personal incluye una cláusula por la que las mujeres tendrán preferencia sobre los candidatos varones siempre que, superado el aprobado, la diferencia de puntos entre ambos no sea superior al 15%. En otras palabras, la nota de corte será más baja para ellas. De modo que teniendo la misma calificación, ellos se quedarán atrás.
Desde el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska pretenden apuntalar una igualdad «real y efectiva» en un Cuerpo en el que las mujeres «no llegan ni al 9% de la plantilla de la Guardia Civil transcurridos 34 años del primer ingreso», y que tiene un déficit aún mayor en la escala de mandos. Desde las asociaciones critican, sin embargo, que «regalar» el acceso no es el camino. «Hay otras formas de potenciar la incorporación de la mujer», señalan. Y esta es la razón por la que todas ellas no apoyarán la reserva de plazas.
«Creará un problema donde no lo hay»
«Esta medida facilita la incorporación a puestos de responsabilidad en la seguridad de los ciudadanos a aquellos que entran para cubrir una cuota, no a los más preparados. A la Guardia Civil deben incorporarse las personas más preparadas, porque servimos a una sociedad que demanda efectividad y preparación en la defensa de sus derechos. Si se aprueba esta norma, creará un problema donde no lo hay», sentencian desde Jucil, la asociación profesional mayoritaria en el Consejo de la Guardia Civli.
Esta organización votará en contra de la reforma de la norma, pero no se quedará ahí. Prepara una ofensiva judicial contra la misma, una vez se convoquen las próximas oposiciones, puesto que ahora el cambio en la norma aún es un borrador. «No dudaremos en llevar ante la Justicia la rebaja de la nota de acceso para la mujer en la Guardia Civil por atentar contra el artículo 14 de la Constitución, ser discriminatorio y vulnerar el principio de igualdad de oportunidades para ser funcionario del Estado», advierte Ernesto Vilariño, secretario general de Jucil.
Frente a esto, sin embargo, Grande-Marlaska ha defendido que el cupo cuenta con el aval del Tribunal Supremo y del Constitucional. Es una medida, según ha explicado en declaraciones a la prensa, que ha garantizado la presencia de mujeres en otros cuerpos como la Ertzaintza, o en las listas electorales al Congreso de los Diputados, donde se ha garantizado que el 40% de sean mujeres».
Dispersión territorial
La responsable de Igualdad de esta asociación, Sonia Valverde, asegura que ponérselo más fácil a la mujer no le ayuda en ningún caso, sino que «deja su actuación como agente por debajo de la del resto». «Nosotras no queremos que nos regalen nada, tampoco que nos pongan ‘zancadillas’, simplemente queremos ser uno más», apunta.
Admite que la proporción de mujeres en el Instituto Armado frente a cualquier otro Cuerpo es muy baja. Pero gran parte de la culpa, explica, la tiene la dispersión territorial, «hay muchos puestos en poblaciones pequeñas y eso complica una conciliación familiar». Otro inconveniente que también aleja a las guardias son los turnos. A diferencia de la Policía Nacional, que tiene horarios fijos, los guardias conocen su horario con un mes de antelación. «Se necesitan más cambios de este tipo para incentivar el acceso de las agentes, y no otros. Es el mensaje que nos trasladan nuestras compañeros y compañeras», manifiesta la agente, en conversación con este periódico.
«Chapuza»
Es en lo que insisten también desde la Asociación Unificada de Guardia Civiles (AUGC). Esta organización califica de «chapuza» la medida de la Dirección General. Aseguran que el avance hacia la paridad en el Cuerpo está en aplicar «medidas sobre la movilidad geográfica, conciliación efectiva, cultura de igualdad y política retributiva». «Reclamaciones que serían efectivas para conseguir la igualdad, pero que la Ley de Régimen de Personal no contempla; se crearán más problemas de los que se pretenden solucionar», critica el portavoz de AUGC, Pedro Carmona.
Así las cosas, según indican fuentes de esta organización, este jueves los cuatro vocales de AUGC reafirmarán en el pleno del Consejo su posición en contra del cupo para las guardias civiles, pero votarán a favor de la reforma de la Ley de Personal donde se integra la mencionada medida. Han decidido hacerlo así, insisten, porque la remodelación de la norma contempla también la readmisión de los guardias civiles que fueron expulsados en 2001 por el reconocimiento del derecho de asociación profesional. Una reclamación histórica de todo el colectivo.
La Dirección de la Guardia Civil incluyó esta modificación a última hora del pasado miércoles. Y lo hizo, según advierten fuentes sindicales, «para contentar a las asociaciones y arrastrar algún voto positivo a la modificación de la ley, vista la negativa de todos los grupos al cupo». Según reza la disposición adicional décimo segunda del borrador, el Instituto Armado se compromete a «rehabilitar a los militares de carrera del Instituto Armado que fueron sancionados por llevar a cabo acciones de promoción y defensa de intereses de naturaleza profesional, en un ámbito distinto al del derecho de asociación profesional».
Sin justificación
Desde la Unión de Oficiales de la Guardia Civil, que representa a los mandos del Cuerpo, aplauden las mejoras laborales pero, advierten, no son suficientes como para que su voto sea positivo a la reforma. «El cupo para mujeres es algo muy serio, no solo discrimina a los agentes, sino que puede conllevar después otro tipo de cupos a la hora de ascensos en otras escalas, no podemos apoyarlo», avanzan.
La Asociación Escala de Suboficiales del Instituto Armado (ASESGC) también votará en contra. Dejando a un lado que «se trata de una medida ‘ad eternun’», pues según sus cálculos se tardarán más de 30 años en conseguir el porcentaje del 40% de mujeres en el Cuerpo; critican que Interior «no ha justificado las necesidades operativas de la cuota, ni como se pretende destinar a las mujeres en determinados puestos de trabajo».
Para la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), la reserva de vacantes no respeta el principio de igualdad contemplado en el artículo 14 de la Constitución —como han denunciando otras organizaciones— y y contradice «varias resoluciones judiciales contra policías locales y la Ertzaintza que anularon convocatorias donde se guardaban plazas para mujeres».«Creemos que la presencia de mujeres debe aumentar y que se deben de seguir fomentando las medidas para visibilizar a la mujer guardia civil, pero este no es el camino».