Yolanda Díaz tantea a socialistas críticos con Sánchez para integrarlos en su proyecto
La ministra de Trabajo ha contactado con exalcaldes del PSOE en Galicia y otros cuadros que en su día formaron parte del grupo de ‘susanistas’
La ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, está tomando contacto con altos cargos del PSOE que fueron y siguen siendo críticos con el actual presidente Pedro Sánchez. Todo se está gestionando en el máximo secreto, pero fuentes conocedoras de esta operación y de las reuniones y contactos que se han mantenido (sobre todo en Galicia), explican que Díaz y sus emisarios quieren ampliar las bases de Sumar con figuras del PSOE críticas con Sánchez.
Según ha podido saber este diario, personas de confianza de Díaz han hablado con exalcaldes del PSOE que en su día pertenecieron a la corriente de Susana Díaz. Se trata de altos cargos socialistas, muchos de ellos todavía en activo aunque a la espera de ver los acontecimientos políticos en estas horas de máxima tensión dentro del bloque del PSOE. Los emisarios de Díaz les han tanteado para ver si están interesados en entrar en las filas de Sumar.
La ministra de Trabajo no tiene ninguna intención de frenar la puesta en marcha de Sumar, explican las fuentes consultadas. La vicepresidenta está viviendo algo parecido a un «sueño», afirman para referirse a su plan personal de liderar una candidatura nacional sin ataduras de ningún tipo. El factor personal se mezcla al político, con un plan impulsado por Díaz y ejecutado por varios emisarios, en diferentes territorios, con la tarea de incluir y sumar a cuántos más referentes de las izquierdas.
Expertos socialistas
De ahí que Díaz no se cierre a incluir en su proyecto a dirigentes y referentes que provienen de Podemos e Izquierda Unida, pero también del PSOE. En Podemos sorprendió, por ejemplo, que Díaz incluyera entre sus expertos de renombre para definir su programa electoral a algunos técnicos muy cercanos al PSOE. Entre ellos, el filosofo Ignacio Sánchez Cuenca, considerado por muchos en Podemos como un técnico cercano al PSOE, aunque de una corriente muy izquierdista.
Ahora la novedad es que Díaz no se cierra a sumar a dirigentes o referentes de lo que fue el susanismo en el PSOE. Ese grupo se consideraba la corriente más clásica o afín al establishment del PSOE felipista. Susana Díaz compitió con Pedro Sánchez en las primarias de 2017. Antes había aupado a Sánchez contra Eduardo Madina, en unas primarias en la que el actual presidente del Gobierno se postulaba como referente del PSOE histórico. A tal punto que presentó su candidatura a las generales de 2015 delante de una enorme bandera rojigualda.
El problema, según explican algunas fuentes cercanas a Díaz, es que en el ámbito sindical la ministra no está logrando el tipo de apoyos que esperaba. Tiene el respaldo directo de la cúpula de Comisiones Obreras. Pero no logra que muchos sindicalistas muestren su disponibilidad a la hora de entrar en sus listas electorales. Es decir, que no quieren dejar su cargo para dedicarse a la política con Sumar. El respaldo principal de momento es solo logístico, organizativo y político. Pero no de candidatos.
«El PSOE es un gallinero»
Es plausible concluir, por otro lado, que Díaz observa con mucho interés la fractura generada en el PSOE. Más allá de los dirigentes históricos que, como adelantó este diario, han decidido tomar la iniciativa y lanzar una ofensiva crítica con Pedro Sánchez. Existe otro PSOE escondido, formado por cuadros y algunos ex dirigentes públicos deseosos de volver a la primera línea de la política tras la caída del llamado sanchismo.
En este contexto, Díaz quiere postularse como alternativa para todos aquellos dirigentes que se ven excluidos del actual curso, y que inevitablemente miran a las elecciones de mayo como un momento catártico para el futuro del presidente del Gobierno. Si Sánchez logra salvar los muebles, tendrá más probabilidades de revalidar su mandato a finales de 2023. En este caso, algunos cuadros del PSOE podrían pensar de pasarse al bando yolandista.
No es un un secreto, por ejemplo, que en el PSOE gallego las bases socialistas ven con muy buenos ojos el proyecto de Díaz. «El PSOE en Galicia es un gallinero, es fácil recabar apoyos», explican fuentes consultadas, conocedoras de este tanteo de la vicepresidenta. Una de las provincias donde la ministra está más activa en este sentido es Orense, explican.
Por su parte, la ministra de Trabajo tiene necesidad de sumar a figuras de cierto prestigio e influyentes en los territorios donde presentará sus listas para las generales. De ahí que contar con cuadros o miembros del PSOE que han tenido experiencia de gobierno local puede ser muy útil para ofrecer un proyecto político ya consolidado y que cierre definitivamente el ciclo político de Podemos.