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La amenaza yihadista persiste en España en forma de lobos solitarios

Fuentes de la lucha antiterrorista señalan que los últimos detenidos relacionados son casos de extremismo, de una radicalización que les lleva a querer cometer acciones violentas

La amenaza yihadista persiste en España en forma de lobos solitarios

Fuentes de la lucha antiterrorista señalan que los últimos detenidos relacionados son casos de extremismo, de una radicalización que les lleva a querer cometer acciones violentas

Los nombres, Yassine Kanjaa y Fath Allah Benhachem Grarrass, han colocado el terrorismo yihadista en la primera página de la actualidad informativa de esta semana para recordarnos lo que las fuerzas de seguridad nunca han olvidado: que la amenaza persiste y que, además, puede aparecer en forma de lobos solitarios.

Este lunes pasa a disposición de la Audiencia Nacional Yassine Kanjaa, el joven marroquí de 25 años que el miércoles atacó dos iglesias de Algeciras (Cádiz) armado con una machete de grandes dimensiones. Ataviado con una chilaba negra, mató al sacristán Diego Valencia e hirió a varias personas, entre ellas al sacerdote Antonio Rodríguez.

Habrá que esperar unas horas para saber si el juez califica su acción de acto terrorista. Y para que lo haga será esencial el resultado de los rastreos que los investigadores han estado realizando al pendrive hallado en el registro de la casa donde vivía, a los dispositivos móviles del detenido, a las conversaciones que mantuvo y con quién, a las páginas que pudo visitar en internet…

Su acción no ha sido reivindicada por el Dáesh, que, sin embargo, sí se ha hecho eco de ella a través de medios afines. Casi a la misma hora que Kanjaa perpetraba los ataques a las iglesias de la ciudad gaditana, la Guardia Civil y la Policía Nacional llevaban a cabo una operación conjunta que permitió la detención en Girona de Fath Allah Benhachem Grarrass.

Se trataba de un hombre de origen marroquí y nacionalidad española con nivel «avanzado» de radicalización y que ese mismo día había hecho búsquedas en internet sobre cómo atacar con armas blancas.

Como reflejaba el auto del juez que le envió a prisión, el detenido, con un perfil «de gran violencia y agresividad», había manifestado en grupos afines al Dáesh su pretensión de atentar en España contra algún «objetivo individual accesible asociado a los gobiernos español o marroquí o bien a intereses judíos». Incluso, planteaba atentar en las playas de la localidad alicantina de Benidorm.

¿Dos lobos solitarios a 1.200 km de distancia?

Casi 1.200 kilómetros separan Algeciras de Girona. Una distancia que recorre gran parte de un territorio español en el que las fuerzas de seguridad no han bajado la guardia ante la amenaza terrorista pese que desde 2017, cuando se produjeron los atentados de Catalunya, no se ha perpetrado ningún ataque yihadista.

Mientras que, según el Ministerio del Interior, Yassine Kanjaa «no estaba en el radar de ningún servicio nacional por radicalización», Fath Allah Benhachem Grarrass se encontraba en el foco de las fuerzas de seguridad españolas, incluso del FBI estadounidense, precisamente por estar radicalizado. Pero pudo ser neutralizado a tiempo, como recalcan a EFE fuentes policiales.

Pero, ¿ambos son lobos solitarios? Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por EFE creen que sí y no dudan en afirmar que se trata de dos casos de extremismo, de una radicalización que les lleva a querer cometer acciones violentas.

Y más aún si se encuentran ante circunstancias que les activan, como por ejemplo la discusión que Yassine Kanjaa mantuvo con los feligreses de la iglesia minutos antes de volver sobre sus pasos e irrumpir de nuevo en el templo con el machete. Los expertos consultados no dudan en reconocer que la detección de estos individuos es «muy difícil». Y lo es más aún averiguar cuándo van a actuar.

Si finalmente actúan, lo harán con armas y medios muy simples (machetes, cuchillos…) Normalmente, cuando empiezan a atacar, «ya no pueden parar» y continúan la acción hasta que son neutralizados. Seguramente así ocurrió en el caso de Algeciras, subrayan las mismas fuentes.

¿Locura o terrorismo? No son incompatibles

Mucho se ha escrito sobre el posible trastorno mental del atacante de Algeciras y se ha llegado a decir que estuvo en tratamiento psiquiátrico en su país de origen. Alegar «locura», dicen las fuentes, «no minimiza el hecho, ni siquiera lo exime de ser terrorismo». En todo caso, afectará a la culpabilidad penal, pero seguirá siendo terrorismo.

El trastorno psicológico, si existe, «complica mucho» la valoración del individuo para los investigadores, añaden las fuentes. Pero además, hace más peligroso al sospechoso porque será más impredecible todavía.

De todos modos, la Audiencia Nacional tendrá que determinar si los ataques de Algeciras son actos terroristas, como también tendrá que hacerlo en el caso del atropello de Torre Pacheco (Murcia) del 17 de septiembre de 2021 cuando un hombre de origen marroquí arrolló a varias personas en una terraza, una de las cuales murió.

También falleció el propio autor por heridas autoinfligidas. Los investigadores creen que a tenor de los indicios recabados, puede tratarse de un lobo solitario. Y siguen apostando por ello aunque llegara a constatarse que el hombre sufría algún trastorno mental.

Radicalización casi exprés

En el caso del atacante de Algeciras aún no se sabe con certeza si se radicalizó, pero podría haberlo hecho de forma casi exprés a través del consumo de material «ad hoc» en internet. De momento, es solo una especulación.

Un investigador al que ha consultado EFE pone como ejemplo el caso del autor del atentado de Niza (Francia) en 2016, que se radicalizó en apenas mes y medio. Si lo hubiera hecho en contacto directo con imanes u otras autoridades islámicas, hubiera necesitado «más tiempo por razones logísticas y de seguridad», recalca.

Según este experto en yihadismo, el ataque de Algeciras es «singular». Cree además que el sospechoso podría sufrir alguna enfermedad mental debido al consumo del hachís en su adolescencia y asegura: «su radicalización no es normal, no creo que haya visto un material yihadista completo de adoctrinamiento».

No descarta tampoco que la quema la semana pasada de ejemplares del Corán en algunos países europeos pudiera haber empujado al presunto yihadista de Algeciras a perpetrar sus crímenes.

Sagrario Ortega y Mohamed Siali

Fuente:EFE

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