Moncloa azuza la división en Podemos para reforzar a Yolanda Díaz frente a Irene Montero
Fuentes gubernamentales explican que el presidente ha decidido la reforma de la ‘ley del solo sí es sí’ al comprobar que el Supremo no unificará doctrina
Es la misma estrategia que desplegó el Gobierno con el independentismo: la división del sólido bloque Junts-ERC, que logró llevar a la ruptura del Generalitat catalana, desinflamar el procés en las calles y aupar a sus socios como fuerza hegemónica en Cataluña agitando el avispero de su rivalidad interna. Ahora, los estrategas de Pedro Sánchez se lanzan a una operación similar con el espacio situado a su izquierda. Un conglomerado de siglas, con Podemos como socio mayoritario, IU y la plataforma Sumar, en el que el Ejecutivo pretende catapultar a la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz. Su objetivo es que esta última rentabilice el desgaste de su rival interna, la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Fuentes socialistas y gubernamentales aireaban este lunes las «diferencias existentes» en el espacio del socio minoritario del Gobierno asegurando que «no son un bloque monocorde» y deslizando que la beligerancia de la titular de Podemos y potencial candidata a las elecciones, Irene Montero, de la ministra de Asuntos sociales, Ione Belarra, y del portavoz del grupo, Pablo Echenique, nada tiene que ver con la posición de Díaz, con quien «se está hablando desde el primer momento» en relación a la reforma de la Ley de Libertad Sexual
«Una cosa es la posición que puedan tener algunos cargos del Gobierno, pero en sus confluencias se está hablando con todos…», explican desde el PSOE, dejando clara la linea divisoria entre la «soberbia infantil» que señaló Manuela Carmena sobre la cerrazón de Igualdad en lo que se refiere a dicha reforma y la posición «más comprensiva de Yolanda». Lo cierto es que la voluntad de reformar la Ley siempre estuvo en los planes de Pedro Sánchez, como se evidenció por parte de la cascada de ministras socialistas que lo solicitaron con las primeras revisiones a la baja de condenas, o cuando el propio presidente del Gobierno se comprometió a hacer un ajuste técnico en la ley del solo sí es sí en los corrillos del Día de la Constitución.
Sánchez asume que el Supremo «no va a actuar»
En Moncloa barajaron los diferentes escenarios, a sabiendas de que una reforma del Código penal solo podía hacerse a través de una ley orgánica. Se sopesó incluir la modificación de las penas a través de la Ley de Bienestar Animal, como adelantó este periódico. Pero los ánimos andaban caldeados en la coalición y los ataques de Vox a la titular del ramo, Irene Montero, sirvieron de pegamento interno y de sostén para la erosionada Irene Montero, quien, según admitían fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE, «no está pasando por su mejor momento».
Sin embargo, Montero decidió optar por el ataque como estrategia de defensa, aunque la lectura del PSOE es que fuera más bien una herramienta de calentamiento de una potencial candidatura alternativa de Podemos, al margen de la plataforma de Yolanda Díaz. Sus ataques contra los «fachas con toga», la beligerancia de su compañera Ione Belarra, o de su número dos, Ángela Rodríguez Pam, no ha hecho más que encender los ánimos en la coalición e incendiar a la opinión publica. Una tensión que, según el PSOE, Podemos intenta aprovechar para erosionar a Yolanda Díaz por sus silencios permanentes en asuntos cruciales para los morados.
Dicha tensión fue el motivo del pacto entre Moncloa y los ministerios de Justicia e Igualdad que, como adelantó este diario, acordó incluir en la exposición de motivos de la reforma del Código Penal una «guía o recomendación para que los jueces», en palabras del portavoz Patxi López, «no me vayan por ahí», pero sin efectos jurídicos. Sin embargo, fuentes de Moncloa explican a THE OBJECTIVE que «el presidente Sánchez estaba a la espera de que el Tribunal Supremo unificara doctrina, pero ya ha comprobado que no se va a producir». Añaden que Sánchez nunca desistió del retoque técnico de la Ley que se presentará de manera «inminente» una vez concluyan los trabajos por parte del Ministerio de Justicia.
Pilar Llop dirige «la vía rápida» de reforma
El departamento que dirige Pilar Llop es quien lleva el peso de la reforma para disgusto de Irene Montero, según el PSOE, porque es quien «tiene los mejores juristas» y «la vía más rápida para hacerlo». La cuestión temporal es importante porque el Gobierno apenas dispone de tiempo para aprobarla por la cercanía de la campaña electoral para las municipales. La vía de urgencia le permite acortar los plazos hasta el punto de sacar adelante la proposición de ley anunciada por Pilar Alegría en el plazo de un mes, como ocurrió con la reforma del Código Penal para derogar la sedición y reformar la malversación. Por eso, en Moncloa han desistido de utilizar la fórmula habitual de presentar la iniciativa de forma conjunta con Podemos. Lo harán «con o sin Podemos», dijo Alegría, pero tanto el Gobierno como el partido asumen que será lo segundo.
Sin embargo, una cosa es que Podemos no firme la iniciativa y otra muy distinta que no la apoye. Después del anuncio del PP de que votará a favor de esta reforma, en Moncloa creen que esto «tendrá más coste para Podemos que para nosotros», dado que así sitúan de espaldas a la alarma social generada. Las fuentes consultadas aseguran que las últimas entregas de sus sondeos internos no detectan aún coste alguno por las más de 300 revisiones a la baja de condenas por la aplicación de la Ley de Libertad Sexual que ha excarcelado a más de 30 agresores sexuales en poco más de dos meses.
En el PSOE concentran el foco del desgaste en Irene Montero. Algo que le permite una ventana de oportunidad a Yolanda Díaz, que «tiene nuevamente una ocasión para postularse como una opción humilde y madura» frente a los ‘soberbios infantiles’ con quienes comparte espacio electoral. Sin embargo, otras fuentes gubernamentales discrepan porque «esto introduce tensión para Yolanda», como evidencia el silencio de la número tres del Gobierno para evitar enardecer aún más los ánimos con sus competidoras internas. Sea como fuere, el Gobierno descuenta la tensión con Podemos sobre este asunto: «Está asumida y amortizada». Asimismo, descartan que los avisos de Echenique, Belarra o Montero puedan derivar en una fractura de la coalición, con la vista puesta en las municipales.