Sánchez decidió reformar la 'ley del sí es sí' tras unos sondeos que provocaron el «pánico»
Estos estudios cualitativos pusieron de manifiesto el rechazo por la inacción del Ejecutivo de coalición progresista
Patxi López, Pedro Sánchez, María Jesús Montero, Cristina Narbona y Santos Cerdán. | Europa Press
Fue el detonante del golpe en la mesa del presidente del Gobierno. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, recibió hace quince días el resultado de unos estudios cualitativos que provocaron el «pánico» en el Gobierno. La inmensa mayoría de los ciudadanos convocados a los grupos de discusión expresaron su rechazo e incomprensión por la inacción del Ejecutivo de coalición progresista, después de tres meses de aplicación de la Ley y un goteo incesante de rebajas de condena, hasta 400 y más de 30 agresores sexuales excarcelados.
La conversación de estos estudios cualitativos que el PSOE encarga siempre antes de una precampaña electoral para conocer «por dónde respira la sociedad» fue contundente: «Nadie entendía por qué el PSOE iba a rebufo de Podemos, en lugar de actuar para frenar las rebajas de condenas». Se trata de «un clamor social» que el Gobierno identificó con el que podría ser su principal boquete electoral.
«Se dejaron llevar por la histeria»
Las fuentes consultadas por este periódico revelan que en Moncloa «se dejaron llevar por la histeria» y que el presidente dio la orden de actuar, no solo a la cuota socialista del gobierno de coalición, sino también al socio minoritario, con el que negociaban desde el mes de diciembre para intentar aplicar algún ajuste técnico, como anunció el propio presidente Sánchez en los corrillos del Día de la Constitución en el Congreso. Pero entonces lo hizo en condicional: «Si es necesario, haremos un ajuste técnico». El condicional se convirtió en imperativo hace dos semanas tras el clamor de los estudios cualitativos socialistas.
Los negociadores socialistas, tanto el Ministerio de Justicia de Pilar Llop como el de Presidencia de Félix Bolaños, informaron a Podemos de la existencia de esos sondeos internos y del posible castigo electoral que podría sufrir la coalición si no se actuaba en consecuencia. Pero ni siquiera esta advertencia sirvió como elemento de presión negociador. Según fuentes de Podemos: «Se pusieron histéricos con los ‘cualis’. Se acojonaron en lugar de tener la cabeza fría» y pensar en la solución jurídica de la Ley. Así se entiende la afirmación de la ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, cuando denunció las ‘presiones’ que provocaron que a la órbita socialista del Ejecutivo le «temblaran las piernas».
Desde el PSOE explican que estos estudios «solo fueron el agravante» que precipitó la decisión del jefe del Ejecutivo que «ya estaba tomada en diciembre», ratificada con cada una de las 400 revisiones de condena que se han producido en estos dos meses. El propio presidente Sánchez admitió este martes en el Congreso que la reforma de la ley del solo sí es sí es una cuestión «de sentido común» y que había que «solucionar el problema» porque la Ley Montero «ha tenido efectos indeseados… y me quedo corto».
Los socios no eligen bando
La presentación este lunes de la proposición de ley para reformar la Ley de Libertad Sexual por parte del PSOE ha abierto un cisma en el seno de la coalición. Sin amenaza alguna de ruptura, Podemos maniobra desde hace 24 horas para aglutinar un rechazo unánime de los socios de investidura a la reforma unilateral del PSOE, pero de momento, estos movimientos han cosechado un sonoro fracaso. Tanto ERC como Más País y Compromís pidieron este martes al Ejecutivo de coalición «una propuesta consensuada» entre PSOE y Podemos y «rebajar el ruido» de una iniciativa que genera alarma social.
«El procedimiento es un despropósito. Se está haciendo mucho daño con esta proposición. Le pedimos al Gobierno que no cometa el error de traer dos propuestas diferentes», manifestó el portavoz de Más País, Íñigo Errejón. De «consternación» habló el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, para quien es necesario «bajar el tono. Pedimos a los socios del Gobierno responsabilidad. Es una irresponsabilidad llegar a la semana que viene con una guerra de declaraciones cruzadas por ambos bandos» de la coalición.
Pero la voz que más se esperaba por su condición de gurú de la izquierda era la de Gabriel Rufián. El portavoz republicano, socio preferente del Ejecutivo, dejó claro en su rueda de prensa que, pese a haber recibido las llamadas del Gobierno, tanto desde el PSOE como desde Podemos, en su partido no van a decantarse ni por papá ni por mamá ni contribuirán al «ruido». Y añadió: «No vamos a entrar en guerras dentro del gobierno de coalición… Sabemos que es un año electoral y todos se ponen muy nerviosos».
