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España

La 'ley trans' liquida 475 diferencias legales vigentes en España entre hombres y mujeres

La norma permite que los varones que se cambien el sexo registral accedan a subvenciones o ayudas y que no se les pueda juzgar por violencia de género

La ‘ley trans’ liquida 475 diferencias legales vigentes en España entre hombres y mujeres

Miembros del colectivo LGTB sacan banderas arcoíris tras la aprobación de la 'ley trans' en el Congreso de los Diputados. | Europa Press

La ley trans, al contemplar la «autodeterminación de género» como único requisito para cambiar el sexo registral, borra las diferencias legales que existen entre hombres y mujeres en España. Según un estudio elaborado por un experto independiente, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, hay al menos 475 derechos -o «privilegios», según su autor- femeninos que serán accesibles en lo sucesivo a los varones que se autoperciban con el sexo opuesto. Por el contrario, solo hay uno que es exclusivo de los hombres, y que lo seguiría siendo pese a la última norma de Irene Montero: el acceso a la Curia.

La ley aprobada el pasado jueves por el Congreso de los Diputados hará más fácil que nunca el cambio de sexo. Otros países, así como algunas regiones españolas, obligan a someterse a tratamientos farmacológicos y operaciones, pero ahora basta con «la libre declaración de la persona sentida» y la compleción de un formulario.

Una vez rellenado, el solicitante es citado para ratificar la solicitud y es informado de sus nuevos derechos. Transcurridos tres meses, es requerido para ratificar la petición y, de ser así, en el plazo de un mes -cuatro en total- el varón pasa a ser mujer a todos los efectos, sin necesidad de cambiar sus nombre ni aportar informes médicos y/o psicológicos (en aras de la «despatologización» de la disforia de género).

Derechos para mujeres ‘trans’

Esto permitirá a las mujeres trans -no operadas- tener derecho a incentivos para ser contratadas por la Administración pública, derecho a ayudas al emprendimiento, acceso al empleo público con baremos físicos más bajos, derecho a no poder ser denunciadas por violencia de género -y, así, no ser tratadas de forma diferente en un Juzgado especial para estos temas-, derecho a ayudas si se sufre violencia por parte de la pareja, derecho a subvenciones si se crea una asociación de mujeres trans, derecho a que en un juicio penal su palabra tenga más valor que la de la persona denunciada (siempre que se cumplan los requisitos establecidos por el Tribunal Supremo: ausencia de incredibilidad subjetiva, verosimilitud y persistencia en la incriminación), ayudas de hasta el 75% para financiar una película o documental…

… El derecho a poder acogerse a un descuento del 50% en el precio de los billetes al viajar con RENFE, el derecho a disfrutar, en caso de dedicarse al mundo rural, de diversas convocatorias y premios destinados a «mujeres rurales» o, por ejemplo, el derecho a que les sean notificadas sin solicitud previa las resoluciones que acuerden prisión o puesta en libertad del infractor, así como posible fuga del mismo…

Y así el informe recoge hasta 475, con algunos más banales, como el derecho a no cortarse el pelo en caso de acceder al Ejército o a la Guardia Civil, el derecho a elegir paradas en los autobuses a demanda en algunas ciudades (pagando el mismo billete) o el derecho a tener ayudas para obtener el carné de conducir si se vive en Valladolid.

Además, hay en total al menos 59 derechos que gracias a la Ley Integral de Violencia de Género eran exclusivos de las mujeres, pero que ahora también serán accesibles a los hombres que decidan cambiarse el sexo registral. Y también, de manera paradójica, la ley trans entra en conflicto con 71 cláusulas de la del solo sí es sí, aprobada el pasado mes de septiembre, y que fue celebrada por Irene Montero como un logro sin precedentes en «el avance de los derechos y libertades de las mujeres».

Las críticas feministas

Justo de esto advirtieron las asociaciones feministas durante la concepción y tramitación de la norma, aunque no fueron escuchadas durante el proceso por el Gobierno de España. Denunciaron, por activa y por pasiva, que la ley trans supondría el «borrado de las mujeres», por cuanto entraría en conflicto con la Ley Integral de Violencia de Género y con el deporte femenino, aunque también podría derivar en situaciones indeseables en las cárceles y en otros espacios.

Además, nadie podrá negar la feminidad de aquellos hombres que hayan cambiado su sexo registral, bajo la pena de multas de hasta 150.000 euros. El régimen sancionador contempla que no se podrá negar en ningún caso la concesión de ayudas o subvenciones a las mujeres trans, por cuanto podría constituir un delito de odio.

«Todes seremos iguales»

Tras su aprobación, y aunque aún no ha sido publicada en el Boletín Oficial del Estado, hay hombres que ya han anunciado su intención de cambiar su sexo registral. En este sentido, el abogado José Luis Sariego plantea que «si España entrase en un conflicto armado, muchos decidirían sentirse mujer después de lo que ha sucedido en Ucrania, donde solo los hombres de entre 18 y 60 años han sido obligados a defender a su país, mientras que a las mujeres se les ha permitido salir como refugiadas, pese a que la Constitución prohíbe la discriminación por razón de sexo (artículo 24)».

Sariego ironiza con que «está por ver, en un futuro muy cercano, cómo se desenvuelve un país sin hombres, donde el feminismo ya no será necesario, ya que todes seremos iguales». Además, el abogado de familias prevé que «las leyes feministas quedarán obsoletas, porque los hombres heterosexuales pasarán a ser una minoría social que necesitará urgentemente nuevas leyes que les protejan».

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