Identifican en una fosa de León los restos de dos concejales socialistas asesinados en 1936
Urbano González Soto y Marcelino Quintano Fernández fueron concejales socialistas en Valencia de don Juan en 1936
Los trabajos de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha logrado identificar en la fosa de Villadangos del Páramo (León) los restos de Urbano González Soto y Marcelino Quintano Fernández, dos concejales socialistas que fueron asesinados en septiembre del 1936 por pistoleros falangistas.
Según ha señalado en un comunicado de la asociación recogido por Europa Press, los restos identificados a través del ADN de los restos exhumanos se tratan de Urbano González Soto y Marcelino Quintano Fernández, concejales socialistas en Valencia de don Juan en 1936. Sus restos y los de otras diez víctimas, aún no identificadas, fueron exhumados por la Asociación en febrero de 2022.
En esa fosa fueron sepultadas decenas de víctimas en total, pero no ha podido ser exhumada por completo porque se construyeron panteones sobre parte de ella a partir de los años ochenta y noventa. El laboratorio de la Universidad del País Vasco ha podido extraer muestras de ADN de otros cuatro esqueletos exhumados, que están siendo cotejadas con muestras de otros familiares de víctimas, señala la asociación.
El destino final de Urbano y Marcelino
En septiembre de 1936 Urbano y Marcelino fueron arrestados y trasladados al campo de concentración de San Marcos de León con otros cuatro vecinos de Valencia de don Juan, los también concejales socialistas Víctor Pérez Barrientos y Jesús Luengo Martínez y los sindicalistas de la UGT Moisés Rodríguez Martínez y Fridiberto Pérez Manovel.
La familia de Urbano González pudo saber de su paradero final en 1936 pocos días después de su asesinato, porque un familiar que disponía de salvoconducto pudo llegar a Villadangos del Páramo y comprobar que entre los objetos recogidos y guardados por el cura había un abrigo jaspeado y algo chamuscado de Urbano y, en uno de sus bolsillos, una foto de él.
El 17 de septiembre de 1936, cuando Marcelino Quintano se disponía a celebrar con su familia el cumpleaños de su sobrino Salomón, se presentaron armados varios falangistas en su busca. Cuando le obligaron a subir a un camión para llevarle preso su madre Antonia trató de impedirlo aferrándose a los laterales de la caja e implorándoles que no se llevaran a su hijo.
Complejidad de la fosa
En febrero del pasado año ARMH pudo exhumar solo una parte de la fosa y extraer restos de doce cuerpos. El resto de la fosa está cubierta por nuevos panteones construidos hace años, por lo que no se ha podido exhumar por completo y no se descarta la existencia de más restos óseos de víctimas recuperables bajo los panteones.
El vicepresidente de la ARMH y coordinador de la exhumación, Marco González, ha explicado que «estos logros son el resultado de la resistencia y el esfuerzo de muchas familias y en especial hay que recordar a personas como Rufino Juárez, que durante muchos años peleó para que esto sucediera, pero no pudo vivirlo».
Quejas al alcalde de Villadangos
Además, Gónzalez ha señalado que «desgraciadamente no pueden olvidar el papel lamentable del alcalde y del teniente de alcalde de Villadangos que no supieron estar a la altura de quienes sirven a la ciudadanía y tienen el deber de ayudar, especialmente a familias que han sufrido tanto».
«Por esa razón seguimos esperando sus disculpas por no haber atendido humanamente a estas familias y haber prevaricado administrativamente para tratar de impedir algo tan humano como que puedan conocer el destino de sus seres queridos y honrarlos como merecen», concluye el vicepresidente de ARMH.