Investigan si un guardia civil asesinó a su mujer antes de simular su muerte en un accidente
La Benemérita estudia si el agente pudo estrangular a su esposa antes de forzar el accidente
La localidad de Motril (Granada) no despierta de la pesadilla vivida el pasado mes de mayo tras la muerte de un joven matrimonio muy conocido en la ciudad en un accidente de tráfico. La mujer, que se dio por fallecida en dicho percance, podría haber viajado ya sin vida y haber sido asesinada de manera previa al siniestro del vehículo, en el que iba con su pareja, que se suicidó horas después.
Según han informado a EFE fuentes de la Guardia Civil, que se hizo cargo de la causa antes de derivar las diligencias a un juzgado, la investigación continúa abierta para determinar cuándo y cómo murió la víctima, una mujer de 39 años. En un primer momento, su muerte se vinculó al accidente de tráfico que sufrió el pasado 6 de mayo cuando viajaba con su marido, un agente de la guardia civil de tráfico que salió ileso del siniestro, pero que se suicidó doce horas después.
El accidente se produjo, según los primeros datos, cuando él quiso evitar un obstáculo en la carretera, dio un volantazo y provocó que el coche se saliese de la vía y cayese por un desnivel de unos tres metros. La muerte de la mujer, muy conocida en Motril y madre de dos hijas, y el posterior suicidio de su marido, provocó gran consternación en el municipio.
Fuentes de la Guardia Civil han apuntado ahora que, como con cualquier otra víctima de un accidente de tráfico, a la mujer se le practicó la autopsia, lo que habría permitido conocer si murió por lesiones compatibles con un choque o de otro tipo. Según ha adelantado el programa En boca de todos, de Cuatro, la mujer murió por asfixia mecánica, estrangulada, antes de que el coche en el que apareció ya sin vida con su marido tuviera el accidente.
El fallecimiento del matrimonio fue una de las mayores tragedias que ha vivido la localidad granadina en los últimos años, sobre todo al dejar huérfanas a sus dos hijas, de 12 y 15 años. Tal y como explicaron fuentes familiares al diario granadino Ideal, «siempre» habían sido una piña y «se desvivían el uno por el otro».