El beso «envenenado» que sentenció a Rubiales: «Quiso ser Gil en lugar de Beckham»
El granadino dimite como presidente de la RFEF tras cinco años en el cargo y protagonizar numerosas polémicas
Le apodaban pundonor y lideró una huelga cuando era capitán del Levante y corría la banda izquierda. «Es pura testosterona», explican sus colaboradores más cercanos en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), de la que dimitirá este viernes como presidente. Solo así se explica su gesto tocándose los genitales en el palco junto a la Reina en la final del Mundial femenino o el beso a la futbolista Jenni Hermoso que le ha sentenciado. Se va tras cinco años en el cargo y numerosas polémicas, aunque su entorno alaba la gestión. Lo que lamentan es que le fallaran las formas: «Quiso ser Jesús Gil en lugar de David Beckham».
Rubiales se ha resistido a abandonar la presidencia de la RFEF hasta el último momento. Tras varios días de presiones, ha tirado la toalla después de que los clubes, y especialmente las federaciones regionales, le hayan dado la espalda. Su intención era aferrarse al cargo, como se agarró al fútbol cuando en edad juvenil sufrió una grave lesión que estuvo a punto de truncar su carrera.
«Era una salida inevitable. Ya no era una cuestión deportiva ni política, sino social», asegura un dirigente de la federación. El Gobierno había anunciado que llevaría su polémico beso a Hermoso a la justicia deportiva para inhabilitarle, pero aún así, Rubiales no se achantó. Ni siquiera tras un rosario de denuncias, ante la FIFA incluida. Le investigaba el propio organismo que presidía, aunque algunas voces apuntan que su intención pasaba por una suspensión temporal para volver por sus fueros.
Las polémicas de Rubiales
Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE convienen que la etapa de Rubiales al frente de la RFEF ha tocado a su fin. «Otras veces ha salido indemne, pero el beso ha generado mucha polémica. En España no se habla de otra cosa a todas horas. En los programas de televisión, en los bares, en la playa o en las comidas familiares. No había otra solución posible», reconoce una persona que ha trabajado con él.
«Tiene más vidas que un gato», acierta a decir otro colaborador. Y es que las polémicas de Rubiales al frente de la federación no han sido pocas. Un juzgado de Majadahonda le investiga por, supuestamente, pactar con el exfutbolista Gerard Piqué el cobro de una comisión multimillonaria por llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí. En aquella ocasión, el Consejo Superior de Deportes (CSD), vinculado al Gobierno, no dio traslado a la justicia deportiva.
Ese mismo juzgado también investiga a Rubiales por el viaje que realizó en otoño de 2018 a Nueva York junto a una pintora mexicana y cuyos gastos, supuestamente, fueron sufragados con fondos de la RFEF. Como el alquiler de un lujoso apartamento en el centro de Madrid pese a estar empadronado en la capital, situación que no contempla la normativa de la federación. Al dirigente granadino también le acusan de grabar conversaciones con altos cargos del Gobierno de Pedro Sánchez.
La lista no acaba ahí. En una conversación privada, destapada por El Confidencial, lanzó graves desprecios contra varios clubes españoles. Además, despidió al entrenador Julen Lopetegui a pocas horas del debut de la Selección en el Mundial de Rusia en 2018 porque trascendió que había fichado por el Real Madrid; dotó de sueldo a algunos dirigentes autonómicos y libró una guerra con la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y el presidente de LaLiga, Javier Tebas.
El conflicto de las 15
Las fiestas privadas también han dado mucho de que hablar durante el mandato de Rubiales. Especialmente famosa es la que tuvo lugar en Salobreña (Granada). Fue su propio tío, que actuaba como su jefe de gabinete, quien desveló a la Fiscalía Anticorrupción que se invitó a un grupo de chicas jóvenes.
Al aún presidente de la RFEF le critican el protocolo de entrega de medallas a las chicas del FC Barcelona en la última Supercopa de España. Su inacción en el caso Negreira. El conflicto con las 15 jugadoras que renunciaron a la Selección en septiembre tras exigir la destitución de su entrenador, Jorge Vilda. O que emitiera un informe negativo al CSD sobre la profesionalización del fútbol femenino en 2020, meses antes de alcanzar ese estatus.
«Ha potenciado el fútbol femenino, ha quintuplicado sus recursos económicos y los patrocinadores. Es un tipo muy listo, pero le han fallado las formas. Decidió ser Jesús Gil en lugar de David Beckham», resume un colaborador. En su opinión, el beso que propinó a Jenni Hermoso durante la ceremonia por la conquista del título mundialista es «un beso envenenado», porque detrás de él hay un sinfín de polémicas.
La de la futbolista se podría haber arreglado si su equipo hubiese actuado a tiempo, sentencian en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Creen que deberían haber frenado «la bola» antes de subir al avión de vuelta a España. «Luego ha sido imparable. Su círculo no le dice nada porque tiene miedo de que les mande al congelador», afirma alguien que conoce de primera mano los entresijos que han sacudido estos días a la RFEF.
«Cualquiera que conozca a Hermoso sabe que ella no hizo las declaraciones que envió la federación», subraya una persona de la casa. En plena polémica por el beso, mientras la futbolista guardaba silencio, Relevo publicó que la campeona del mundo no era la autora de las palabras que trataban de salvar a Rubiales. El medio digital también contó que la habían presionado para aparecer en un vídeo con su jefe. Pero el tiempo de las mamachicho ya había pasado.