Preocupación en las prisiones de Cataluña: las agresiones aumentan un 345% en cinco años
Las proyecciones apuntan a que 2023 terminará con un dato récord: 705 ataques a funcionarios por parte de presos
Fachada del Centro Penitenciario Brians 2 de Barcelona, Cataluña. | Europa Press
Existe una gran preocupación entre el personal penitenciario de Cataluña. No es para menos. Las agresiones contra ellos por parte de los reclusos se han disparado un 345% en un lustro: si 2017 cerró con 196, 2022 lo hizo con 677. Y las proyecciones para 2023 son aún peores. Los datos registrados hasta el 31 de agosto muestran un aumento del 4% con respecto al año pasado. Esto es, 2023 podría cerrar con 705 agresiones a los funcionarios de prisiones.
Así lo denuncia el Centro Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), que califica como «escalofriante» el aumento de agresiones físicas y de índole sexual en las prisiones catalanas. Hasta agosto se han contabilizado 396 funcionarios agredidos, contando agresiones leves (320) y graves (76), de las cuales 14 han sido sexuales. Esto supone, en sus palabras, «un incremento considerable» de las agresiones graves, que son las que requieren de asistencia médica y causan baja, con respecto a 2022, cuando se habían registrado 50 a estas alturas.
Desde el CSIF aclaran que «las agresiones graves han supuesto un total de 1.386 días de baja laboral», así como que las 14 agresiones sexuales «no sólo se han dirigido a funcionarias de interior, también las han sufrido docentes, compañeras de tratamiento, sanitarias y trabajadoras del CIRE (Centro de Iniciativas para la Reinserción). «Estos datos son escalofriantes y la falta de respuesta por parte de los Servicios Penitenciarios catalanes también. No entendemos a qué esperan para tomar medidas al respecto», abundan desde el sindicato.
Desde el sindicato lamentan que «no hay inversión para reforzar las plantillas de los centros, no se invierte en infraestructuras, que están obsoletas y son propias del siglo pasado, y a los compañeros que sufrieron agresiones con secuelas graves les ponen todas las dificultades del mundo para que no reciban ninguna indemnización económica. No tenemos el principio de indemnidad».
Por último, recalcan que «desde que se firmó el acuerdo de los sindicatos con los Servicios Penitenciarios en marzo, que nosotros acabamos abonando en julio por la falta de medidas firmes para acabar con las agresiones, se han producido 14 agresiones más, desde la firma de dicho acuerdo hasta agosto, lo que ratifica que las medidas tomadas por la Administración no sirven ni son útiles».
El caso catalán
El problema con la violencia que se vive en las prisiones catalanas viene de largo, y no tiene parangón en España. La particularidad de la región de ser la más violenta coincide con otra: Cataluña es la única de todo el país en la que los presos extranjeros han superado ya a los de nacionalidad española.
En la actualidad, hay 7.991 delincuentes en las cárceles catalanas, de los cuales 3.987 son nacionales (el 49,89%) y 4.004 (50,11%) son extranjeros. Estos son datos oficiales del Departamento de Justicia de la Generalitat.
Medidas insuficientes
El pasado marzo, el Departamento de Justicia implementó algunas medidas con el objetivo de erradicar los ataques, como incrementar las plantillas, o nuevos medios de contención para los presos más conflictivos, pero no han surtido efecto.
Desde CSIF Prisiones solicitan medidas urgentes para reducir las agresiones. Entre ellas están la contratación de personal de vigilancia, oficinas rehabilitación; jubilación anticipada y una segunda actividad digna; e inversión en infraestructuras deficitarias, mantenimiento y conservación. Y es que de las 677 agresiones registradas en 2022 en las cárceles catalanas, estas se concentraron en Brians 1 (175), Brians 2 (111) y Puig Bases (60), las más depauperadas.
