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La violencia de género deja en 2023 más menores huérfanos que nunca

El año pasado terminó con 55 mujeres asesinadas, seis más que en 2022, que dejó 49 víctimas mortales

La violencia de género deja en 2023 más menores huérfanos que nunca

Domicilio precintado por la Policía Nacional. | Europa Press

Un total de 56 menores de edad quedaron huérfanos en el año 2023 a causa de la violencia machista, la mayor cifra desde que se tienen registros (2013), aunque el número sería mucho mayor, hasta varios centenares, si se contaran también los hijos mayores de 18 años, según el Fondo de Becas Soledad Cazorla, que protege a estas niñas y niños huérfanos.

Según datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, recopilados por Europa Press, el año 2023 fue el que dejó más menores huérfanos por violencia machista en la última década, con un total de 56. Le siguen el año 2015, con 51; 2019, con 48; 2014, con 43; 2013, con 42; y 2018, con 41.

Además, en el año 2022, un total de 36 niños y niñas se quedaron sin madre a causa de la violencia de género; 32 en 2021; 30 en 2016; 26 en 2017 y 26 en 2020.

El año 2023 terminó con 55 mujeres asesinadas por violencia de género, seis más que en 2022, que dejó 49 víctimas mortales. El último de ellos se corresponde con la confirmación del caso de violencia de género de una mujer de 80 años, presuntamente asesinada por su cónyuge en La Coruña el 1 de diciembre. Además, a 4 de diciembre, había dos casos en investigación en 2023.

Así, la cifra de asesinadas ha alcanzado las 1.237 desde 2003, cuando se empezaron a recopilar estos datos. Asimismo, la violencia machista dejó el año pasado dos menores asesinados en casos de violencia de género contra su madre en España. En este caso, es uno de los años con menos fallacimientos desde 2013, sólo por detrás de 2016, cuando solo se contabilizó una muerte, y empatado con 2022.

El copromotor del Fondo de Becas Soledad Cazorla, Joaquín García Cazorla, ha señalado a Europa Press que, más allá de «lo desgarrador de la cifra y del número tan tremendo» de niños huérfanos, hay que tener en cuenta que este dato «solo se refiere a menores edad» dejando «olvidados» a los mayores de 18 años, a pesar de que estos también se enfrentan a momentos de «mucho desamparo» tras perder a sus madres a causa de la violencia de género.

Según los datos que maneja el Fondo de Becas Soledad Cazorla, entre el 1 de enero de 2013 y el 31 de diciembre de 2021 (año hasta el que disponen de datos), también quedaron huérfanos 339 mayores de edad.

Además, según el Informe sobre los 1.000 primeros casos de víctimas mortales por violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja publicado en mayo de 2020 por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), entre el 1 de enero de 2003 y el 20 de abril de 2019 (fecha en que se produce la víctima mortal número 1.000) el número de hijos que perdieron a sus madres en un asesinato por violencia de género, con independencia de su edad, ascendía a 1.494.

«La información que se puede obtener de fuentes desgraciadamente no unificadas y que tengan en cuenta mayores y menores de edad, son tremendos, son mucho mayores», ha advertido García Cazorla.

En cuanto a los motivos por los que ha podido incrementarse el número de menores de edad huérfanos por la violencia de género, el copromotor del Fondo de Becas Soledad Cazorla lo atribuye a que «este año ha vuelto a ser especialmente dramático en cuanto a mujeres víctimas mortales». Además, señala que el hecho de que aumente el número de huérfanos menores de edad es «indicativo» de que la violencia de género es «una lacra» que «afecta también a mujeres jóvenes».

El Fondo de Becas Soledad Cazorla es un proyecto promovido por la familia de Soledad Cazorla, la primera fiscal de sala contra la violencia sobre la mujer, y gestionado por la Fundación Mujeres, que nació con el objetivo de hacer visible y mejorar la situación de los huérfanos por violencia de género.

Las becas que se gestionan desde este Fondo están destinadas a intentar reparar el daño que han sufrido estos niños y niñas, a través de unas ayudas económicas destinadas a facilitar el desarrollo de estudios universitarios o el acceso a servicios de refuerzo educativo o psicológico que puedan necesitar.

Joaquín García Cazorla ha indicado que estos niños y jóvenes que quedan huérfanos como consecuencia del asesinato de sus madres a manos de sus parejas o exparejas, «se enfrentan a un profundo desamparo» tanto «económico» –por todos los trámites que tienen que realizar, desde el procedimiento penal derivado del asesinato de sus madres, hasta los trámites administrativos para obtener las ayudas a las que tienen derecho–, como «informativo», todo ello en un «momento de tremendo dolor».

Además, han identificado que «todo el escudo, la cobertura que se ha puesto en marcha» para proteger a estos huérfanos «muchas veces se ha olvidado de los mayores de edad» que se encuentran igualmente «desamparados» de un día para otro, sobre todo, aquellos que tienen entre 18 y 25 años y se encuentran «en esa etapa inicial de su vida adulta», en la que todavía están estudiando y aún no trabajan o no pueden generar los recursos suficientes por sí mismos para vivir.

«Los mayores de edad se quedan en una situación de incertidumbre», advierte García Cazorla, al tiempo que señala que «algunas ayudas que existen a nivel de las comunidades autónomas están planteadas solo hasta los 18 años, una etapa de especial riesgo de exclusión social».

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