El incumplimiento del programa 8x8 Dragón obliga a mandar a Líbano los obsoletos BMR
Los blindados tienen más de 40 años de antigüedad y su blindaje no está preparado para explosivos y misiles antitanques
El incumplimiento de los plazos de entrega de los blindados 8×8 Dragón obligará a España a seguir contando con los obsoletos vehículos BMR. Estos deberán apoyar al contingente militar desplegado en Líbano. Con 44 años de antigüedad y a la espera de ser sustituidos por los nuevos blindados Dragón que se construyen en la factoría asturiana de Santa Bárbara, la demora deja más expuestos a los más de 600 militares en el ‘polvorín’ de Oriente Próximo.
Las Fuerzas Armadas españolas se desplegaron en Líbano en septiembre de 2006. El grueso del contingente se encuentra en la base Miguel de Cervantes, cerca de la localidad de Marjayún. La exposición de las patrullas españolas es grande y realizan sus tareas a pie o en vehículos.
Entre sus cometidos está vigilar la línea de separación entre Líbano e Israel, pero el momento actual es uno de los más tensos en años. El contingente español llegó a contar con 1.100 militares y se mantiene desde 2012 con entre 600 y 700. A día de hoy, hay cerca de 650 militares desplegados. Desde el inicio de la misión, han fallecido en Líbano 15 militares españoles.
Los viejos BMR en Líbano
La sustitución de los BMR, un blindado ligero de seis ruedas que acompaña a las tropas españolas en Líbano, lleva 17 años en la agenda de Defensa. Ya en 2006 se empezó a constatar que los BMR no eran aptos para determinadas misiones. Su blindaje no es suficiente frente a explosivos y armas utilizadas por ejércitos y también por grupos terroristas. Las diferentes facciones y ejércitos, aunque España participa en una misión de paz en Líbano, ponen en riesgo de forma constante a estos vehículos casi de museo y a sus ocupantes.
En 1972, el Ejército de Tierra encargó a Enasa los primeros BMR, un vehículo blindado de fabricación nacional. Resultó un buen proyecto para la época, pero hoy, cuatro décadas después, su blindaje se ha mostrado vulnerable a explosivos improvisados y misiles antitanques. El prototipo Pegaso BMR-600 fue evaluado durante cuatro años y se inició su producción en 1979. En 1980 llegaron los primeros vehículos al Ejército.
En la actualidad, se siguen suscribiendo millonarios contratos de mantenimiento para que los viejos BMR aguanten unos años más a la espera del relevo. En paralelo, siete 8×8 Dragón fueron presentados a finales de 2022 para ser probados, pero el Ejército ya debería disponer de otros 34. Antes de que acabe 2024 deberían estar listos otros 70 más. El compromiso en este momento está muy lejos de cumplirse.
El contrato de los Dragón
Defensa adjudicó el agosto de 2020 el macrocontrato para la construcción y entrega de 348 blindados 8×8 Dragón. El importe superó los 2.000 millones y el pasado abril se aprobaron otros 420 millones. El pliego, con la vista puesta en el desarrollo de la industria tecnológica española, recayó en las firmas Santa Bárbara, Sapa, Escribano e Indra. Lo que parecía una buena noticia se han convertido en un calvario para Defensa, que no se está dispuesta a poner fin al contrato pese a los incumplimientos, pero tampoco a pasar por alto los efectos de los retrasos.
El departamento que dirige Margarita Robles ha mostrado un profundo malestar en el desarrollo del programa estrella del Ejército de Tierra y el desarrollo de las entregas. Los blindados 8×8 Dragón, que tendrán un coste unitario de 5,9 millones, pretenden ser claves en la modernización del Ejército de cara a 2035. Pese a que ya se han ejecutado importantes desembolsos , oficialmente solo hay constancia de la presentación de siete vehículos 8×8 Dragón en diciembre de 2022
Según destaca a THE OBJECTIVE Iván Esteve, experto en Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, los 8×8 Dragón, tras 17 años de espera, no son tampoco la panacea para los conflictos. Su peso y sus dimensiones los hacen poco o nada prácticos para escenarios de alta intensidad.
Contrato desierto en 2019
Tras los incumplimientos de los plazos, Esteve adelanta que es más que probable que sigan. De fondo apunta como parte de los problemas en el desarrollo de los 8×8 Dragón el interés político en la inversión nacional, algo que se contrapone a proyectos conjuntos europeos con excelentes resultados. Señala que se ha pagado un precio muy alto y lo visto hasta ahora son retrasos, cambios y criterios poco claros.
De hecho, destaca que el mismo contrato fue declarado desierto medio año antes de su adjudicación y los criterios y adjudicatorios eran prácticamente idénticos. En diciembre de 2019 era todo negativo, pero en agosto de 2020 todo cambió y se recibió con los brazos abiertos la propuesta. Ahora toca esperar.