El Gobierno nombra director general al tesorero en España de la polémica UNRWA
El Ministerio de Ciencia omite en su currículum que trabaja para la agencia de Naciones Unidas en Palestina
El Consejo de Ministros aprobó este martes, a propuesta de la ministra de Sanidad, Mónica García, y de conformidad con la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, el nombramiento de Marina Pollán Santamaría como nueva directora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), organismo dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Por otra parte, el Consejo de Administración del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), dependiente de esta cartera, aprobó el nombramiento de José Moisés Martín Carretero como nuevo director general de este organismo.
El Gobierno de España anunció su elección exponiendo su currículum de una manera pormenorizada: «Licenciado en Economía por la Universidad Autónoma de Madrid, ha estudiado programas de postgrado en finanzas en el IE Business School, análisis económico en la UNED y relaciones económicas internacionales en el Cepade de la Universidad Politécnica de Madrid (…). Martín cuenta con más de 25 años de experiencia profesional en los sectores público y privado».
En el extenso repaso que hizo el Ministerio que ostenta Diana Morant se resaltaba su paso como asesor económico de la Embajada de Corea del Sur en España, así como su etapa como director y socio de la consultora Red2Red entre 2014 y 2024. Sin embargo, se obvió convenientemente que ha sido tesorero de UNRWA, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio, y que se encuentra en el foco de la polémica tras la acusación a 12 de sus empleados de participar en el ataque de Hamás a Israel del pasado 7 de octubre.
La denuncia, procedente del Gobierno de Benjamin Netanyahu, y que la ONU está investigando para aclarar lo sucedido, ha llevado a países como Estados Unidos, Reino Unido, Austria, Países Bajos o Suiza a cortar el flujo de financiación a esta organización, si bien el Ejecutivo español mantendrá de momento el envío de ayuda. Una anomalía.
Los millones a UNRWA
El Gobierno de Pedro Sánchez otorgó el pasado mes de diciembre una ayuda de 10 millones de euros a UNRWA, destinada íntegramente a Gaza. Nuestro país es el donante número 17 de todo el mundo en aportaciones a esta organización, según los registros de la ONU. Mientras en 2022 otorgó más de seis millones de euros a esta agencia, el montante total del año pasado alcanzó los 18,5 millones de euros, con el pretexto de triplicar la ayuda de cooperación y humanitaria a Palestina.
La agencia anunció el viernes la expulsión y la apertura de una investigación inmediata a varios integrantes del organismo por su presunta participación en el ataque terrorista de Hamás contra Israel. Pero esto ha sido suficiente para que la mayoría de países occidentales les hayan cortado el grifo, a excepción de España.
«No modificaremos nuestra relación con UNRWA, aunque seguimos de cerca la investigación interna y el resultado que pueda arrojar por los actos de una decena de personas de los 30.000 trabajadores de UNRWA», sostuvo José Manuel Albares en sede parlamentaria tras subrayar que esta agencia es un «órgano indispensable para poder aliviar la tremenda situación humanitaria en Gaza». Además, el ministro de Exteriores blasonó de que España ha triplicado la ayuda humanitaria a Palestina «hasta casi 50 millones» y que en el vecino Líbano se ha decidido también cuadruplicarla con 30 millones suplementarios para los próximos años.
¿En qué se gastan?
Las ayudas del Gobierno español hacia esta organización han puesto el foco en sus presupuestos. Si uno atiende a los que la organización aprobó el pasado 30 de marzo de 2023, resulta que del montante total de 2.149.322 euros la mayor parte iba destinado al equipo humano. Esto es, a la dirección ejecutiva, al equipo de administración, contabilidad y finanzas, al de comunicación, campañas y fundraising, así como a delegadas y puestos técnicos en delegaciones. Entre otras cosas.
Acción y Comunicación sobre Oriente Medio (ACOM) ha sido critica en redes sociales con estas cuentas. «¿Echáis algo en falta?», preguntó sarcásticamente la entidad judía, en referencia a que «ni un euro va a los supuestos refugiados palestinos». De este modo, concluyen que UNRWA España es «un chiringuito que se ha montado Raquel Martí [directora ejecutiva] para pagarse un sueldazo y emplear a compis con la milonga del sufrimiento de los palestinos».