España ha aumentado un 466% el gasto militar en la Antártida en la última década
Defensa y Ciencia destinan 1,2 millones de euros en la misión antártica, compuesta por 13 comisionados y 20 científicos
Miembros de la XXXVII Campaña Antártica. | Ejército de Tierra
España ha disparado el presupuesto que destina a la Campaña Antártica en la última década. El Ministerio de Defensa y el de Ciencia, Innovación y Universidades destinaron el pasado 2023 un total de 1.208.399,36 euros a la base desplegada en el extremo meridional del globo, lo que supone un 466% más de lo que se concedía a esta misión hace tan sólo una década: 259.099,79 euros en 2013. Así se extrae de una resolución de Transparencia del Estado Mayor del Ejército a la que ha tenido acceso en exclusiva THE OBJECTIVE.
La evolución ha sido constante en los últimos años, con un ligero retroceso en 2021 motivado por la pandemia del coronavirus, que provocó que el Ejército tuviese que abandonar la misión precipitadamente. Al año siguiente, en 2022, el presupuesto se duplicó hasta los 810.712,42 euros y finalmente superó el millón el año pasado.
De la resolución se extraen otros datos interesantes, tales como que actualmente hay 13 comisionados y 20 científicos («normalmente, aunque su número puede variar»). En cuanto a vehículos y embarcaciones, la campaña dispone de seis zódiac, dos manipuladores telescópicos Merlo, dos vehículos todoterreno Corvus y un vehículo todoterreno Falcata que está «pendiente de ser replegado».
XXXVII Campaña Antártica
La Campaña Antártica Española se ha celebrado de forma ininterrumpida cada verano austral desde 1987-1988. Su objetivo es llevar a cabo los proyectos científicos aprobados en el marco de los distintos programas de investigación científica, técnica y de innovación (incluidos los estatales y otros programas científicos) y otras actividades programadas. Esta última comenzó el pasado 31 de diciembre con la llegada del buque Hespérides, de la Armada Española.
Ahí se encuentran instaladas dos bases. La base Gabriel de Castilla, que tiene carácter militar y se ubica en la Isla Decepción (archipiélago de las islas Shetland del Sur) y, también allí, la base Juan Carlos I, que es gestionada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Según explica el Ejército de Tierra, «la misión en la Antártida consiste en contribuir a la presencia española en la zona antártica cumpliendo así con los compromisos establecidos en el Tratado Antártico y en el Protocolo de Madrid. Se proporciona un imprescindible apoyo a investigadores españoles y del resto de nacionalidades, para que realicen su trabajo en condiciones óptimas. Se desarrollan proyectos propios, de interés para el Ministerio de Defensa, que serán aplicados en los distintos ámbitos del Ejército y se persigue difundir el trabajo conjunto entre civiles y militares con una finalidad común el desarrollo científico».
«La base Gabriel de Castilla constituye una gran representación de España en este lejano continente, muestra de las capacidades de las Fuerzas Armadas para desempeñar misiones en cualquier lugar o condición y es un ejemplo de cooperación e integración entre distintos actores del mundo científico y universitario, ofreciendo como resultado unos excelentes resultados», relatan los militares en su página web, en donde informan de todas sus novedades.
Polémica con los pingüinos
Prueba de ello es que la campaña de este año es la número 37. En ella se llevarán a cabo unos 30 proyectos de ciencias de vida y ambientales, ciencias de la tierra y ciencias físicas y del clima. Alguno de ellos, muy polémico, como el que tiene que ver con el estudio de la personalidad de los pingüinos, y que costó 242.000 euros.
Algunos españoles se soliviantaron en redes sociales tras la exclusiva de THE OBJECTIVE, que informó de cómo hay investigadores del CSIC dedicando su tiempo, gracias al dinero público, a estudiar «el síndrome de personalidad que sufren los pingüinos con el cambio climático y la acción humana».
