La Guardia Civil gasta un 45% más en pagar medallas que hace una década: 8,7 millones
El instituto armado ha aumentado en 2,7 millones la partida para costear las insignias pensionadas de los agentes
La Dirección General de la Guardia Civil destina al año casi nueve millones de euros al pago de las pensiones vitalicias que conllevan las condecoraciones que ha otorgado por la prestación de servicios relevantes y que acarrean una recompensa económica de entre el 15% y el 20% del sueldo. Existen dos medallas de este tipo en la Orden del Mérito del Cuerpo de la Benemérita: la cruz de oro y la cruz con distintivo rojo. Según las fuentes consultadas por este periódico, son unos 2.000 funcionarios, entre agentes y mandos del instituto armado, quienes ostentan uno de estos galardones. De este modo, el Ministerio del Interior gasta de media unos 4.350 euros anuales por cada condecorado en la Guardia Civil.
En una resolución de Transparencia, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, la Jefatura del Gabinete Técnico de la Dirección General señala que el coste de las pensiones vitalicias en forma de medalla durante 2023 fue de 8.771.194 euros, un 3,36% más que el año anterior (8.485.778 euros ). No obstante, si se compara la cifra del último ejercicio con la partida que destinaba la Guardia Civil hace una década, en concreto, en 2014 (6 millones de euros, según datos extraídos de una respuesta parlamentaria del Gobierno), el gasto ha aumentado en un 45%.
El instituto armado, sin embargo, no da respuesta en el escrito a otras partidas relacionadas con la obtención de estas condecoraciones tales como el gasto en acuñar y diseñar dichas medallas, o el que repercuten los eventos en los que se distingue a los galardonados con las pensiones vitalicias. Respecto al primer interrogante, la Guardia Civil explica que «en las anualidades interesadas (2022-2023) no tramitó ningún expediente de adquisición de condecoraciones que conllevaran recompensa económica». Sobre el segundo, zanja la cuestión apuntando que las medallas «se imponen en los actos se celebran con carácter anual como la conmemoración de la Fundación de la Guardia Civil o la celebración de la festividad del día de la Virgen del Pilar, patrona del cuerpo».
Falta de transparencia
La partida presupuestaria que destina Interior a estas condecoraciones es cuestionada desde hace años por los sindicatos policiales y las asociaciones profesionales de guardias civiles por su falta de transparencia. Las organizaciones se quejan de la arbitrariedad con la que se otorgan estas distinciones habida cuenta de que, generalmente, se tiende a premiar a mandos en detrimento de los agentes de la escala básica. Es lo que denuncia, precisamente, la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en su informe sobre el reparto de medallas del instituto armado durante 2023.
Si bien los últimos datos oficiales muestran que la escala de cabos y guardias civiles fue la que más medallas recibió —4.523 de 6.025, un 75%—, frente a las 1.502 (25%) que le fueron concedidas a mandos superiores, la AUGC denuncia que esta estadística no corresponde a la realidad si se compara la proporción de agentes que integra cada uno de los niveles jerárquicos con el número de condecoraciones que percibe. De este modo, argumentan, «solo el 6% de los cabos y guardias civiles reciben medalla, mientras que de los oficiales la percibe un 24%. Dado que son menos, el porcentaje del personal de la escala de mandos que recibe medallas es muy superior, cuatro veces más», advierten.
Requisitos
Lo mismo ocurre si se analizan las condecoraciones con pensión vitalicia. En 2023, solo el 0,03% del personal de la escala de cabos y guardias (21) recibió esta medalla frente al 0,13% (6) del escalafón de mandos. Cabe recordar que estas condecoraciones son algo más que insignias colgando en la solapa de un informe o una pensión vitalicia, también aumentan de manera notable los baremos para ocupar una vacante o para ascender de categoría. «Mientras los guardias civiles dan servicio y seguridad a los ciudadanos en la calle y se enfrentan valientemente a los criminales en circunstancias peligrosas, rara vez reciben el reconocimiento que merecen.
Distinto es para los altos mandos, a quienes reparten medallas y condecoraciones a expensas del sacrificio de los citados agentes que se enfrentan cada día a la criminalidad, trabajando durante horas», critica Pedro Carmona, portavoz de la AUGC. Los requisitos para percibir una insignia pensionada comprenden «un ineludible riesgo de perder la vida» durante un servicio, así como ejecutar para su cumplimento acciones claramente demostrativas de extraordinario valor personal, iniciativa y serenidad ante el peligro». Circunstancias que, denuncian las asociaciones de guardias civiles, no se cumplen en la mayoría de casos en que se otorgan a mandos.
Limitaciones presupuestarias
Por contra, otras fuentes consultadas por este diario apuntan a que la limitación presupuestaria que afronta el Ministerio del Interior es el principal motivo que impide a este departamento otorgar medallas a más agentes de la escala básica. Sobre todo tras extender la concesión de las mismas a «personal de jefatura o unidades que no han tenido riesgo directo de perder la vida». Sean estas o no las razones, lo cierto es que decenas de funcionarios policiales han interpuesto recursos ante la Audiencia Nacional tras la negativa de Interior a concederles una medalla pensionada.
El caso más reciente fue el de tres agentes del instituto armado a quienes el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska negó conceder la cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo por un servicio por el que al resto de sus compañeros sí se la había otorgado. Interior se opuso al recurso argumentando que no había vulneración del principio de igualdad ya que solo tres de los agentes condecorados tuvieron riesgo de perder la vida frente al resto y por este motivo habían recibido la condecoración pensionada. Finalmente, el Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo número 7 condenó al Ministerio del Interior a otorgar a los tres recurrentes las medallas pensionadas tras haber vulnerado el principio de igualdad.