Lo que no se ha contado del crimen de Villacís: seis coches, 10 personas y tres sin identificar
La Policía trata de dar con todos los testigos que había en la carretera para esclarecer el móvil del asesinato
Borja Villacís y su amigo Luis no estaban solos en la carretera de El Pardo (Madrid) cuando fueron sorprendidos por el BMW gris que conducía María José Estopa. Cuando el hijo de esta última, Kevin Pastor, y un amigo próximo, Ismael Idrissi, se bajaron del vehículo y abrieron fuego contra el Citröen de color blanco en el que iban el hermano de la exvicealcaldesa y su acompañante, había otros tres coches junto a ellos y cuatro personas en su interior. Una serie de testigos, la mayoría de ellos sin identificar, en los que la Policía Nacional trabaja ahora para tratar de esclarecer el móvil del crimen del hermano pequeño de la exvicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, indican fuentes próximas a la investigación.
Para los agentes del Grupo V de Homicidios, encargado del caso, resulta clave conocer quiénes fueron todas las personas que presenciaron el crimen, a plena luz del día, para acercarse al motivo que llevó al clan de los Estopa a disparar a bocajarro contra ellos. Hasta ahora, las pesquisas policiales, tras las declaraciones de otros testigos, sitúan en el lugar de los hechos a cinco vehículos. El de los atacantes, el de las víctimas y otros tres, muy próximos al de Borja Villacís, que acudieron allí para protegerlos. En uno de ellos iba, señalan las mismas fuentes, Nacho, que ayudó a Luis tras recibir los balazos. Y en los otros dos, tres personas que la Policía todavía no ha logrado fichar. De modo que, ante esto, no se descarta que puedan producirse más detenciones.
Por otro lado, también han acreditado que tras la huida de los homicidas y su primera parada en un descampado para cambiar la matrícula del vehículo, en la carretera de Alcobendas, los dos continuaron a pie por la tierra hasta que fueron recogidos por otro conocido del clan en un coche de alta gama que les trasladó hasta Yuncos (Toledo), donde el pasado miércoles, en un dispositivo conjunto, Policía y Guardia Civil detuvieron a estos tres últimos. Kevin e Ismael se refugiaban en una casa okupada de la localidad y fueron arrestados cuando trataban de perpetrar su segunda huida en dos vehículos.
Ajuste de cuentas
De este modo, los investigadores han acreditado que fueron seis vehículos y diez personas las que, de un modo u otro, estuvieron implicadas en los hechos. La principal pregunta ahora es por qué. Por ahora, la Policía Nacional mantiene el ajuste de cuentas por narcotráfico como la principal hipótesis en el asesinato de Borja Villacís. Principalmente, por los vínculos que guardaba la mayoría de implicados con el tráfico de drogas. El hermano de la exvicealcaldesa estaba investigado por este ilícito en la Audiencia Nacional desde el año 2021 y otros dos testigos que han identificado también están vinculados a estos delitos, según señalan fuentes policiales.
Por parte del clan de los Estopa, el historial delictivo también es extenso. María Jose Estopa, matriarca del clan, acumula un sinfín de incidentes violentos, según advierten fuentes policiales. Destacan los robos con violencia y numerosas agresiones, entre ellas, a un exalcalde de Sajazarra (La Rioja), quien denunció a Estopa Giménez por darle una paliza cuando mantenían una relación en 2009. También el negocio de la droga. Hace apenas dos meses, agentes de la Guardia Civil desmantelaron en Bargas, un pueblo ubicado a diez kilómetros de Toledo y donde está asentado todo el clan familiar, dos narcopisos okupados en el número 78 de la calle Pardo.
El instituto armado trata ahora de confirmar la relación entre el clan y estos puntos de venta de droga. En el caso de su hijo, Kevin Pastor, comparte con su madre delitos de robo con violencia y también de narcotráfico. El joven estaba especializado años atrás en los vuelcos de droga, esto es, el robo de la mercancía a otras organizaciones. Una andadura en este negocio ilícito por la que incluso estuvo en prisión por arrebatar un alijo a una banda rival. De hecho, en el momento en que perpetró el crimen tenía una orden vigente de búsqueda y captura por estos delitos.
¿Quedó Borja Villacís con sus asesinos?
Otra de las hipótesis que gana fuerza es que ambos grupos quedasen en la carretera de El Pardo para solucionar algún problema, bien relacionado con el narcotráfico o de otra índole, y que, sin esperarlo, el encuentro subiese de tono y derivase en un tiroteo. Según han trasladado algunos de los testigos, habían quedado allí para pegarse. Cabe destacar que los allí presentes, casi en su mayoría, pertenecían a grupos neonazis. Kevin Pastor, por ejemplo, se unió a estos movimientos siendo muy joven, al igual que la víctima, Borja Villacís. En el caso del primero, incluso llegó a entrar a un centro de menores por su extrema violencia.
La Policía Nacional, sin embargo, no da mucho peso a esta teoría, teniendo en cuenta el ‘ingente dispositivo’ de vehículos que había llevado al encuentro la víctima y su acompañante. Fueron allí junto a otros tres coches y cuatro personas, frente al grupo homicida, que iba únicamente en un vehículo. «Parece improbable que quedasen allí solo para pegarse, es más probable que tuviesen que arreglar algún asunto relacionado con drogas, o simplemente fuesen allí para dar algún tipo de aviso al clan familiar», señalan las fuentes policiales. Lo que no esperaban, en cualquier caso, es que el encuentro se convertiría en uno de los sucesos más sangrientos que se recuerdan en la Comunidad de Madrid.