Sánchez quiere recuperar los puentes con la Guardia Civil para «controlar la UCO»
El estilo autoritario del exdirector del instituto armado, Leonardo Marcos, causó un distanciamiento con el cuerpo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha tomado medidas para reparar las tensas relaciones con la Guardia Civil, especialmente tras la dimisión de Leonardo Marcos, hasta ahora director del cuerpo. Aunque este alegó «motivos personales» como la causa de su renuncia, fuentes internas consultadas por THE OBJECTIVE sugieren que su estilo autoritario, marcado por un enfoque de «ordeno y mando», generó un distanciamiento entre el Gobierno con el Instituto Armado, ya que el director es una figura clave –después del ministro del Interior– en la relación entre el cuerpo y el Ejecutivo.
Desde la llegada de Leonardo Marcos, en junio de 2023, la interlocución entre ambas partes se había reducido significativamente, lo que había generado fricciones. Ante esta situación, Sánchez ha decidido apostar por el retorno de Mercedes González, exdirectora general de la Guardia Civil, con el propósito de tender puentes con los mandos del cuerpo. Con este movimiento, el presidente busca suavizar las tensiones que se han acumulado durante la etapa de Leonardo Marcos.
Los representantes de las principales asociaciones de guardias civiles no tardaron en mostrar su descontento con la gestión de Marcos. Estos calificaron al ya exdirector como «soberbio» y señalaron su falta de apertura al diálogo. El portavoz de Independientes de la Guardia Civil (IGC), Daniel Fernández, expresó en un comunicado, difundido después de que se hiciera pública la salida del director, que esta dimisión llegaba en un momento muy delicado para la Guardia Civil. En sus palabras, resulta preocupante que, en un período tan crucial, con un grupo de trabajo en el Ministerio del Interior para estudiar el reconocimiento de la Profesión de Riesgo, a pocos días de la implementación de un nuevo servicio de turnos y en vísperas de la celebración de un Pleno Ordinario del Consejo en el que se discutirán normativas que afectarán profundamente a todo el colectivo, la Guardia Civil se quede sin un director. Fernández agregó que, durante su mandato, Marcos había mostrado una actitud soberbia y poco receptiva ante los representantes de los guardias civiles.
Además, Fernández recordó un episodio que incrementó las tensiones durante el mandato de Marcos, relacionado con el trágico suceso ocurrido en Barbate, donde dos guardias civiles fueron asesinados. Según su relato, las asociaciones profesionales habían solicitado que, en la Comisión de Riesgos Laborales del pasado 14 de mayo, se incluyera en el orden del día el análisis de los hechos acontecidos en Barbate con el fin de evitar que tragedias como esa volvieran a repetirse. Sin embargo, la Dirección General de la Guardia Civil (DGGC), bajo el liderazgo de Marcos, decidió de manera unilateral retirar este punto del orden del día, a pesar de la firme oposición expresada por las asociaciones profesionales.
Controlar a la UCO
Diversas fuentes consultadas por este periódico aseguran que las intenciones de Pedro Sánchez van más allá de simplemente reconciliarse con la Guardia Civil. Según estas fuentes, el presidente del Gobierno está interesado en ejercer un mayor control sobre la Unidad Central Operativa (UCO), una división clave dentro del cuerpo que, en estos momentos, está investigando varios casos de corrupción. Algunos de estos casos afectan directamente a personas cercanas a Sánchez, como su propio hermano, David Sánchez Pérez-Castejón, y su esposa, Begoña Gómez. El objetivo de Sánchez, según estas fuentes, sería «neutralizar» la influencia de la UCO, tal y como ya se hizo anteriormente con la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional.
La UDEF, que en su momento era una unidad de élite encargada de investigar grandes casos de corrupción en España, ha desaparecido prácticamente de los juzgados desde que Fernando Alonso asumió su dirección. Alonso, un hombre cercano al Partido Socialista, fue puesto en el cargo por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, a mediados de 2022, con un objetivo claro: evitar que la unidad investigue casos de corrupción que afectaran al PSOE, tal y como adelantó THE OBJECTIVE. Desde entonces, la UDEF ha dejado de protagonizar investigaciones importantes y mediáticas, lo que parece indicar que dicha estrategia ha sido exitosa.
Atrás quedan los tiempos en los que la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) era un referente en la lucha contra la corrupción y el blanqueo de capitales en España. Esta unidad estuvo al frente de grandes operaciones judiciales como la Operación Malaya, la trama Gürtel, el caso Pujol, el caso PDVSA, que implicaba a la petrolera venezolana, el caso Idental, el caso Carreteras que afectó al Gobierno de Miguel Revilla, el caso Neurona relacionada con Podemos, el caso Viu Europa vinculado a Juan Carlos Monedero, y más recientemente, el caso Tito Berni o la compra de votos por correo en Melilla.
En la actualidad, la UDEF parece haber desaparecido de las investigaciones de los grandes casos de corrupción. No está a cargo de ninguno de los casos más mediáticos de los últimos meses, como la trama Koldo, que investiga la adjudicación de contratos durante la pandemia por parte del Gobierno de Sánchez, el caso Negreira sobre los pagos del FC Barcelona al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, o el caso Rubiales sobre los contratos de la Real Federación Española de Fútbol. Es, de hecho, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil la que está investigando estos casos y otros similares, lo que ha despertado el interés del Gobierno por controlarla.
Para ello, Sánchez confía en Mercedes González y ha decidido devolverla a la dirección de la Guardia Civil, esperando que su buen entendimiento con los mandos del cuerpo, fraguado durante su etapa anterior como delegada del Gobierno en Madrid, facilite una mayor influencia sobre la UCO. González ocupó este cargo de delegada entre marzo de 2021 y marzo de 2023, antes de asumir la dirección del Instituto Armado tras la dimisión de la anterior directora, María Gámez. Sin embargo, sólo cuatro meses después, González dimitió de la dirección del Cuerpo para incorporarse a las listas del PSOE a las generales, lo cual fue seriamente cuestionado por un sector del PSOE de Madrid.