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Los policías piden la dimisión de Marlaska por la 'ley mordaza': «Ha mentido, era una línea roja»

Las fuerzas de seguridad denuncian que la reforma «supone el mayor ataque a la operatividad policial»

Los policías piden la dimisión de Marlaska por la ‘ley mordaza’: «Ha mentido, era una línea roja»

El ministro del Interior. | EP

«Siempre dijo que era una línea roja y ha mentido, nos ha mentido. Dijo que no iba a pasar por ahí, se plantó y ahora el PSOE lo ha dinamitado en una mañana. Debe irse, no puede estar ni un minuto más al frente del Ministerio del Interior». Apenas ha pasado medio año desde que el partido socialista se cerró en banda en el Congreso a eliminar las pelotas de goma como material antidisturbios en la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, frente a las exigencias de sus socios parlamentarios. Entonces, el intento de modificar la ya bautizada como ‘ley mordaza’ se quedó en eso. Policías y guardias civiles respiraron, aliviados. «¡Hemos ganado!», se atrevían a decir en los sindicatos.

Este jueves, sin embargo, llegó la sorpresa. El Gobierno de coalición había pactado con Bildu lo que hace nada no se atrevía a pactar. Era ya un asunto prácticamente cerrado: las pelotas de goma se eliminarán progresivamente. También las sanciones graves por faltas de respeto a la autoridad y las devoluciones en caliente en las fronteras. El malestar, decepción y enfado entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es generalizado: «Supone el mayor ataque a la operatividad que han sufrido los profesionales de la seguridad pública en toda la democracia», señalan desde la Confederación Española de Policías (CEP)

Para demostrarlo, argumentan un dato: «En 2023, sufrieron un delito de atentado una media diaria de 46 miembros de la Policía y de la Guardia Civil». Ahora, advierten, «los policías estarán más expuestos frente a los violentos» con una norma en la que «la violencia y el incivismo saldrán gratis». «Todas las medidas afectarán gravemente a la actividad policial en la calle y situarán a los agentes en un escenario de desprotección y riesgos. El ministro debe dimitir. No puede continuar ni un minuto más», insisten desde también desde Jupol.

«Entorpecen nuestro trabajo»

Más allá del cambio de la norma, las fuentes consultadas, tanto policías como guardias civiles, coinciden en que la eliminación de las pelotas de goma entorpecerá su capacidad de reacción. No se podrá, advierten, contener grandes concentraciones, como una manifestación, un asalto masivo en una frontera o problemas en un partido de fútbol. Desde las Unidades de Intervención Policial (UIP), los antidisturbios, se insiste en que las pelotas de goma son un método disuasorio muy necesario porque no «se trabaja con el cuerpo a cuerpo». «No somos tantos agentes como, por ejemplo, en Alemania. Aquí, si hay 2.000 manifestantes violentos, nosotros somos 200. Las pelotas disuaden, la gente huye y eso nos permite restablecer la normalidad. No hay un agente para cada violento». 

Sin ese material antidisturbios, resaltan varios agentes, «habrá más heridos». «Al final, el cuerpo a cuerpo, o el uso de las porras es mucho más lesivo a la hora de la reducción», señalan. «No solo para el ciudadano, sino también para los agentes, que padecemos a diario la pérdida de autoridad que sufre el cuerpo», advierte un antidisturbios. «Todo es una muestra de que no hay líneas rojas para este Gobierno. Se llenan la boca con nuestro trabajo, pero son incapaces de no someter a negociación política cuestiones que afectan a nuestra seguridad y a nuestra vida», denuncian. 

«Hemos colaborado en la reforma»

La mayoría no ha olvidado cuando el pasado mes de junio el secretado de estado de Seguridad, Rafael Pérez, el número dos de Interior, aseguró en la Comisión de Interior del Congreso, ante la pregunta de distintos diputados, que eliminar las pelotas de goma «pondría en riesgo a los miembros de las fuerzas de seguridad». «Sería lanzar a nuestros agentes a un mayor riesgo, al igual que para los manifestantes. En 2022, fue el ministro quien, ante los medios de comunicación, dijo que los policías tenían que usar «todos los medios de disuasión con necesidad y proporcionalidad». 

Dos años después, en el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska no parece que la reforma pactada sea una sorpresa. «El Ministerio ha participado en el proceso de reforma y tenemos que seguir trabajando durante la tramitación de la ley», señalan a THE OBJECTIVE desde Interior. Aseguran que, pese a la eliminación de las pelotas de goma, «Policía Nacional y Guardia Civil van a contar siempre con los medios necesarios para asegurar la eficacia de la actuación policial sin comprometer la seguridad de los agentes». 

«La derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana es un compromiso del Gobierno desde junio de 2018 y forma parte del Plan de Acción por la Democracia que ha puesto en marcha el Gobierno de España. El objetivo es contar con una ley moderna, alineada inequívocamente con los valores constitucionales. Es el momento de hablar con el resto de grupos para impulsar la tramitación parlamentaria, si existe consenso para hacerlo».

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