Guardias civiles de antiterrorismo blindaron los móviles de la trama Koldo para sus corruptelas
Subordinados del comandante investigado ingresaban en sus cuentas el dinero en metálico que le pagaba Aldama
Rubén Villalba, el comandante de la Guardia Civil imputado en el caso Koldo se valió de una red de subordinados de la Unidad Central Especial (UCE), el servicio antiterrorista del citado cuerpo, para beneficiar a los cabecillas de la trama, principalmente Victor de Aldama y Koldo García, a los que dotaban de canales de comunicación seguros para sus negocios ilícitos. Dispositivos que, según desgrana el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) incorporado a la causa, llegó a utilizar hasta el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos. A cambio de proporcionarles estos terminales, el mando investigado recibía pagos en efectivo de hasta 2.000 euros al mes. No obstante, los investigadores han acreditado que entre 2021 y 2023, cuando Aldama comenzó a pagarle, Villalba recibió abonos por valor de 88.000 euros de origen desconocido en sus cuentas.
El informe de la UCO, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, revela que Rubén Villalba gestionaba todos los teléfonos de la trama «cambiándoselos y destruyendo los antiguos, aumentando así la protección que se les brindaba a los investigados». Lo más llamativo, no obstante, es que la asignación de estas líneas no solo eran conocidas por el comandante, sino también por su superior, así como por un grupo de agentes subordinados, a los que Villalba presuntamente utilizaba para recibir los pagos en efectivo y comprar los terminales blindados de los cabecillas de la trama, según se advierte en las intervenciones telefónicas realizadas por la Guardia Civil.
En una grabación de WhatsApp intervenida, Rubén señala «que durante 2021 y 2022 Víctor de Aldama le hizo varios pagos, siempre recogidos en efectivo y en persona por él mismo o por un agente subordinado» en las oficinas que tiene el cabecilla de la trama en el centro de Madrid. Después, otros cuatro agentes, siguiendo órdenes «directas o indirectas» de Villalba, eran los encargados de hacerle llegar el dinero a sus cuentas. El mando investigado tenía una operativa definida. El dinero abonado en las cuentas de Rubén era entregado por él mismo a los guardias civiles en efectivo y posteriormente les daba instrucciones de cómo debían abonarlo y el concepto que debía figurar.
El papel de los guardias civiles
La Guardia Civil acredita en el informe que el comandante Rubén Villalba era el hombre de seguridad con que contaba toda la organización criminal. No solo para la obtención de teléfonos seguros, sino también para consultar bases policiales, investigaciones en curso y realizar requisas tanto en vehículos como en oficinas de la trama, como ocurrió en julio de 2021 con el despacho de Víctor de Aldama, para confirmar si estaba siendo vigilado o no. Tareas para las que también contaba con la colaboración, según cifra el informe, de hasta 12 agentes más, aunque sin revelar sus nombres. Lo que no deja claro la UCO es hasta qué punto eran conocedores el resto de guardias civiles de lo que ocurría realmente.
Fue tras el estallido del caso, cuando, según recogen los investigadores en distintas grabaciones, el jefe de Villalba comenzó a preguntarse por qué el investigado movía tanto dinero para obtener los terminales de la trama. Dos días antes de su detención, el superior, identificado como «agente 1» le dice en una reunión: «Aquí lo que más me preocupa siempre es que alguien pueda pensar que nos hemos quedado con la pasta». Rubén le responde: «Está claro, esa es mi preocupación». El superior insiste: «Hostia, no es que me ha dado 3.000 euros y me los he metido en el bolsillo, me cago en la puta macho, eso sí que no».
— El dinero que han pagado tanto Koldo como el Gomina (Víctor de Aldama) ha sido para pagar. El Gomina los pagaba su telefonía, dice Rubén Villalba.
— Vale, vale, responde el superior.
— De todas maneras, vuelvo a lo mismo, y ahora… te lo digo ¿no? El tema del dinero, es que son muchas cantidades de dinero. Son muchas cantidades de dinero, Rubén.
— No, no, yo entiendo jefe.
«Hacer la croqueta»
Según la UCO, el mando investigado «trata de encubrir la actividad real de la organización con el subterfugio de definirla como cuestiones de índole empresarial, aun admitiendo que les beneficiaba en ese ámbito». De hecho, dice el instituto armado, justifica en algunas grabaciones las cantidades de dinero recibidas por el hecho de querer proteger las comunicaciones «con mayor rigor».
Destaca otra grabación en la que el «agente 1» cuenta a Ruben Villalba que, tras conocer la noticia de la detención de los cabecillas de la trama, «se quedaron acojonados», pero que a los dos días el propio superior habla con la UCO «y nos tranquilizan de que no hay nada». «No hay nada, no hay nada», le repite al comandante investigado. «Yo jefe entré en psicosis, me veía en la cárcel con un bebe en camino», le dice Rubén. Posteriormente, el mando de la UCE le dice que lo que no deben hacer ahora «es generar una situación en contra de nosotros, cuando nosotros no hemos hecho nada».
También advierten del enfado de «Koldo y Aldama», quienes piensan que los agentes, según dicen, han podido hablar con los investigadores sobre los negocios de la trama y traicionarlos. «Están cabreadísimos, el problema es que ellos están pensando que les hemos ‘hecho la croqueta’, que hemos dado con ellos, y ahora que sabemos que los iban a detener los hemos dejado tirados. Dentro de ese cabreo, no quiero que empiecen a echar mierda. Que de algo que hemos hecho con normalidad ahora cojan y nos aprieten», señala el agente 1.
Koldo apunta al exdirector de la Guardia Civil
Este nuevo análisis, en cualquier caso, mancha la imagen del Instituto Armado. También al más alto nivel. En una llamada que mantiene Rubén Villalba con el exasesor de Ábalos, Koldo García, este último le confirma que era «la UCO y no otro cuerpo policial quien se encontraba realizando una investigación sobre su persona y que fue el anterior director general de la Guardia Civil quien le informó sobre la investigación en curso». Un chivatazo, no obstante, que los investigadores desvinculan totalmente del entonces mayor responsable del cuerpo tras no encontrar ningún indicio que corrobore este extremo.
En este sentido, la unidad de élite alude «a la ligereza con la que Koldo García se refiere a sus relaciones con personas relevantes ante terceros». Con esto se refieren a otra conversación intervenida en la que García dice haberse reunido durante una mañana con el DAO de la Guardia Civil. Una afirmación «falsa», dice la UCO, puesto que ese día monitorizó todas las actividades del investigado, corroborando la no existencia de esa entrevista.