La 'trama Ábalos' usó Delaware, el paraíso fiscal más opaco, para lavar dinero en Dominicana
El pequeño Estado de EEUU permite crear empresas anónimamente, lo que facilita operaciones ilegales en otros países
Víctor de Aldama, comisionista en la trama corrupta vinculada al ministerio que capitaneó durante tres años José Luis Ábalos, utilizó una empresa con sede en Wilmington (Delaware) para blanquear dinero procedente de las comisiones y ocultar los nombres de los implicados. Esta sociedad, Willows US LCC, es accionista principal de al menos dos compañías creadas por la trama en República Dominicana, según diferentes documentos a los que ha accedido THE OBJECTIVE. En el país caribeño, la red tiene radicadas un mínimo de 14 sociedades. Algunas de estas firmas funcionan como simples pantallas y han servido para desviar fondos, adquirir inmuebles y terrenos y realizar otras inversiones.
THE OBJECTIVE ha podido constatar las participaciones de Willows US LCC en Reusa y Modular HV Corp, dos de las empresas dominicanas de la trama en la que son protagonistas Aldama, Koldo García y Ábalos. La compañía estadounidense aparece en los documentos oficiales de ambas compañías de la mano de César Moreno. Tanto Moreno como Willows US son sus accionistas únicos.
En paralelo, la gestión en Reusa recae en Javier Serrano Costumero – otro de los cuatro mosqueteros de la trama- y en Dino di Ianni. Este último, como ha informado este periódico, fue representante de Duro Felguera en Venezuela. Pocos meses después de abandonar esa responsabilidad y de que la empresa asturiana fuera rescatada por el Gobierno tras la pandemia, entró a formar parte en algunas de las sociedades dominicanas del entramado.
Las actividades en Dominicana
Mientras, como administradores de Reusa, que fue creada a mediados de agosto de 2022, aparecen Moreno y Di Ianni. Por su parte, Modular HV, que nació dos semanas después, tiene a Moreno como accionista, gerente y administrador. Ambas compañías mantienen su sede en la Avenida Simón Bolivar 230, muy cerca del Malecón de Santo Domingo y en un área en la que en la que se encuentran ubicados los principales partidos políticos dominicanos.
Todas las empresas de la trama en República Dominicana tienen como accionistas a socios de Aldama y, en algunas de ellas aparece, Bernardo Castillo, vinculado a Gruprex. Este ciudadano español se presentaba como asesor del ministerio que dirigía José Luis Ábalos. Castillo contaba con una carta de recomendación firmada por Koldo García para operar con toda libertad en Dominicana. También aparece en varias fotografías junto al ministro Ábalos en el stand de Dominicana en Fitur 2021. Sin embargo, Ábalos ha insistido en desvincularse de este empresario.
La «fortuna» de Ábalos
Aldama, en su declaración voluntaria en la Audiencia Nacional, aseguro que había entregado importantes cantidades de dinero al exministro José Luis Ábalos y su asesor Koldo García. Además, reveló ante el juez Ismael Moreno que Ábalos, ahora diputado en el Grupo Mixto, habría ocultado parte de su «fortuna» en República Dominicana.
Precisamente este país caribeño ha servido para lavar parte del dinero procedente de las comisiones conseguidas gracias a contratos sanitarios. El 22 de enero de 2022, César Moreno, socio de Aldama, envió, según la investigación realizada por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, una nota de voz a Arancha, una trabajadora de Pronalab –laboratorio de PCR vinculado a la trama– para comunicarle que iban a realizar un viaje.
«Nos vamos a Miami y no puedo llevar más, en total 10.000 dólares cada uno (cantidad límite). La idea era llevarnos solo billetes de 100 para que no ocupe tanto y sumar, porque Javi tiene algo de dinero también». Los investigadores sospechan que la empleada de Pronalab era la persona a la que los socios de Aldama encargaban traer dinero en efectivo de República Dominicana. Según los informes de la UCO, Arancha también habría quedado con el hermano de Koldo García en el país caribeño para darle «los tickets», argot con el que denominan a los billetes.
La novedad de Delaware
Las investigaciones realizadas hasta el momento han destapado que la trama ha movido fondos a numerosos países del mundo en prácticamente todos los continentes, desde China a Portugal, pasando por Guinea y Colombia. También que Aldama y sus socios han creado una red estable con decenas de empresas, la mayoría pantalla, en España, República Dominicana y Portugal. Sin embargo, la existencia de la empresa de Delaware, clave en el blanqueo, era desconocida hasta ahora.
La elección por la trama de este pequeño Estado a 170 kilómetros de Washington no ha sido casual. Dar de alta sociedades en Delaware facilita numerosos beneficios fiscales -este Estado ha sido considerado por España como un paraíso fiscal hasta hace no mucho-, pero sobre todo opacidad y anonimato de los socios. Las empresas no están obligadas a recoger los nombres de los administradores y directivos en las actas de constitución. Esto supone un total anonimato para los responsables y accionistas y les permite realizar negocios sin preocuparse de que sus datos personales se hagan públicos. Esta situación de incógnito permite que distintas tramas corruptas hayan elegido Delaware para establecer sus compañías.
Empresas de todos los tamaños tienen su dirección fiscal en Delaware. Los privilegios que ofrece este pequeño Estado hacen que más del 60% de las sociedades que integra el índice Fortune 500 se encuentren allí, principalmente en Wilmington, su ciudad más grande. Wilmington apenas cuenta con un millón de habitantes, pero las empresas radicadas en Delaware suponen casi el doble. En esta localidad está Willlows US, la empresa de la trama en la que tienen un papel clave Aldama, Koldo García y José Luis Ábalos, según las investigaciones de la UCO.
Trump, Biden y Musk
Cada día, de media, 680 compañías se dan de alta en Delaware, muchas confiadas en la protección y anonimato que se da a sus directivos y su peculiar estatus legal. Apple, American Airlines, Coca-Cola, Amazon, Visa y Google han apostado por Delaware. También se han decantado por Delaware el expresidente Joe Biden -con importantes vínculos con ese Estado-, Donald Trump y Elon Musk. Este último ha decidido llevarse en los últimos meses dos sus grandes empresas a Nevada y Texas. Mientras, el dinero que el abogado de Trump, Michael Cohen, usó para pagarle a la actriz de cine para adultos Stormy Daniels provenía de una empresa (LLC) de Delaware. Biden ha sido senado por Delaware y allí tiene propiedades y parte de su fortuna.
Las empresas que se constituyen Delaware, pero no desarrollan su actividad allí -es el caso de Willows US- no están obligadas a pagar el impuesto de sociedades estatal. Esto beneficia especialmente a las grandes corporaciones. Delaware tampoco contempla el impuesto sobre la renta para los no residentes. Mientras, las pequeñas eligen el Estado por la confidencialidad.
El paraíso de Delaware
Por apenas mil dólares -945 euros-, precio máximo, es posible registrar una compañía en Delaware en menos de una hora. Ese tiempo incluso puede reducirse a la mitad si se pagan 500 dólares adicionales -en torno a 472 euros-. Además, estos trámites pueden hacerse por internet, sin necesidad de pisar Delaware. El precio en este caso, pensado para pequeñas empresas, puede reducirse a 90 dólares -85 euros-.
Hal Weitzman, profesor universitario, experiodista de Financial Times y autor del libro ¿Qué pasa con Delaware? Cómo el primer estado ha favorecido a los ricos, poderosos y criminales… y cómo nos cuesta a todos, apunta que el 70% de las empresas que se registran en Delaware cada año son LLC, la fórmula elegida por la trama española investigada por la UCO.
El anonimato ha convertido a Delaware en el lugar muy atractivo para registrar empresas que luego son empleadas en todo tipo de operaciones ilegales alrededor del mundo. Este efecto se traslada a otros lugares y sirve, en ocasiones, para lavar dinero procedente de actividades ilícitas. Las tramas crean de forma anónima una empresa fantasma en Delaware y luego mediante esta adquieren o invierten en otras compañías y países. Nadie sabe quienes ejecutan las acciones ni a quiénes benefician.
«Los ejemplos son demasiado numerosos como para contarlos. Los criminales internacionales y los funcionarios extranjeros corruptos, los contrabandistas de armas y los cazadores furtivos de rinocerontes, los traficantes de personas… todos ellos miran a Delaware», aseguraba Weitzman.