Los funcionarios de prisiones sufren 40 agresiones al mes de media tras la pandemia
Las agresiones al personal penitenciario se han disparado un 187% en los últimos tres años respecto a 2020 y 2021
La violencia se ha disparado en las prisiones españolas tras la pandemia. Las agresiones a los funcionarios penitenciarios por parte de los reclusos han crecido exponencialmente a partir 2020 y 2021, según reflejan los datos oficiales de Instituciones Penitenciarias a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Mientras en los citados años se registraron respectivamente 172 y 158 lesiones agresiones contra los trabajadores de las cárceles, en los tres años siguientes se han multiplicado por dos: 453 en 2022; 508 en 2023 y 460, hasta noviembre de 2024. Esto supone que las agresiones se han disparado de media un 187% y que los funcionarios sufren 40 agresiones cada mes, frente a las 13 que se producían antes de que terminase la crisis sanitaria.
De acuerdo con la estadística penitenciaria, la pandemia ha supuesto un punto de inflexión en las prisiones, habida cuenta de que en los años previos a la misma los datos eran similares. En 2018 y en 2019 el departamento de Prisiones contabilizó 115 y 220 agresiones contra funcionarios. Cabe destacar que la mayoría de estas lesiones han sido leves. Las graves representan un porcentaje menor. Por ejemplo, en 2022, el año en que se registraron más ataques, solo 11 fueron graves y 1 muy grave, frente a los 239 que fueron leves y a 202, que fueron agresiones sin lesiones. En los datos del último año, Prisiones ha incluido en la casuística también las lesiones moderadas, aunque no especifica la diferencia que hay con las leves.
Agresiones entre presos
Donde no ha habido apenas variación es en el cómputo de las agresiones entre presos. En los últimos seis años, se han registrado 32.678 lesiones en la población reclusa, de las que 396 han sido graves o muy graves, y 22.012 leves. Esto implica que se producen unas 4.600 cada año. Aunque apenas se registran diferencias notables entre los datos de cada ejercicio, sí destaca, al igual que en el caso de los funcionarios, un ligero aumento tras la finalización de la pandemia: 4.628 agresiones (2018); 4.768 (2019); 4.415 (2020); 4.066 (2021); 4.853 (2022); 5.123 (2023) y 4.825 (hasta noviembre de 2024). A partir de 2021, los ataques entre los internos han crecido de media un 8,67%.
Los sindicatos y las distintas fuentes consultadas ven en el incremento de agresiones contra los trabajadores una consecuencia de «la política penitenciaria buenista» del departamento dirigido por Ángel Luis Ortiz. «Es muy sencillo. Están permitiendo muchas cosas a los presos, prácticamente todo, y cuando ahora les dices que no, se rebelan. Es la realidad. Les dan todo lo que piden y nosotros nos hemos quedado sin ningún tipo de autoridad frente a ellos. Se pasa por situaciones muy complicadas y, sobre todo, tenemos, en ocasiones, mucho miedo», revelan estas fuentes.
Piden uniformes con emblemas
Para empezar a paliar este problema, el sindicato TAMPM ha solicitado en un escrito dirigido a Prisiones que los nuevos uniformes que se han repartido recientemente entre los funcionarios porten algún tipo de distintivo para que se les diferencie de los internos y evitar así problemas cuando se producen incidentes. Desde que se inició el procedimiento del diseño, esta organización pidió que la ropa fuese similar a la de policías y guardias civiles en cuanto a colores y serigrafía porque, a su juicio, «está demostrado que funciona a la hora de disuadir posibles conflictos».
Desde Instituciones Penitenciarias, sin embargo, se les negó la posibilidad de participar en la confección del uniforme, habida cuenta de que «solo negociaban con las organizaciones sindicales presentes en las mesas de trabajo», entre las que no estaba TAMPM. El sindicato critica que el uniforme carece de «texto distintivo tanto en la parte trasera como en la parte frontal, lo que hace difícil identificar, fundamentalmente a través de imágenes grabadas por videovigilancia, a funcionarios de internos si se producen incidentes que implican a multitud de personas».
Por este motivo han pedido al área de Ángel Luis Ortiz que en sucesivas reposiciones de dichas prensas «las mismas vengan ya serigrafiadas en la parte trasera superior con el texto que estime oportuno». Prisiones ha desestimado su presentación porque el grupo de trabajo formado por los sindicatos (UGT-ACAIP; CSIF; CCOO Y CIG) no acordó incluir texto distintivo alguno (…) y así consta en el pliego de las prescripciones técnicas del encargo y en la descripción del uniforme». TAMPM, sin embargo, insiste en que estas formaciones desconocen la realidad penitenciaria «de primera mano» y reclaman tener presencia en futuras mesas para que se reflejen «los verdaderos intereses de los trabajadores».