Angustia entre los funcionarios de prisiones de Andalucía tras múltiples agresiones en dos días

Fin de semana agónico en tres cárceles de Andalucía. Los centros penitenciarios de Archidona, Alhaurín de la Torre —ambas en la provincia de Málaga— y de Puerto III (Cádiz) han sido escenario en las últimas horas de distintas agresiones contra funcionarios de prisiones. Entre todas ellas, no obstante, destaca un caso de acoso sexual contra una trabajadora penitenciaria por parte de un recluso. Un preso condenado por exhibicionismo bloqueó el paso a la víctima para, seguidamente, bajarse los pantalones y realizarse tocamientos, según ha denunciado el sindicato Acaip. 

Los hechos ocurrieron el pasado domingo en la prisión malagueña de Alhaurín de la Torre. El reo, de 21 años y origen francés, esperó a que la funcionaria abandonara la cabina del módulo para el reparto de comida, se colocó frente a ella, se bajo la ropa y comenzó a tocarse los genitales mientras la miraba fijamente. Según fuentes sindicales, acto seguido, la víctima dio aviso a la jefatura de servicios para que recibiese apoyo de sus compañeros. El recluso era corpulento y se encontraba bastante agitado, lo que desencadenó un gran estado de nerviosismo en la víctima. Tras el episodio, el preso ha sido trasladado a aislamiento. 

El colectivo de funcionarios, no obstante, critica el protocolo penitenciario que se aplica en estos casos. Frente a la evaluación médica que se realizó al presunto preso acosador para comprobar su estado, la trabajadora no recibió ningún tipo de asistencia y tuvo que continuar trabajando en el módulo. Una «desprotección», denuncian desde los sindicatos, que se suma a la falta de medios de que disponen para hacer frente a este tipo de situaciones, incluidas las agresiones. Por este motivo, los trabajadores penitenciarios reclaman que se les considere agentes de autoridad, al igual que a las fuerzas de seguridad. «No podemos seguir así, estamos indefensos», censuran.

Dos agresiones en Archidona

En paralelo, ese mismo fin de semana y a escasos 60 kilómetros, los trabajadores de la prisión de Archidona también vivieron otra jornada complicada. Dos episodios violentos contra funcionarios de prisiones. El primero de ellos, según informó Tu Abandono Me Puede Matar (Tampm), ocurrió el sábado en el módulo tres, cuando un interno «muy corpulento» y «completamente fuera de sí» arrojó un contenedor contra el búnker en el que se encontraban los trabajadores. Tras esto, el interno tuvo que ser reducido por los trabajadores y trasladado al área de enfermería, donde se le suministró medicación. Al parecer, el implicado también está investigado por un intento de secuestro a un funcionario de la prisión de Castellón, según publica Sur.

Apenas habían pasado unas horas cuando el domingo, en el módulo de aislamiento, otro preso se abalanzó contra un grupo de funcionarios mientras le trasladaban a la zona de aseo. El reo llevaba varios días negándose a ir a las duchas, así que decidieron llevarlo. Una vez lo intentaron, se lanzó contra ellos y les intentó dar varios puñetazos, que los trabajadores lograron esquivar. El agresor, señalan dese Tampm, no paraba «de bracear, su intención era herir a los funcionarios». Se trata de un preso de 26 años que ya acumula varios partes por inadaptación tras llegar hace unos meses de la cárcel de Melilla.  

Poco después, otro preso provocaba otro incidente contra tres trabajadores del centro penitenciario de Puerto III. Según informó Acaip, el interno, con antecedentes psiquiátricos, comenzó a insultar a un médico y a los funcionarios de guardia. Al ser trasladado a otra zona para tranquilizarlo, el preso comenzó a dar puñetazos, cabezazos y patadas a los presentes. Los funcionarios resultaron lesionados y tuvieron que ser atendidos primero en el módulo de enfermería y poco después en el hospital. 

La prisión con mas agresiones

Cabe destacar que la citada prisión gaditana, según denuncian fuentes sindicales, «vive una situación insostenible». No solo se ha convertido en la prisión de España más masificada, con casi 1.300 internos, cuando su capacidad operativa es de 1.008, sino también en la que ha batido récords en agresiones entre presos y contra funcionarios, según denuncian los sindicatos. «Estamos al borde del colapso, en todos los sentidos. El hacinamiento de los reclusos es lo que está provocando todos los incidentes y problemas de seguridad. Es una olla a presión», advierten. 

La lista de problemas que supone esta situación es extensa. El número de presos, indican desde Acaip y CSIF, impide que se realice una clasificación adecuada, por lo que se atiende más a criterios de capacidad que a criterios de oportunidad. «Este escenario supone que nos encontramos con perfiles de internos inadecuados en los módulos residenciales, lo que impide realizar una correcta intervención y tratamiento de los reos», señalan. 

A este último se suma también la falta de médicos, cuya plantilla en el centro penitenciario se encuentra al 50% lo que imposibilita una atención sanitaria adecuada e incrementa los problemas regimentales. «No podemos obviar que cerca del 30% de la población reclusa sufre algún tipo de trastorno psiquiátrico y está sujeta a medicación psicótropica, lo que requiere una supervisión constante por parte de los facultativos», señalan. De modo que, ante la ausencia de estos, son los propios funcionarios de prisiones quienes «asumen más carga de trabajo, sin la formación ni lo medios adecuados».