La inmigración registra máximos históricos en Canarias mientras cae en el resto de la UE
Un informe de Frontex advierte del aumento de los flujos en el archipiélago y el descenso en el Mediterráneo Central
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Un grupo de inmigrantes en la isla de El Hierro (Canarias) | Europa Press
Antes de que finalice diciembre, Canarias ya ha registrado máximos históricos en la llegada de inmigrantes en situación irregular procedentes de África. Una tendencia al alza que se repite desde finales de septiembre de 2023, cuando en apenas dos meses 20.000 personas arribaron a las costas canarias, y que contrasta con el descenso de la inmigración en el resto de la Unión Europea, según advierte en su último informe la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex). En los primeros 11 meses del año, los cruces irregulares de fronteras hacia la UE se redujeron en un 40% hasta los 220.700, mientras que la ruta «del África Occidental ya ha superado el número total de llegadas de todo el año pasado, lo que sitúa el total de 2024 en el nivel más alto desde que Frontex comenzó a recopilar datos en 2009», señala el dosier.
De este modo, solo con la información recopilada por Frontex hasta noviembre (41.800 llegadas), 2024 se ha convertido en el año en que más personas han llegado al archipiélago de forma irregular. No obstante, si se tiene en cuenta el último balance del Ministerio del Interior, con datos actualizados hasta mediados de diciembre, la cifra se sitúa en 43.737, un 18,6% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior, cuando habían llegado hasta las islas 36.888. Fuentes policiales advierten además de que los flujos se han disparado en las últimas semanas del año. Entre los pasados 25 y 26 de diciembre llegaron más de 800 personas a bordo de 14 cayucos, según datos de Salvamento Marítimo.
En el informe sobre inmigración irregular, consultado por este periódico, la agencia europea advierte del incremento de los flujos en la ruta atlántica frente a la caída en otras fronteras sensibles, como la del Mediterráneo Central, que tiene como destino Italia y que ha mostrado un descenso del 60% respecto a 2023. Un cambio que obedece, apuntan, «a las medidas preventivas adoptadas por las autoridades de Túnez y Libia para frenar las actividades de los contrabandistas», cuando «las salidas de estos países representan el 92% de las llegadas hasta el país italiano». Del mismo modo, indica el dosier, la ruta de los Balcanes Occidentales también «ha mostrado un descenso significativo del 80%».
El auge de las mafias en África
En contraste con estos datos, la ruta que desemboca en el archipiélago canario también fue la más transitada de Europa, con casi 7.600 llegadas. Frontex detalla que «el deterioro de la situación humanitaria y la seguridad en las regiones de África occidental han contribuido en gran parte a aumentar la presión migratoria»; y, por este motivo, las «redes criminales, que ya explotaban en el pasado esta ruta, han intensificado sus operaciones, enviando aún a más personas en embarcaciones y haciendo más peligrosa y larga la travesía hacia Canarias». Según el último informe de la oenegé Caminando Fronteras, 2024 también ha sido el año en que más personas han muerto en su intento por llegar a España a través de mar.
Entre el 1 de enero y el 15 de diciembre, 10.457 personas han muerto o desaparecido cuando intentaban llegar en cayucos procedentes de África, el año más mortífero desde que se tienen registros, con una media de casi 30 víctimas diarias y un aumento del 58% respecto a 2023. El documento de esta organización constata una crisis migratoria sin precedentes frente a las costas españolas, principalmente en la ruta atlántica, la «más letal del mundo», advierten. Tanto es así que de las 10.000 víctimas documentadas, 9.757 —el 93%— murieron en la citada travesía, frente a las 517 víctimas en el Mediterráneo, a través de la ruta argelina.
Las mafias dedicadas al tráfico de seres humanos, asentadas principalmente en Mauritania, desde donde parten la mayoría de las embarcaciones con ciudadanos africanos e incluso asiáticos, sacan beneficio de la situación de penuria que atraviesan miles de jóvenes que buscan un futuro mejor tras haberse quedado sin trabajo en sus países de origen. En el país mauritano, advierten fuentes policiales, el desplome de la pesca por la presencia de grandes barcos chinos y turcos ha provocado que muchas personas hayan tenido que buscar otras fuentes de ingresos. El peaje por conseguir una plaza en un cayuco supera los 1.000 euros y, en ocasiones, alcanza los 3.000. En países vecinos como Senegal, los precios son similares.
Sin acuerdo para el reparto de menores
De todos los ciudadanos que arriban a las costas canarias, muchos son menores de edad. De hecho, su acogida en la comunidad autónoma es uno de los problemas más importantes que afronta el Gobierno de Fernando Clavijo. Actualmente, hay más de 5.500 niños y adolescentes sin acompañar hacinados en los centros de acogida insulares. Desde que comenzó el año, los ejecutivos canario y central han intentado impulsar una reforma de la ley de extranjería para hacer obligatorio el reparto de estos jóvenes migrantes entre el resto de comunidades autónomas y aliviar así la presión que tiene el archipiélago y otros lugares como Ceuta. La posición del PP, que pide más financiación para hacer frente a este desafío, ha hecho que el asunto se cronifique en el tiempo.
Tanto es así que incluso el rey Felipe VI ha mencionado la inmigración en su habitual discurso de Nochebuena, pidiendo a los partidos una gestión más adecuada que se base en el reconocimiento de la dignidad «que todo ser humano merece», en el esfuerzo de integración y en el respeto de las leyes y normas básicas de convivencia por parte de todos. «La inmigración es un fenómeno complejo y de una gran sensibilidad social que responde a causas diversas. Sin los movimientos de población a lo largo de la historia no podrían explicarse las sociedades del presente; que son sociedades abiertas e interconectadas. Siendo, por lo tanto, una realidad cotidiana, las migraciones pueden derivar –sin la gestión adecuada– en tensiones que erosionen la cohesión social», dijo el monarca.