PP y PSOE sufrieron con la dana, pero ya se están recuperando en intención de voto
El análisis de los datos del CIS revela dos grandes bolsas de abstención, una a cada lado del espectro ideológico

Los dos grandes partidos perdiero apoyos tras la dana que ahora empiezan a recuperar. | Europa Press
La riada del 29 de octubre en la Comunidad Valenciana y su gestión regional y nacional impactaron en la opinión pública y provocaron descensos en las intenciones de voto al PP y al PSOE, de los que se han recuperado solo en parte. Esto no ha sido destacado por las encuestas publicadas, que se centran en los porcentajes de votos válidos y su traducción a escaños, lo que da lugar a errores de apreciación. Son descensos que determinaron un incremento en las estimaciones de voto válido para Vox que, sin embargo, apenas avanzó en votos.
En las distintas versiones de 100 cosas sobre campañas electorales del legendario Joseph Napolitan hay una que es invariable: la intención de voto no es lo más importante de una encuesta. Hay que analizar qué hay tras ese dato, y no fiarse del todo. Otra cosa que he aprendido: todos los trabajos de campo de las encuestas tienen sesgos. Saber sus motivos y corregirlos es parte esencial del análisis. Por cierto, a Trump no se le suele tomar en serio, pero en su discurso inaugural del 20 de enero en el Capital One Arena mostró que sabía las causas de la ocultación de voto a los republicanos- o sea, a él- en las encuestas. Tuvo buenos encuestadores; los demócratas no, y desorientaron la campaña de Kamala Harris Su final fue de un desenfoque total.
Nuestros análisis se basan en los datos del trabajo de campo que proporciona el CIS; en realidad, Tragsatec la empresa que los hace. No se utilizan las estimaciones del CIS. Los gráficos que se facilitan incluyen cada mes nuestras estimaciones, la intención de voto más simpatía y el recuerdo de voto de las anteriores elecciones generales, con datos del CIS que se facilitan siempre en porcentaje sobre censo de residentes.
Estimaciones de voto
El gráfico siguiente recoge nuestras estimaciones de voto a los partidos nacionales en porcentaje sobre censo electoral, no sobre votos válidos. Así se observan las oscilaciones reales de los apoyos que quedan enmascaradas si se trabaja sobre los votos válidos, ya que obvian la abstención, que en este momento es muy elevada: se sitúa alrededor del 35% del electorado (residente en España, sin incluir a los ausentes).
La riada y su gestión son decisivas en este incremento de la abstención. Se han fraguado dos bolsas de indecisión-abstención en espacios distintos del electorado: en el centro, entre PP y PSOE, por el descontento con la gestión de la riada y los bandazos del Gobierno; y en la extrema izquierda, por la caída a plomo de Sumar.

Impacto de la riada
En enero de 2025, el impacto de la riada sobre el electorado de los dos grandes partidos se amortigua y recuperan algo de voto. Ambos están interesados en apartar el tema del primer plano. El PP, para no afrontar el futuro de Mazón, aunque tendrá que hacerlo («lo que has de hacer, hazlo pronto», Jesús en el evangelio de San Juan, 13:27); y el Gobierno-PSOE porque prefiere ignorarlo para que no interfiera en su mensaje optimista y globalizador.
Que el PP no utilice los órganos del partido (la Junta Directiva Regional, su parlamento interno) para desembarazarse de un dirigente quemado indica el agarrotamiento de su maquinaria, que se traduce en un descenso de la valoración de Feijóo entre sus votantes. Pese a esto, el PP mantiene una ventaja de casi un millón de votos sobre el PSOE (un 3% del censo electoral). Pero está en los niveles de las elecciones de 2023: no consigue superar los ocho millones de votos. Es clave en esto que solo el 5,5% de los votantes del PSOE en 2023 votarían ahora al PP, que tiene fugas hacia Vox.
Todo indica que el PP no logra ampliar su base electoral por la acumulación de déficits organizativos, estratégicos y de liderazgo. Ha adoptado una actitud de «esperar a que caiga el Gobierno», especulando con apoyos imposibles y crisis inverosímiles que no le reportan ningún apoyo nuevo y disuelven su discurso en lo estéril: ¿de qué sirve hacer presagios si nunca se cumplen ni se tienen los medios para qué ocurran?

El PSOE pierde votos
El PSOE pierde casi un millón de votos en relación con las elecciones de 2023. Sufre el impacto de la lamentable gestión nacional de la riada, pero además su intención de voto muestra vaivenes y altibajos que reflejan un desgaste de parte de sus votantes. Este perfil se presenta en electorados sometidos a presión por la política de sus partidos y suelen acaban en repentinas caídas de voto por fatiga de los materiales. Los votantes socialistas tienen que estar desconcertados con la espasmódica gestión de su Gobierno sometido a las presiones e intereses contrapuestos de los integrantes de la mayoría de la investidura. Ni Sánchez ni su círculo de confianza previeron el desgaste que implica gobernar (si es que esto es gobernar) de esta manera y con esta mayoría.

Habrá tensiones en la mayoría de la investidura, pero no se romperá. Todos sus integrantes están en la mejor posición a la que pueden aspirar con un Gobierno débil. Alguno, Junts normalmente, llevará al Gobierno al límite, pero aflojará para dejarlo respirar. Este panorama conducirá a que el tándem Moncloa-PSOE mantenga sus claves:
- Polarizar, utilizando el plan de resurrección de Franco, que será sustituido por un discurso global contra la «Internacional Ultraderechista» (El País puso en circulación la expresión) de Trump, Musk y compañía. La presencia de Abascal en la toma de posesión de Trump facilita activar este discurso y situarlo como verdadero jefe de la «ultraderecha y ultra-ultraderecha». Se trata de mortificar a Feijóo.
- Polemizar con el PP y el Poder Judicial con la maraña novio de Ayuso-Fiscal General-MAR-ministro candidato López-fiscales, etc. Mientras, intentar que pase, al calor de este ruido, una reforma procesal que desactive la acción popular en los temas que afectan directamente a Moncloa.
- Ofertas a sectores sociales clave para la estructura de voto del PSOE: plan de vivienda orientado a los jóvenes, incremento de las pensiones, etc.
- Presencia de Sánchez en los medios hasta la saturación y exhibiciones de poder en todos los ámbitos, desde el cese del presidente de Telefónica hasta intentar llevar a Ribera a la presidencia de la Comisión Europea.
Mantener con vida a Sumar
Es fundamental en esta estrategia mantener con vida a Sumar. Sumar se agarra a los clavos ardiendo del incremento del Salario Mínimo y la reducción de la jornada laboral, escenificando tensiones en el Gobierno. El problema es que ya no puede garantizar los 30 escaños que el PSOE necesita para complementar otra mayoría de investidura con los nacionalistas. Su tendencia descendente y la división del voto de extrema izquierda con la resurrección de Podemos lo hacen imposible. Además, los movimientos de Sánchez llevan a que el PSOE atraiga al 18,2% de los votantes de Sumar en 2023 -lo que explica la aparente estabilidad del voto del PSOE-. Por todos los flancos, Sumar pierde.
La perspectiva de las elecciones de 2027 es negativa para el conglomerado PSOE+Sumar+nacionalistas, lo que ha activado otra prioridad para Sánchez: asegurar el control del PSOE tras 2027 situando en las secretarías generales regionales a ministros o dirigentes de confianza. Parece que queda un poso crítico alrededor de Castilla-La Mancha y Extremadura (la candidata oficial perdió las elecciones internas). Los ministros-secretarios generales-candidatos autonómicos tendrán que compatibilizarlo todo.

Estabilidad de Vox
En el otro lado del espectro, Vox. El panorama lleva a que sin casi incrementar su voto mejore sus expectativas en escaños, acercándose a los 40. Sin entrar a fondo en ello, hay dos datos fundamentales: es el partido con más apoyos entre 18 y 25 años (24,9%) y entre los que eran menores de edad en 2023 (42%). Ser socio de referencia de Trump le garantiza un plus de presencia que impulsará el PSOE. Son dos adversarios de referencia para atrapar en una tenaza al PP.

Acabamos. A la derecha de Vox asoma Alvise. No arranca un porcentaje significativo de votantes de Vox (sólo el 11%); se alimenta de nuevos votantes procedentes del descontento con la política. Es un electorado reactivo y evasivo a las encuestas. Y en el País Vasco, Bildu empieza a superar al PNV. Es un cambio tendencial que se dibuja mes a mes.