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La consideración de «sabotaje» evitará que Renfe tenga que indemnizar a sus viajeros

Está contemplado como uno de los supuestos por los que la compañía no devuelve el importe de viajes con retraso

La consideración de «sabotaje» evitará que Renfe tenga que indemnizar a sus viajeros

Estación de Atocha durante la crisis por el «sabotaje». | Europa Press.

A los inconvenientes sufridos por los más de 10.000 pasajeros que se vieron afectados por la paralización de las vías del AVE entre Madrid y Andalucía, que el Gobierno califica como «sabotaje», se une otro quebradero de cabeza: es muy probable que no cobren la devolución de su billete. Renfe incluye el «sabotaje» entre las causas por las que deniega las indemnizaciones por deficiencias en el servicio o retrasos.

El Gobierno se abona al «sabotaje» como vía para achicar responsabilidades. Ocurrió con el apagón, con Moncloa -aún hoy- alimentando la tesis de un ciberataque como causa detrás de la caída de todo el sistema energético a nivel nacional, y ha ocurrido este pasado lunes con el caos ferroviario en la zona meridional de la Península tras lo que por el momento parece un robo común de cables de cobre a los que están habituados los equipos ROCA (Robos en el Campo) de la Guardia Civil.

La consideración de sabotaje tiene implicaciones fundamentales no sólo en las responsabilidades políticas del Gobierno, sino también en las económicas: abre la puerta a reducir o negar las indemnizaciones por retraso. Según las condiciones impuestas por Renfe a sus pasajeros, «los viajeros de servicios afectados por la cancelación del viaje, por su interrupción, por una carencia o deficiencia del servicio prestado a bordo o por retraso, tendrán derecho a percibir la indemnización».

Sin embargo, existen excepciones y Renfe se acoge al Reglamento 2021/782 del Parlamento Europeo y del Consejo de 29 de abril de 2021 en el que se especifica que «la empresa ferroviaria no estará obligada a indemnizar si puede demostrar que el retraso, la pérdida del enlace o la cancelación» se debió directamente a ciertas causas. Entre ellas están la presencia de personas en la vía, los fenómenos meteorológicos adversos, actuaciones policiales, crisis sanitarias, actos terroristas y el sabotaje.

Pese a que el robo de cables se incluye en ocasiones como otra de las posibles contingencias que puede afrontar un convoy que circule con retraso, y que puede justificar a Renfe para no abonar indemnizaciones, la rapidez con la que el Gobierno ha presentado la versión alternativa del sabotaje puede provocar la paralización de todas las devoluciones de billetes hasta que se aclare lo sucedido. Máxime si, como todo apunta a que ocurrirá, el asunto se judicializa y se abre una investigación por posible sabotaje a la red ferroviaria. De momento, según ha informado el Ministerio de Transportes, la investigación se circunscribe únicamente al ámbito de la Guardia Civil.

En ese escenario, explican fuentes sindicales del gestor ferroviario ADIF, el tiempo corre a favor de la empresa: la gran mayoría de reclamaciones se producen en las primeras 24 horas desde el retraso o la incidencia en el viaje. Pasado ese plazo, la incidencia de reclamaciones es mucho menor hasta pasar a ser prácticamente testimonial en los siguientes tres meses. El plazo máximo que hay para reclamar la devolución de un billete.

Sabotaje o simple robo

Durante la tarde del domingo y hasta la madrugada del lunes, un «sabotaje» en el cableado de la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla provocó la interrupción del servicio y dejó paralizados a más de 10.700 pasajeros. El robo de cables afectó a la señalización en varios puntos de la provincia de Toledo, lo que impidió la circulación normal de al menos 30 trenes, incluidos servicios AVE, Alvia, Avlo e Iryo, y causó retrasos de hasta seis horas.

Aunque el valor del material sustraído era escaso, el daño a la red fue considerable, especialmente al coincidir con el regreso del puente del 1 de mayo. Renfe retrasó una hora la salida de los trenes de alta velocidad en las líneas Madrid-Sevilla y Madrid-Toledo para facilitar las labores de reparación. Ya el lunes por la mañana comenzó a restablecerse la circulación, aunque con importantes demoras. Las autoridades investigan lo ocurrido y el Gobierno lo considera una acción deliberada y planificada.

En cambio, fuentes de la Guardia Civil con experiencia en la vigilancia en ámbitos rurales, allí donde se producen este tipo de asaltos a material ferroviario, señalan que la hipótesis del sabotaje intencionado para causar un daño a la credibilidad del Gobierno y del sistema de transportes «no se sostiene». «Los robos se investigan como sabotajes, pero siempre hay un fin económico tras ellos. De hecho, el hecho de que hayan sido cinco las subestaciones afectadas por el asalto es la prueba, porque si fuese un sabotaje con una sola habrían cumplido su objetivo de paralizar el AVE. Quien lo hizo se arriesgó de más, parece obvio que para maximizar posibles ganancias del golpe», explican.

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