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España

La Guardia Civil desmiente al Gobierno y descarta el «sabotaje» en las vías del AVE

Los investigadores enmarcan los hechos en la dinámica delictiva del robo de cobre y apuntan a «bandas de la zona»

La Guardia Civil desmiente al Gobierno y descarta el «sabotaje» en las vías del AVE

Pasajeros en la estación de Málaga María Zambrano esperando un tren tras el robo de cobre. | Alex Zea (Europa Press)

La investigación de la Guardia Civil descarta ya la hipótesis del sabotaje en el reciente colapso ferroviario que afectó a la línea de alta velocidad entre Madrid y Sevilla, y que dejó a más de 10.000 viajeros varados en estaciones y decenas de trenes en el sur peninsular. Las pesquisas preliminares señalan que el robo de cobre que se produjo en cinco tramos de cableado en Toledo no responde a una acción coordinada con fines políticos o ideológicos, como había dicho el Ministerio de Transportes. Se trata, según fuentes cercanas a la investigación consultadas por THE OBJECTIVE, de un delito común perpetrado por bandas criminales «que operan habitualmente en la zona». Lejos de un acto de sabotaje orquestado, los hechos parecen enmarcarse dentro de una dinámica delictiva ya conocida por las autoridades.

Los agentes de la Guardia Civil han centrado sus sospechas en un grupo delictivo local, al parecer compuesto por miembros de etnia gitana, con antecedentes en este tipo de sustracciones. No obstante, fuentes próximas al caso, que dirige la Unidad de Policía Judicial de Toledo, insisten en que solo se trata de una primera sospecha y se trabaja todavía en la identificación exacta de los autores. En cualquier caso, lo que si confirman es que su forma de actuar, su conocimiento del terreno y la precisión con la que ejecutaron el robo refuerzan la convicción de que no se trató de un atentado contra la infraestructura pública, sino de una operación meticulosamente planeada para obtener un beneficio económico rápido a través de la venta del metal sustraído.

La insistencia inicial del Gobierno en sostener la idea de un sabotaje ha sido interpretada como una estrategia política para desviar la atención de las posibles negligencias en materia de seguridad y mantenimiento de la red ferroviaria. En concreto, el ministro de Transportes, Óscar Puente, ha dejado entrever públicamente que podría tratarse de un acto deliberado. Una postura que, según fuentes próximas a la investigación, carece de base sólida. Este intento de cargar la responsabilidad en factores externos en lugar de asumir los fallos de gestión o la evidente falta de vigilancia en puntos estratégicos del trazado ferroviario ha generado críticas dentro y fuera del ámbito político. Mientras tanto, los agentes de la Guardia Civil avanzan con paso firme en una línea de investigación mucho más concreta: la que señala a bandas perfectamente estructuradas que llevan tiempo operando con impunidad en las zonas menos vigiladas del trazado del AVE.

Un ‘modus operandi’ común en las bandas

Las primeras pesquisas de la Guardia Civil despejan casi por completo la tesis de sabotaje que mantiene el Ministerio de Transportes porque la operativa empleada por los autores coincide con la utilizada comúnmente por las bandas dedicadas al robo de cobre en la red ferroviaria, según indican fuentes próximas a la investigación. Además, el hecho de que se extrajese el cobre del cableado apuntala esa hipótesis, habida cuenta de la especialización y el riesgo que conlleva el robo de este material pesado. Si se tratase de un boicot, los criminales habrían cortado el cableado o provocado cualquier otro tipo de incidente en las vías, pero no habrían sustraído 150 metros de cobre en cinco puntos distintos de la región manchega, explican fuentes del caso. 

La sustracción del cobre conlleva un gran peligro con el que solo están familiarizados los citados grupos criminales. Los autores tuvieron que cortar el cable, extraerlo, enrollarlo y después transportarlo. Y todo ello al mismo tiempo, en cinco zonas de la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla, a la altura de la localidad de Los Yébenes (Toledo). Un modus operandi que tampoco refuerza la idea del boicot, como defiende el Gobierno, sino que reduce al mínimo la probabilidad de detención y eleva al máximo la de perpetrar el mayor número de robos posible por parte de la banda.

La especialización criminal también se advierte en la falta de cámaras de seguridad o vigilancia en los tramos ferroviarios donde se perpetraron presuntamente los robos. Sobre el valor de lo sustraído, unos 1.000 euros, las fuentes consultadas insisten en que tiene igualmente atractivo para las bandas, teniendo en cuenta el éxito que se aseguran en la mayoría de sus operaciones. Conocen el terreno, los horarios de los trenes e incluso los movimientos de quienes trabajan en la zona. El robo es rápido y el pago también. Estas organizaciones suelen guardar unos días el material en naves y se lo entregan a intermediarios que después le da salida fuera de España. Europa del Este o China son dos de los principales destinos.

Las primeras comunicaciones de la Guardia Civil

En cualquier caso, según revela el sistema de comunicación interno de la Guardia Civil en el que quedaron registradas las incidencias y pesquisas policiales el día de los hechos, las primeras informaciones de los agentes descartaban ya casi por completo la opción del sabotaje, en contra de lo que afirmaba al día siguiente Óscar Puente. «A las 20.00 horas del 4 de mayo, en Toledo, efectivos de la Comandancia tienen conocimiento, a través del centro de seguridad de ADIF, de la sustracción de cable de cobre en dos puntos kilómetros de la vía férrea en la línea de alta velocidad de Los Yébenes. En total se ven afectados 15 convoyes (…)», reza el escrito, al que tenido acceso THE OBJECTIVE. 

Una línea que el instituto armado seguía manteniendo en comunicaciones posteriores. «A las 21.35 horas, en Malagón (Ciudad Real), efectivos de la comandancia tienen conocimiento de la avería de cuatro trenes en Malagón como consecuencia del robo de cable de cobre de una catenaria en Toledo (…)», advertían los agentes el pasado domingo. 

El robo de cobre, disparado

El colapso ferroviario coincide en el tiempo con un aumento exponencial del robo de cobre en las líneas ferroviarias. Las fuerzas de seguridad registraron en 2024 un total de 4.333 robos de cableado de cobre y materiales conductores, lo que supuso un incremento del 87% si se compara con los delitos por este tipo de sustracciones de cinco años atrás. En el pasado año, hubo 978 detenidos e investigados por estos hechos, el doble que los que se anotaron en 2019. Destaca, además, que Castilla-La Mancha fue, con 799 hechos denunciados, la región con más casos conocidos por Policía y Guardia Civil, seguida de Andalucía, con 745, según los datos del Sistema Estadístico de Criminalidad del Ministerio del Interior.

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