El destino dorado del ex 'número dos' de Interior: adscrito a la presidencia del Supremo
Pérez es el primer juez que se acoge a las medidas de regeneración que se adoptaron para renovar el CGPJ

El ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Pérez. | TO
El ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Pérez ya tiene destino tras dimitir de su puesto hace un mes en pleno escándalo por los ataques políticos a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. El que fuera mano derecha del ministro Fernando Grande-Marlaska se reincorpora a la carrera judicial como adscrito a la presidenta del Tribunal Supremo, según publicó este lunes el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Un puesto en el que, revelan las fuentes jurídicas consultadas, no ejercerá como juez, aunque mantendrá los dos próximos años la retribución que tenía antes de formar parte del Gobierno. Se trata del primer magistrado que se acoge a la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) que consensuaron hace un año PSOE y PP al renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para acabar con «las puertas giratorias». Se trata de una de las medidas de regeneración que ambos partidos pactaron para desbloquear el gobierno de los jueces.
Antes de dar el salto a la política, Pérez era letrado en la Oficina del Servicio de Personal Judicial del CGPJ. Tras abandonar la secretaría de Estado de Seguridad, solicitó reincorporarse a la magistratura. No obstante, la normativa se lo impide desde agosto del año pasado, cuando se reformó para evitar que una persona que ha estado en el Gobierno pueda juzgar asuntos con los que ha estado relacionado. El hombre de confianza de Marlaska estará adscrito a Isabel Perelló en servicios especiales en virtud al artículo 358.3 de la LOPJ.
La extraña salida de Pérez
La Comisión Permanente del CGPJ acordó el nombramiento del ex número dos de Interior el pasado 10 de junio. «Se declara la continuidad en la situación administrativa de servicios especiales en la Carrera Judicial del magistrado don Rafael Pérez Ruiz, adscribiéndole a la presidenta del Tribunal Supremo durante un plazo de dos años (…), sin ejercer funciones jurisdiccionales, sin merma en los derechos y en la retribución que tuviera antes de su declaración inicial en la situación de servicios especiales en la Carrera Judicial y pudiendo concursar a otros destinos», apunta el Consejo General.
Fuentes próximas al ex secretario de Estado de Seguridad siempre han mantenido que su salida se debió a una decisión personal que llevaba madurando desde hacía tiempo por las presiones constantes a las que debía hacer frente en el Ministerio. De hecho, el propio titular lo sugirió en la toma de posesión de la sucesora de Pérez, Aina Calvo, hace unas semanas. Marlaska bromeó con que ambos llegaron al departamento sin saber a dónde venían y «tras siete años» su mano derecha le «había pedido cuentas y un poco de tranquilidad». La fecha para escoger su salida, sin embargo, no fue la más propicia.
El contrato con Israel
El anuncio de la dimisión —que se materializó una semana después en el Consejo de Ministros— se produjo en un clima de máxima tensión de Interior con la UCO, tras las informaciones que apuntaban a que el PSOE había tejido una operación para desacreditar las investigaciones de esta unidad de élite que afectan al Gobierno y «acabar» con uno de sus principales mandos, el teniente coronel Antonio Balas, responsable del Departamento de Delincuencia Económica, según revelaron distintos audios publicados por THE OBJECTIVE. Un día antes, de hecho, todas las asociaciones profesionales de la Guardia Civil emitieron un comunicado reivindicando más apoyo político y el fin de las injerencias políticas.
Otras fuentes, en cambio, vieron en la dimisión de la mano derecha de Marlaska una consecuencia del polémico contrato de balas de 16 millones de euros que el Ministerio decidió mantener con una empresa israelí pese a la prohibición explícita de Moncloa. En definitiva, la licitación llevaba la firma del secretario de Seguridad, como responsable de supervisar y autorizar la compra de material para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Marlaska asumió en primera persona ese error, pero, según esas mismas fuentes, el Gobierno pidió una cabeza por desobedecer una orden directa de Presidencia del Gobierno.
Su relación con Koldo
Otro episodio complicado para Pérez fue su declaración como testigo en la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado por sus vínculos con el entonces asesor del ministro de Ábalos, Koldo García, por el contrato de 3,6 millones que su departamento firmó con la empresa Soluciones de Gestión SL. Hasta entonces, el juez no se había visto tan expuesto ante los focos. Prueba de ello fueron algunas de sus contradicciones o titubeos a la hora de aclarar ciertas cuestiones, como por qué se materializó el contrato de mascarillas para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con la firma investigada por la Audiencia Nacional, epicentro de las mordidas que cobraron el exministro y su exasesor.
El número dos admitió que «conocía y tuvo contactos» con Koldo García antes de que Interior formalizase el contrato, pero no aclaró si fue él quien proporciono el teléfono de García cuando Interior buscaba abastecer a policías y guardias civiles de material sanitario en plena pandemia. «No lo recuerdo. Se produjo en una época en la que mantuvimos muchos contactos. No le puedo decir un sí o un no», señaló antes los senadores. Pérez explicó que conoció al asesor de Ábalos durante su etapa como jefe de gabinete del titular del Interior, pero «no trató después con él directamente la cuestión de la compra de las mascarillas».
Los audios de Koldo
«Aunque yo participaba de la situación de emergencia, nunca señalé a una empresa específica», apuntó. Después, sin embargo, a preguntas del senador del PP, Fernando Martínez-Maíllo, el dos de Interior afirmó que García sí estuvo en alguna ocasión en la Secretaría de Estado de Seguridad. «Puede ser que me reuniera con Koldo en mi despacho», dijo Rafael Pérez. Un instante después, sin embargo, matizó que el asesor de Ábalos «había estado en la Secretaría de Estado, pero no recordaba si había estado en su despacho».
Los audios de Koldo incorporados en el último informe de la UCO han demostrado que el ex secretario de Estado, sin embargo, sí tenía una relación cercana con Pérez. Según los mismos audios, García conversa en diciembre de 2023 con Cerdán sobre la posibilidad de que el entonces ex secretario de Estado deje su puesto. «Me dijo que se quería ir porque no aguantaba más como magistrado que es, es juez, ¿sabes?», detalla el que fuera mano derecha de Ábalos sobre Pérez.