Nuevo lío en la Guardia Civil: se gastan dos millones de euros en polos llenos de taras
Jucil ya solicitó a la Dirección General en 2023 que paralizase la licitación por rebajar los criterios de calidad

Agentes de la Guardia Civil. | EP
Estupor en la Guardia Civil tras la entrega de los nuevos polos de servicio que la Dirección General adquirió hace un año para todos los agentes del cuerpo por 2,17 millones de euros. Según revelan a THE OBJECTIVE fuentes del instituto armado, los primeros lotes que ha repartido el Servicio Central de Abastecimiento han provocado cientos de quejas entre los guardias civiles por la calidad de las prendas y porque presentan numerosos errores tanto en las tallas como en la confección.
Por este motivo, en apenas unas semanas, los agentes han solicitado la devolución de decenas de estos polos, principalmente en las comandancias de la Guardia Civil de Castellón, Valencia y Alicante, aunque también hay otras afectadas, advierten las mismas fuentes. «Tienen una calidad pésima y un montón de taras. Nadie entiende nada, sobre todo cuando teníamos el polo de invierno y de verano que nos iba fenomenal», denuncian fuentes del cuerpo.
Un contrato de diez millones
Según la memoria justificativa del contrato de más de diez millones de euros, que se repartió en diferentes lotes de prendas y artículos de uniformidad reglamentaria para el personal de la Guardia Civil, —cazadoras, polos, forros, trajes interiores, zapatos, calcetines, guantes, etc.— «era necesario ir sustituyendo» dicha ropa «a consecuencia de su frecuente uso y consiguiente deterioro progresivo».
«El objeto del contrato se considera, por tanto, idóneo para el fin que se pretende, permitiendo que los citados componentes de las distintas unidades, en la realización los distintos servicios específicos que prestan como miembros de las mismas, dispongan de su equipamiento reglamentario; siendo dotados con los elementos necesarios y adecuados para las funciones que llevan a cabo», argumentaba el responsable del Servicio de Abastecimiento de la Benemérita.
La realidad, sin embargo, es que los agentes apenas han podido usar los primeros polos que se han repartido entre las comandancias y los puestos, principalmente, por los errores en los tallajes. En un principio, el cálculo es que se distribuyan más de 300.000. «Los responsables están agobiados por el aluvión de devoluciones que está habiendo. Por ejemplo, entre polos de verano e invierno de la misma talla hay una diferencia de cuatro centímetros. Es increíble. No hay ningún rigor en la confección», denuncian distintas fuentes del instituto armado.
Jucil pidió parar la licitación a la Guardia Civil
Se da la circunstancia de que, en diciembre de 2023, Jucil, asociación mayoritaria del cuerpo, ya solicitó que se paralizase la licitación para contratar las citadas prendas de ropa para la Guardia Civil. Según denunciaron, en el pliego de condiciones para participar en el concurso público se rebajaron de manera sustancial los criterios de calidad que hasta ese momento se exigían, lo que iba en perjuicio de los agentes, habida cuenta de que llevarían prendas «de peor calidad, menos resistentes y que generarían un gasto aún mayor por una reposición más inmediata».
Un vaticinio que, según denuncian fuentes de la Guardia Civil, se ha cumplido, al menos en el caso de los polos de servicio. Sobre estas camisetas, la asociación alertaba que la baja calidad que presentaba la serigrafía, además de otros aspectos de su confección. También pusieron el foco en las botas, los zapatos y los pantalones en los que «se variaron parámetros en cuanto al color del uniforme y se redujo el marcado de la actividad antibacteriana».
Respecto a los uniformes, Jucil alertó de otro parámetro modificado: la resistencia a la tracción que en los pliegos se había cambiado por perforación. «En la situación actual, en la que los agentes de la autoridad sufren numerosos atentados y agresiones, sorprende que se reste importancia a la tracción que sufra la uniformidad, lo que se consideraba en el pliego de la licitación anterior como defecto mayor mientras en el actual no tiene consideración alguna», apuntaron.